El concejal más cotizado de Barcelona

El Ayuntamiento de Barcelona comenzó el mandato con el pleno más fragmentado de su historia. Siete grupos y el del gobierno en minoría, con solo 11 concejales de 41 (15 tras la entrada del PSC en el ejecutivo). Para llegar a los 21 votos necesarios para la mayoría, la alcaldesa Ada Colau se ha apoyado hasta ahora en los partidos de izquierdas, ERC (5 concejales) y la CUP (3). Con sus votos o sus abstenciones ha sacado adelante modificaciones presupuestarias o el plan de hoteles. Pero en tiempos de política convulsa, a medio mandato la aritmética sufre una sacudida.

La salida del antiguo grupo de CiU del concejal Gerard Ardanuy, de Demòcrates (la escisión independentista de Unió), en el consistorio desde 2007, provoca un doble efecto. Primero, el de perogrullo: el grupo que preside el exalcalde Xavier Trias se queda con nueve concejales. Y segundo, Ardanuy emerge como el concejal más cotizado del pleno. Con su voto y los cinco de ERC Colau tendría mayoría absoluta sin necesidad de pactar con la CUP.

Lo saben los anticapitalistas, que si en ocasiones se han sentido ninguneados por el gobierno de Colau ahora pierden peso. Algunas fuentes aseguran que la nueva situación les preocupa. Ellos dicen que no. Y lo sabe el Gobierno, que ya se ha sentado con Ardanuy para indagar de qué temas estará dispuesto a hablar. A medio plazo, será determinante su voto en cuestiones como la empresa funeraria pública o la unión del tranvía por la Diagonal, temas sobre los que aún no se ha posicionado.

Ardanuy quiere centrar su acción en cuatro ejes: “Barcelona, capital de Estado, sostenibilidad, personas y modelo económico, ambicioso en salarios y crecimiento”. El concejal estará muy encima también de educación, su responsabilidad con Trias, cuando fue también concejal del Eixample. Demòcrates, que en Barcelona tiene 570 “voluntarios”, presume de nueva política y para decidir el voto han ideado un sistema de consultas exprés que les permitirá conocer el posicionamiento de su gente en 48 ó 72 horas. Lo llama “codecisión”.

A la espera de instalarse en un despacho de la segunda planta del edificio anexo al histórico del Ayuntamiento, Ardanuy sigue trabajando desde el que tiene en la sede del distrito de Gràcia, del que es presidente. No sabe qué pasará con el cargo ni cuántos asesores tendrá. Aunque la tirantez con sus antiguos compañeros de grupo es palmaria, nadie ha hecho sangre en público pese a meses de desencuentros.

Renuncia al escaño

Todos mantuvieron las formas. Hasta el día que se materializó la ruptura, cuando la militancia de Demòcrates decidió que Ardanuy se marchara. Trias le exigió que renunciara al escaño, pero Ardanuy mantiene que se presentó a las elecciones con CiU por la extinta Unió. En enero de 2014, Ardanuy protagonizó un episodio que centró la atención de los medios, cuando con los otros tres concejales de Unió abandonó el pleno en una votación que pedía la retirada de la Ley del Aborto.

El concejal de Demòcrates —que tiene consejeros, altos cargos, alcaldes y concejales— afirma que concurrirán a las elecciones. Y desoye a quienes dicen que carecerán de musculatura para ir solos y acabarán en otra candidatura, como ERC. Subraya su “compromiso” con el partido y recuerda que hubo quienes auguraron que tras salir de Unió se integraría en Convergència.