Un diputado más ricas
Tres mujeres sentadas siguen los resultados en un plasma en medio de la sala vacía, las tres han votado al PP

“Es terrible, son ellos los que mandan”. Tres mujeres sentadas siguen los resultados en un plasma en medio de la sala vacía. Las tres han votado al PP y han llegado antes que nadie. Las tres son mayores y se conservan muy bien, pues para algo son conservadoras. Gente pudiente, de la que sí que puede. Peinados caros, ropa cara. Las tres son francesas y esta noche van a ser un diputado más ricas, pero esto aún no lo saben.
“Es terrible, ahora mandan ellos”, insiste la mujer de en medio, que lleva viviendo aquí más de veinte años. Las tres tienen la doble nacionalidad, francesa y española, y cada una mantiene también su doble militancia. La de en medio es más habladora, aunque todo el rato se interrumpe para decir que no quiere hablar. Explica que es hija de militar. Africana, de Marruecos, y luego de Orán, en Argelia. La mujer de su izquierda es de Burdeos y la de su derecha es de Champagne. El gran vino francés reunido junto al bar del Hotel Grand Marina, que prepara dry martinis a 12 euros. En la terraza de este hotel de lujo, empiezan a cenar solitarias parejas de ancianos de suéter celeste anudado al cuello. Gente que sabe que sólo hay que esperar para que le sirvan a uno. La mujer de en medio reitera que es terrible que los que manden sean ellos, los emigrantes, y por eso en Francia milita todavía más a la derecha, así lo precisa, en el partido de Marine Le Pen. Sus amigas se muestran de acuerdo, pero la mujer de Champagne, profesora de inglés, aclara que votará a Juppé. A Sarkozy no lo quiere ninguna. Y mucho menos al socialista Manuel Valls. Con un gesto de desdén, la mujer de Champagne dice que Valls es un dictador. “Ah, no, no, dictador no”, le reprende su compañera de Burdeos. Por supuesto le conoce, ella también es Valls, es el apellido de su marido. Son familia. En Barcelona, ella era de Mas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
El reconocimiento israelí de Somalilandia agita el Golfo por sus implicaciones estratégicas
Así ha sido 2025: euforia por la inteligencia artificial, el Sabadell resiste y el BCE pisa el freno
La justicia anula el despido de una directiva de un laboratorio que fue sustituida por un hombre sin justificación
El PP rechaza el pacto de Trabajo y los sindicatos para ampliar el permiso de fallecimiento a diez días
Lo más visto
- La Audiencia Nacional avala la decisión de Robles de retirar el nombre de Franco a una bandera de la Legión
- Trump anuncia la destrucción de una instalación de producción de drogas en Venezuela
- Rusia amenaza con romper las negociaciones tras acusar a Ucrania de atacar una residencia de Putin
- Alain Aspect, Nobel de Física: “Einstein era tan inteligente que habría tenido que reconocer el entrelazamiento cuántico”
- Recuperado el cadáver de la niña de la familia española desaparecida tras un naufragio en Indonesia




























































