Delphi presenta un ERE para cerrar su planta y despedir a 536 empleados

La firma del sector automovilístico Delphi Diesel Systems ha dado este martes un paso más en el proceso de cierre de su planta en Sant Cugat al presentar al comité de empresa el expediente de regulación de empleo (ERE) a través del cual despedirá a los 536 trabajadores de la fábrica antes de que acabe 2016. La compañía quiere empezar a aplicarlos en abril, ya que considera que a partir de este mes tendrá un excedente de 82 personas, según ha explicado el presidente del comité y representante de CC OO, José Antonio Morán.

La firma respetará las condiciones de despido pactadas en un acuerdo de 2011, muy superiores a los 20 días por año que marca la reforma laboral: pagará indemnizaciones de 65 días por año trabajado con un tope de 42 mensualidades y un pago lineal de 10.000 euros. Los mayores de 56 años —unas 25 personas— serán prejubiladas. Además, Delphi continúa con la búsqueda de un inversor que reindustrialice la planta y contrate al mayor número posible de sus actuales empelados.

La firma ya había anunciado a inicios de febrero que cerraría este año la fábrica de bombas de inyección de diésel ante su baja rentabilidad, pero que estaba en busca de un inversor. Según aseguraron entonces fuentes de Delphi, Sant Cugat ha funcionado durante los últimos ocho años gracias a las subvenciones de la filial francesa, lo que ha ocasionado pérdidas por el valor de 100 millones de euros. 

Morán ha lamentado que la compañía haya presentado el ERE antes de encontrar una oferta vinculante. De momento, la que tiene más posibilidades es la propuesta de cuatro empresas dispuestas a unirse en una sola entidad para hacerse con la planta y dar empleo a 212 personas, según ha informado UGT en un comunicado.

Morán ha calificado esta alternativa de "insuficiente" y "decepcionante" al advertir que solo abarca a la mitad del personal, las condiciones laborales no serían las mismas y la ocupación no estaría garantizada más allá de los primeros tres años. El comité exige a la dirección que ofrezca las instalaciones de Sant Cugat a un "precio simbólico" para hacerlas más atractivas. La planta aún tiene alguna otra visita de inversores programada.