Duran lamenta que CDC abandone la “moderación política”

“Me siento incapaz de entender nada”, reconoció este viernes el candidato de Unió a las elecciones generales, Josep Antoni Duran Lleida, sobre la negociación entre Junts pel Sí y la CUP. “No conozco a la CUP y no reconozco a la actual Convergència. Que se pongan de acuerdo, llevamos dos meses y medio sin Gobierno en Cataluña”, dijo en un acto electoral.

Duran también publicó este viernes su carta semanal, en la que culpa al “camino emprendido por CDC para abandonar la moderación” de la situación de “colapso institucional” catalana, aunque reconoce que el Ejecutivo del PP y el anterior socialista “han sido provocadores” y lamenta que los independentistas hayan “caído en su trampa”. El líder de Unió insiste en que el catalanismo político “no es fruto de la adversidad”, pese a que “nunca lo ha tenido fácil”, dice, ha persistido buscando soluciones “desde el diálogo y la transacción” y, “nunca desde el frentismo”. Duran avisa a los secesionistas: “Basta de engañar a la ciudadanía. Han puesto al país en un callejón sin salida”.

El candidato democristiano sostiene en su carta que la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la declaración de ruptura “vuelve a decir” que la Constitución se puede reformar para “dar respuesta a los problemas políticos, por lo menos al derecho a decidir”, y apunta que “la solución propuesta por Unió de añadir una disposición adicional es difícil, pero posible. El resto es sencillamente imposible”.

“El procés no nos lleva por el buen camino. Recuerdo que mucha gente se rio e intentó ridiculizarme el día que manifesté que estaba atrapado. Pues bien: de aquella situación hoy hemos pasado al colapso institucional. Ante este colapso, solo nos quedan soluciones, y Unió las tiene, las defiende y las defenderá”, manifiesta el líder democristiano.

En su carta semanal, Duran aprovecha para criticar que el Gobierno haya intentado “humillar” al Ejecutivo catalán retrasando el pago del FLA y, por otro lado, la actitud del Govern de recurrir al Tribunal Supremo después de aprobar una declaración de independencia que reniega de las instituciones del Estado.