“Han ido a por nosotros por ser líderes vecinales”

Dos líderes vecinales han declarado hoy, como imputados, por haber provocado daños en el asalto de un grupo de ciudadanos a una oficina de servicios sociales de Barcelona. El presidente de la asociación de vecinos de Ciutat Meridiana, Filiberto Bravo, y el de la entidad antidesahucios 500x20, Antoni Tallada, niegan ser los autores de los desperfectos causados en el edificio público y sostienen que el Ayuntamiento de Barcelona les ha señalado y acusado por su activismo social.

“Han dicho que somos nosotros porque representamos a los vecinos y nos tienen ganas”, ha explicado Tallada. Lo mismo opina Bravo: “Quieren mi cabeza, eso lo tengo claro, por todas las movidas que hemos organizado. Pero por lo menos que me cojan cuando haga algo de verdad, que esperen un fallo, no por esto...”, bromea.

Tallada, Bravo y una tercera persona –un usuario de los servicios sociales- permanecen imputados por un delito de daños a raíz de una denuncia de la Guardia Urbana. Esta mañana han acudido a declarar a la Ciudad de la Justicia arropados por un grupo de vecinos de la zona norte – Ciutat Meridiana, Torre Baró y Vallbona-, la más pobre de Barcelona. “Los políticos vienen protegidos por policías; nosotros, arropados por el pueblo”, ha explicado Tallada, que se ha acogido a su derecho a no declarar ante la titular del juzgado de instrucción número 19 de Barcelona.

El ataque a la oficina se produjo en un contexto de tensión por las quejas de los vecinos sobre la atención que reciben de los servicios sociales

Tallada ha optado por no declarar porque, a su juicio, no ha sido suficientemente informado de los hechos que se le atribuyen. “El informe de la Guardia Urbana solo dice que cometí unos daños, pero no concreta nada”. Su versión de lo sucedido dista mucho de lo relatado en la denuncia: “Yo estaba allí dentro y en un momento dado sí escuché un fuerte golpe a mi espalda, como algo que se rompía. El único daño que parece que hubo fue una impresora rota”, ha explicado.

El asalto ciudadano al centro de servicios sociales que el consistorio gestiona en la zona norte de la ciudad se produjo el pasado 22 de octubre, poco después de que los vecinos lograran paralizar dos desahucios en Ciutat Meridiana, el barrio más afectado de Barcelona por este drama humano. Unos 40 vecinos irrumpieron en la oficina y causaron, presuntamente, daños en el mobiliario. Los vecinos insultaron e increparon a los trabadjores municipales, arrojaron bolsas de basura y tiraron al suelo ordenadores, papeles, impresoras, sillas y macetas.

El Ayuntamiento condenó “la agresión, tanto a la propiedad pública, como a los profesionales del centro y a los usuarios que se encontraban en el equipamiento”. El ataque se produjo en un contexto de fuerte tensión por las quejas de los vecinos sobre la atención que reciben de los servicios sociales.

Tallada no fue identificado en ese mismo instante, “Él se quedó fuera, ni siquiera entró”, insistió el presidente de 500x20. Bravo, que sí declaró ante la juez, ha mantenido esa misma versión desde el principio: presenció los destrozos desde la calle e intentó calmar los ánimos. “Llegué tarde porque me había entretenido hablando de los desahucios. Vi bastante jaleo y ya ni entré, y decidí llamar al ayuntamiento para localizar a algún responsable”, ha añadido.