Irujo pone pie en pared

Juan Martínez de Irujo no quiere sustos en este campeonato de mano parejas, y mucho menos de la gente novel. Lo ha demostrado en el inicio de la nueva jornada, este viernes en Irún. Tenía enfrente una prueba que le proponía Asegarce.Y la ha superado con holgura porque está muy seguro, controla la situación y Barriola le sigue acompañando en el empeño. Ha puesto pie en pared y así se ha labrado un 22-9 tan concluyente.

Urrutikoetxea está llamado a tantear sin demasiadas urgencias cuáles son sus posibilidades reales ante los primeros manistas del escalafón. Este campeonato es una prueba solvente para que se curta, sobre todo ante la adversidad. Lo ha vuelto a intentar, sobre todo en el arranque del partido, pero todavía le queda mucho trecho por recorrer, sobre todo cuando tiene el marcador tan desfavorable. Ante Irujo como ya le ocurrió frente a Olaizola, le ha vuelto a pasar. Las estrellas son así de contundentes y, además, te acaban sacando de quicio.

Ha habido dos partes en un partido de marcador tan aplastante. Urrutikoetxea y Beroiz pusieron de su lado para amasar siquiera un atisbo de sorpresa. Se plantaron en el empate a cinco tantos y así más de uno pensó en el frontón de Irún que podría haber trama. El susto  que le dieron a Irujo y Barriola salió caro después a la pareja de Asegarce. Irujo se picó de tal manera que ha ido acumulando tantos sin detenerse por un momento en la compasión.

El empate ha resultado tan engañoso que por ahí ha acabado rompiéndose el duelo tan desigual. Hasta doce tantos seguidos hicieron los navarros de Aspe. Con una tacada semejante se han distanciado de forma proporcional a la calidad de su pegada. Han sido los momentos donde la imagen ha reflejado la diferencia que les separa. Algunas dejadas en la pared izquierda lo han demostrado.

Irujo, de momento, solo está para sufrir con Aimar Olaizola aunque por el camino puede pasar algún mal trago que otro. Pero pocos y algún que otro despiste como ha ocurrido esta noche apenas un par de veces, pero cuando tenía sujetado el partido. Con estas garantías, el empeño de los chavales ha quedado diluido y su ánimo también porque la distancia ha sido kilométrica y no ha habido manera de reducirla.