La salida de los mayores de 50 años complica el acuerdo en CatalunyaBanc
Dirección y sindicatos afrontan hoy una maratoniana jornada de negociación para cerrar el expediente de regulación de empleo (ERE) que afecta a unos 2.400 empleados

Dirección y sindicatos de CatalunyaBanc afrontan hoy una maratoniana jornada de negociación para cerrar el expediente de regulación de empleo (ERE) que afecta a unos 2.400 empleados, un tercio de la plantilla. Acercadas las posturas sobre la indemnización genérica —30 días por año trabajado con un tope de 22 meses—, el principal escollo ahora es la negociación sobre las condiciones de salida de los empleados mayores de 50 años. El expediente es una condición previa a la venta de la entidad por parte del Fondo de Restructuración Ordenada Bancaria (FROB), prevista para este otoño.
Ante la negativa de la dirección a realizar prejubilaciones, la marcha de los empleados de más edad es la obsesión de los sindicatos (SEC, CC OO, UGT y CSICA). Su objetivo es vaciar la parte alta de la pirámide de edad y de sueldos con salidas de empleados que puedan llevarse una elevada indemnización —la horquilla que hay sobre la mesa es de entre 180.000 y 220.000 euros, lo que pasa por premiar la antigüedad— y evitar mandar al paro a jóvenes con bajas indemnizaciones.
Flecos pendientes
El ERE de CatalunyaBanc empezó con una oferta de indemnización de 20 días por año, en estricta aplicación de la reforma laboral, cuando en otras entidades nacionalizadas los empleados se habían marchado con hasta 30 días. Incluso el Gobierno catalán exigió para los empleados de la antigua Catalunya Caixa el mismo trato que el recibido en Bankia o Nova Caixa Galicia. Pasadas las dos primeras semanas, y tras una masiva manifestación y paros parciales, los negociadores mejoraron las indemnizaciones.
Pese a que oficialmente la última oferta de los sindicatos es del pasado viernes, las conversaciones informales se sucedieron hasta anoche. Además de los días y la salida de mayores de 50, otras cuestiones que hay sobre la mesa son cómo se optará a las plazas que queden vacantes o la rebaja salarial, que los sindicatos pretenden que sea de masa salarial y no de sueldo de forma directa. La jornada se prevé tan larga que la dirección ha encargado caterings para cuatro comidas.
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