Tomatito, más flamenco que nunca

Es la primera vez que se atreve con una seguiriya. Y lo hace, gracias a la tecnología, de la mano de su mentor: Camarón de la Isla. José Fernández Torres (Almería, 1958), a quienes todos llaman Tomatito, no solo se ha rodeado en su último disco Soy flamenco de los más grandes —además de Camarón participa Paco de Lucía— sino también de los más cercanos: sus hijos Mari Ángeles (al cante) y José. En plena promoción del álbum, Tomatito comienza la próxima semana una gira internacional que lo llevará hasta Estambul, París y Rusia, entre otros destinos. En Andalucía, el guitarrista ya ha confirmado su participación en el Festival de la Guitarra de Córdoba.

Pregunta. Su último disco se titula Soy Flamenco, ¿a alguien le quedaba alguna duda?

Respuesta. (risas) Es algo que ya me ha preguntado mucha gente. Cuando te pones a pensar en el título del disco, empiezas a buscar títulos llamativos, frases que atraigan,… pero con este trabajo no quería rebuscar nada, quería mostrarme así de directo, de simple. A lo largo de mi carrera he hecho muchas inclusiones en otros estilos, con este disco regreso a ese lado más flamenco.

P. Dice que se dedica en cuerpo y alma a dignificar cada día la guitarra flamenca ¿aún arrastra algún lastre?

R. Gracias a Paco [de Lucía] ya no. Él la ha abierto al mundo y nos ha permitido a otros hacer otras cosas, experimentar con ella. La guitarra es algo maravilloso.

Con este trabajo no quería rebuscar nada, quería mostrarme así de directo, de simple

P. Le hemos oído mezclarse con el jazz, el tango… ¿algún estilo con el que no se atreva?

R. Lo importante es saber cómo hacerlo, escuchar las notas y conseguir que se fusionen, que suenen como una. El flamenco es un género muy complicado y que merece un gran respeto, pero si se hace desde el cariño, y sabiendo dónde están los límites, no hay problema.

P. ¿Cómo ha sido volver a trabajar con Camarón?

R. Ha sido impresionante, fantástico. Cuando preparaba el disco, llamé a Paco [de Lucía] y le comenté la idea. Me dijo que le mandase el material que tuviera. Su respuesta no se hizo esperar. Así que, imagínate, un lujo volver a trabajar con ellos.

P. ¿Qué sintió cuando escuchó el resultado por primera vez?

R. Fue una pasada. Muy emocionante. Parecía que los tres volvíamos a actuar juntos.

P. Dice que con la marcha de Camarón y de Enrique Morente el flamenco deja atrás su época de oro…

R. En mis 40 años en el mundo de la música, no he conocido a nadie que esté a la altura de estos maestros y, desgraciadamente, no creo que lo vaya a encontrar nunca. El flamenco vive una nueva etapa. Será otra cosa, será diferente a lo que hemos conocido.

P. Este disco también marca un antes y un después en los herederos de la dinastía Tomate: sus hijos Mari Ángeles y José.

R. (risas) Desde pequeños han vivido esa pasión por el flamenco, yo siempre he intentado inculcarles ese amor, ese respeto y esa disciplina necesaria para este trabajo. Ellos han querido coger el testigo.

P. ¿Cómo es la voz de su hija?

R. Es una voz muy bonita, muy íntima.

P. Este mundo necesita de mucha disciplina, usted mismo asegura que toca la guitarra todos los días tres o cuatro horas. ¿Cómo se le inculca a un hijo esta dedicación?

R. Ante todo es algo que te tiene que gustar, algo por lo que vives. Eso es lo que te hace estar con la guitarra horas y horas.

P. Asegura incluso que su hijo es mejor que usted…

R. (risas) Sí, sí.

Yo por suerte trabajo mucho en otros países, pero hay compañeros que lo están pasando bastante mal

P. Hablando de guitarras, dice que tiene unas 60. ¿Recuerda cuál fue la primera?

R. Tengo unas cuentas,… Por supuesto que la recuerdo, incluso aún la tengo. Es una guitarra pequeña que me regaló muy padre cuando era pequeño. Como quien dice, con ella fui descubriendo este mundo.

P. A lo largo de 40 años ha actuado con muchos artistas y ha recorrido medio mundo. ¿Junto a quién y dónde le gustaría actuar?

R. No podría decir un nombre, son muchos los artistas con los que me gustaría trabajar. Muchos. En cuanto al sitio, mira que he estado en diferentes países, pero sigo pensando que cualquier lugar es bueno para tocar.

P. ¿Se nota también la crisis del sector cultural en el mundo del flamenco?

R. Yo por suerte trabajo mucho en otros países y no me afecta tanto. Es verdad que hay compañeros que lo están pasando bastante mal, que no tienen trabajo y que la situación pinta difícil. El Gobierno debería tomar cartas en el asunto y dar una solución ya. No debería abandonar la cultura. Lo que está claro es que hay que trabajar mucho, porque en esta vida nadie de regala nada.

P. ¿Cuál es el secreto para mantenerse sobre los escenarios cuatro décadas?

R. Trabajar mucho y amar lo que haces.