Feijóo explica “el cómo, dónde y por qué” de su relación con Dorado

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, afronta esta mañana la comparecencia más peliaguda desde que tomó posesión de su escaño en el Parlamento gallego allá por 2005. Acude al hemiciclo a petición propia para explicar su relación con el contrabandista Marcial Dorado cuando ya era número dos de la Consellería de Sanidade. Su entorno explicó ayer a Europa Press que ante la Cámara y las preguntas de los tres grupos de la oposición que llevan 10 días exigiendo explicaciones, “el presidente volverá a decir la verdad”. Lo hará, según las mismas fuentes, frente a los partidos que pidieron su dimisión “por tener fotos junto a un narcotraficante” obviando que cuando se tomaron “ni Feijóo era presidente, ni Dorado narcotraficante”.

Tanto los socialistas, como Alternativa Galega de Esquerda y también el BNG habían registrado preguntas para que la sesión de control al presidente versara sobre las vacaciones y viajes de ocio siendo alto cargo de la Xunta en compañía del capo de la mafia del tabaco en Arousa. Los tres partidos pretendían además una comparecencia monográfica para que explicase todos los detalles de esas enigmáticas relaciones entre Feijóo, Dorado y el testaferro de este último y chofer de la Xunta entonces, Manuel Cruz, a quien Feijóo califica como “un amigo” de aquella época. El PP toleró la comparecencia a cambio de retirar las preguntas de la habitual sesión de control.

Desde el mismo día en que estalló el escándalo con la publicación en este diario de las polémicas fotografías, Feijóo se puso a disposición de los medios para aclarar cualquier cuestión sobre el caso. Su única rueda de prensa sirvió en un primer momento para marcar distancias con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pero no disipó las dudas sobre los paseos en yate y las escapadas por España y el extranjero junto a Dorado y Cruz. En su defensa alegó que no sabía de las actividades ilícitas del contrabandista pese a que este ya había sido detenido en dos redadas contra la droga y el tráfico ilegal de tabaco y a que había huido de la justicia marchando a Portugal. Según el relato del presidente, tan pronto como supo que Dorado tenía una causa pendiente en los juzgados durante 1998 cortó toda relación con él. Pero la irrupción en la polémica del juez José Antonio Vázquez Taín —que encarceló a Dorado por narcotráfico— para intentar defender al presidente acabó enredando todavía más su versión. Taín explicó a diversos medios que él mismo intervino conversaciones entre Dorado y Feijóo que tuvo que descartar por “irrelevantes”. Sucede que el juez comenzó su investigación en 2001 y la existencia de esos pinchazos telefónicos contradice la versión del presidente.

El malentendido llevó a Feijóo a limitar ya sus respuestas a los medios. Tras proclamar que con la conclusión del juez de que no cometió ningún delito “se acabó la infamia”, remitió a los periodistas a su cita con el Parlamento. Según sus asesores, hoy es el día en que explicará “el cómo, el dónde y el porqué” de su relación con Dorado. De momento ha admitido viajes en compañía del contrabandista a Cascais, Ibiza, Picos de Europa (en un primer momento reconoció a este diario otro a Andorra, aunque después se desdijo) además de los paseos en yate por la ría de Vigo y los fines de semana en su mansión en Baiona. Y ha considerado una “torpeza” no haber investigado más sobre el notorio patrimonio de aquel hombre sin dedicación conocida que le convidaba a semejantes lujos. Lo que no explicó el presidente es por qué llegó a preguntar a su amigo Cruz si era testaferro de Dorado si, tal y como asegura desde que vieron la luz las imágenes, no sabía de sus oscuros negocios.