Declarado culpable de asesinar de un tiro al novio de su expareja en Vilafamés

El jurado popular ha considerado culpable de asesinato al acusado de matar en 2011 al compañero sentimental de su expareja con una escopeta en la localidad castellonense de Vilafamés. El jurado, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia valenciano, ha estimado la atenuante de confesión, ya que el procesado afirmó en el juicio que acudió a la Guardia Civil tras disparar a la víctima. El magistrado deberá ahora dictar sentencia conforme a lo decidido por el jurado popular.

El juicio arrancó el pasado lunes en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Castellón con la declaración del acusado. La Fiscalía solicitaba 20 años de prisión por un delito de asesinato, mientras que la defensa pedía dos años y seis meses de prisión por homicido.

El acusado declaró en el juicio que actuó sin ánimo de causar la muerte a la víctima sino para "asustarle". Asimismo reconoció que en junio de 2011 se encontró de forma casual en una plaza de Vilafamés con el que era compañero sentimental de su expareja y este le hizo "un mal gesto y una sonrisa de burla".

Esto, afirmó, le provocó "angustia" y fue hasta su casa, donde cogió una de las cuatro armas de fuego de las que es propietario, la cargó con el máximo de balas que admite ese tipo de escopeta y se dirigió de nuevo hasta la plaza donde estaba la víctima, para "asustarle" y que parara de provocarle.

Al volver, relató el procesado, la víctima estaba en su coche y "empotró" su vehículo contra la puerta del conductor, lo que bloqueó la misma y dejó a la víctima sin posibilidad de salir por ese lado. Entonces, según su testimonio, se bajó de su vehículo, quitó el seguro del arma y disparó desde un metro y medio de distancia "hacia el asiento del copiloto", pero la víctima "saltó y le dio la bala".

El presunto homicida afirmó que si la víctima "no se hubiera movido, no le hubiera dado" y que la misma "habría podido escapar de sobra" del vehículo. A preguntas de la Fiscalía y de la defensa, el procesado reconoció que es un tirador experimentado, y que a esa distancia "nunca habría fallado un disparo".

Durante su declaración, el acusado repitió en numerosas ocasiones que se "arrepiente" de lo sucedido, y que por ello, fue a entregarse a los agentes de la Guardia Civil después del disparo.