Juicio a una banda de ladrones de comercios

La Audiencia de Barcelona juzga, la próxima semana, a un grupo de carteristas de nacionalidad rumana especializado en los robos a tiendas y centros comerciales. La fiscalía pide penas de hasta cinco años de cárcel para un total de 23 acusados por un delito continuado de hurto y otro de asociación ilícita. El grupo estuvo operativo, señala el fiscal, entre 2007 y 2008. Después de apoderarse de objetos de valor —en especial productos de electrónica, joyería y textiles— los miembros de la banda los almacenaban en pisos para venderlos. La mayor parte de la mercancía era transportada a Rumania.

El fiscal señala como máximo responsable del grupo a Iancu P., alias Bita, que transmitía las órdenes a través de su lugarteniente y compañera sentimental, Cristina Eugenia T., más conocida como Zina. La pareja, así como otros miembros de la banda, residían en un barrio de la periferia de Badalona. Ambos contaban con el apoyo de Marian F., que ejercía “funciones de adiestramiento” con los ladrones “noveles”.

Las conversaciones telefónicas interceptadas revelan el liderazgo de Bita y su esposa. “Yo llevo ya tres años con los ladrones y los conozco. Hemos tenido hasta 17 en casa”, admite el jefe de la banda en una de ellas. En otra llamada, uno de los acusados le dice: “Me encontré con un amigo mío y dentro de un mes traerá unos 20 televisores de plasma. ¿Tenemos dónde venderlas?” “Sí hombre, hay sitio para cualquier cosa”, responde Bita. Los pinchazos telefónicos también revelan el papel de maestra de Marian F. quien afirma sobre unos chicos que, hasta la fecha, habían ido a robar solo “a tiendas sin marca”, pero que cuando aprendan “podrían ir incluso al Lacoste”.