El vigilante era uno de los ladrones

Las declaraciones del vigilante de seguridad de un supermercado Lidl despertaron las sospechas de los investigadores. La versión que daba de lo ocurrido durante el asalto del centro no coincidía con los hechos que relataban el resto de empleados. Esto llevó a pensar que esta persona también estaba involucrada en los robos, aspecto que confirmaron las investigaciones. Los agentes de Policía Judicial de la comisaría de Usera-Villaverde (Madrid) han detenido dos hombres implicados en tres robos en establecimientos de esta cadena, uno de los cuales trabajaba en su servicio de seguridad, ha informado la Jefatura Superior de Policía. El botín ascendería a unos 20.000 euros.

El primer robo se produjo en Usera hace unos dos meses. Un hombre acudió al establecimiento y se coló en los servicios del mismo. Esperó a que cerraran el local, momento en el que salió y, tras golpear al vigilante en la cabeza, le encañonó con un arma de fuego. Le obligó a llevarle hasta las oficinas, donde había otras dos empleadas con la recaudación del día. La cogió y salió huyendo en un coche, según fuentes policiales.

Los policías constataron que el vigilante ocultaba datos y que daba una versión distinta a lo ocurrido con el fin de entorpecer las investigaciones. Los agentes comprobaron que no había una tercera persona esperando al atracador en un coche pequeño con el que huyeron. Al contrario, el atracador se subió a una furgoneta y la condujo en dirección contraria a la que había indicado la presunta víctima.

Tras investigarle, los investigadores detuvieron al vigilante, Juan Antonio D. B., y a su supuesto compinche, Eduardo G. R., como el presunto autor material del atraco. Las pesquisas posteriores han permitido sacar a la luz que el vigilante también estaba trabajando cuando fueron asaltados otros dos supermercados de la misma cadena en fechas anteriores.