Un congreso analiza en San Sebastián el estado de los fondos marinos

Saber exactamente qué esconde el fondo marino resulta imprescindible para la gestión y conservación del medio. Con el objetivo de alcanzar un denominador común entre los científicos en la clasificación de estos espacios, el centro AZTI-Tecnalia reúne entre ayer y hoy a cerca de un centenar de expertos en San Sebastián. Una iniciativa que forma parte del proyecto comunitario MESHAtlantic para la creación de series cartográficas sobre el fondo marino de la fachada atlántica de Europa, y en el que también están involucrados institutos irlandeses, franceses, portugueses y de otros puntos de España.

AZTI-Tecnalia ha sido encargado de elaborar en Euskadi estos mapas. El centro escruta desde 2005 el litoral vasco, hasta los 100 metros de profundidad, explica Ibon Galparsoro, científico de AZTI-Tecnalia y organizador del encuentro.

La elaboración de la cartografía del fondo marino se vale de cuatro fuentes de información: profundidad del suelo, composición del mismo, morfología, distribución de energía (corrientes y oleaje) y características biológicas, el catálogo de especies que habitan en el área estudiada.

“La elaboración de mapas resulta fundamental para saber de la forma más precisa posible los bienes y recursos que el ecosistema marino proporciona al ser humano”, explican los organizadores.

La fachada atlántica de Europa juega en esta materia con cierto retraso respecto a otras zonas del continente, si se tiene en cuenta la información disponible hasta la fecha. “En el Mediterráneo y en el Mar del Norte llevan más años trabajando”, reconoce Galparsoro, que achaca el desfase a la falta de inversión y de una cierta conciencia.

El instituto vasco ha empleado a lo largo de estos años diversos dispositivos con los que conseguir la información sobre lo que esconden las costas vascas. Desde submarinistas a láseres aerotransportados. Todo en función de la dificultad de acceso a determinadas áreas o de la profundidad.

“Las sondas multihaz, por ejemplo, permiten obtener imágenes de alta resolución del fondo marino, la morfología del suelo”, detalla Galparsoro. Hasta los 30 metros de profundidad emplean a buzos y hasta los 100 mecanismos de dragado, que permiten obtener muestras de la composición del fondo y de las especies que habitan en él. “También empleamos cámaras de vídeo y un láser capaz de escanear los primeros metros del fondo en aquellas zonas a las que no podemos acceder”, añade.