El aparcamiento que crispa al Poble Sec

“A mí no me han dado ninguna solución y yo igual tengo que trabajar”. Así se queja Francisco mientras se recuesta en el muro de su tienda de materiales para la construcción, ubicada en el número 3 de la calle de Teodor Bonaplata, en el barrio barcelonés del Poble Sec. A pocos metros de su portal, por el que a diario tienen que salir y entrar furgonetas cargadas de tubos y ladrillos, está la boca de salida del aparcamiento que hoy inaugura Barcelona Serveis Municipals (BSM). Sobre él, la aún por terminar plaza de las Navas. El reclamo no es baladí: los coches tendrán que salir del aparcamiento contra dirección. Ninguna señal avisa del cambio de circulación. De hecho, la calle está en obras y completamente vallada.

Inicialmente, la salida del subterráneo estaba planteada por la calle aledaña de Jaume Fabra, explican los vecinos. Sin embargo, según la empresa municipal, el distrito de Sants-Montjuïc decidió cambiarla a Teodor Bonaplata por motivos de “movilidad”, según explicó un portavoz. Fuentes del Ayuntamiento aseguran que la decisión se consensuó con los vecinos. Ambas calles, que enmarcan la plaza, transcurren en sentido Besòs-Llobregat. Los vecinos niegan tal diálogo. “Nadie nos ha consultado los cambios de sentido. A principios de marzo nos dijeron que hasta abril no se hablaría de la apertura del aparcamiento y de la movilidad, y ahora nos encontramos con que entra en funcionamiento”, explica José Clua, otro de los vecinos de la plaza de las Navas.

A las quejas se une Elvira, que regenta el bar Galicia, en la esquina con la avenida del Paral·lel. “Nunca nos hemos encontrado con una nota informativa o una invitación a las asambleas informativas. A mí me han cortado el chaflán sin ni siquiera avisarme”, apunta.

La reforma de la plaza, que ya cumple seis años, ha sido fuente de complicaciones para los vecinos

Clua también asegura que los vecinos tendrán dificultades para aparcar en el garaje de la finca ubicada frente a la tienda de materiales. Tacha de “ilógico” el giro que tendría que dar un coche que bajara en el sentido que el Ayuntamiento quiere implantar en la calle.

La reforma de la plaza, que ya cumple seis años, ha sido fuente de complicaciones para los vecinos. Las obras, presupuestadas en 8,8 millones de euros, estuvieron paradas en dos ocasiones. Primero, porque se descubrió un refugio de la Guerra Civil. Después, la empresa constructora quebró y se tuvo que abrir de nuevo el concurso. Según fuentes del distrito, aún no hay fecha para la inauguración de la plaza.

La calle de Teodor Bonaplata presentaba ayer el mismo aspecto que la plaza: obras a medio acabar y un sembrado de vallas amarillas. La señalización del aparcamiento, de 9.100 metros cuadrados y 339 plazas, estaba reluciente, cosa que no ocurría con la de las calles. “No entendemos la prisa en abrir el aparcamiento si la plaza no está terminada”, señalaba Clua. “¿He de decirles a mis clientes que lleguen a mi negocio contra dirección?”, se preguntaba Francisco.