España necesita una nueva hoja de ruta para complementar las pensiones
La previsión social complementaria reclama protagonismo como eje clave para el futuro de los trabajadores

En plena reflexión sobre cómo se van a sostener las pensiones en el futuro, hay modelos que están demostrando con creces que funcionan. ¿Cómo? Generando ahorro y cuidando del bienestar a largo plazo de miles de trabajadores.
Es el caso de la previsión social complementaria (PSC), que reclama protagonismo como eje clave del futuro óptimo de los trabajadores. Loreto Mutua se anticipó al modelo. Nació mucho antes de que existieran los planes de pensiones de empleo o las EPSV (entidades de previsión social voluntaria) del País Vasco.
Loreto, con 55 años de historia, es una mutualidad vinculada desde sus inicios al sector aéreo, que ha logrado consolidar un sistema de previsión social complementaria con buenos resultados. Una de sus características fundamentales es que se nutre de aportaciones que provienen de la negociación colectiva, tanto de empresas individuales como de convenios sectoriales, entre las empresas y sus trabajadores. Es un modelo solidario y transparente que tiene el objetivo de maximizar la rentabilidad del ahorro de los trabajadores, con costes bajos y sin fines lucrativos.
Sin embargo, este modelo queda fuera del radar normativo actual. Así por ejemplo, la Ley 12/2022 deja en segundo plano a las mutualidades de empleo de ámbito estatal, pese a su larga trayectoria como actores del segundo pilar.
Loreto es, de hecho, la única mutualidad sectorial de ámbito estatal operativa en España, con más de 40 empresas asociadas, 1.300 millones bajo gestión y cerca de 30.000 mutualistas, y ha abonado desde 2001 más de 1.700 millones de euros en prestaciones. Es un modelo pensado para dar tranquilidad a los trabajadores, gestionado con rigor y que viene demostrando durante todos estos años que complementar las pensiones públicas es posible.
Pero el desarrollo efectivo de este segundo pilar del sistema de pensiones sigue tropezando con importantes barreras estructurales. La inexistencia de una ley estatal que regule la actividad mutual en el segundo pilar genera desigualdad jurídica, tanto a nivel de productos respecto a planes de empleo y las EPSV, como respecto al ámbito donde actúan, favoreciendo a los de ámbito autonómico respecto a los de ámbito nacional.

El potencial del segundo pilar
Convendría poner bajo el foco la excesiva carga regulatoria a la que nos enfrentamos los instrumentos de previsión social complementaria, como es Loreto. Entre otras cosas, la no adecuación normativa y la aplicación de la normativa de Solvencia II en lugar de IORP II, ha incrementado notablemente los costes operativos y administrativos para entidades mutualistas autogestionadas, que además no asumen riesgos en nombre propio. Este marco obliga a incurrir en múltiples gastos en asesorías, licencias y auditorías, encareciendo el sistema y penalizando el ahorro, en un contexto económico y demográfico incierto.
Además, hay que destacar que entidades como Loreto no comercializan seguros como tal, ya que su producto surge de la negociación colectiva entre empresas y trabajadores.
Por consiguiente, habría que reclamar la aprobación de una legislación específica sobre mutualidades de empleo a nivel estatal que regule el segundo pilar de la previsión social. Teniendo en cuenta el camino ya marcado por el modelo vasco, reconocido ya como ejemplo de éxito, tal aprobación no debería suponer un excesivo problema. Esto acabaría con la desigualdad fiscal entre instrumentos equivalentes, como es el trato más gravoso para mutualidades frente a EPSV o planes de empleo.
La reciente aprobación de un modelo fiscal en IRPF que separa el tratamiento de los rendimientos de capital, por la rentabilidad obtenida, de las del trabajo incluyendo aquí solo las aportaciones realizadas, o las mejoras de tratamiento fiscal de la percepción de la prestación en rentas temporales a largo plazo en la comunidad autónoma vasca, suponen el camino a seguir en el desarrollo de una previsión social complementaria que ofrezca un complemento de pensión suficiente.
De cara a impulsar la previsión social, también se hacen necesarias propuestas sobradamente conocidas como los incentivos fiscales para las empresas, el reconocimiento público a las que promueven el ahorro complementario, y una mayor claridad y estabilidad normativa en los límites de aportaciones. En definitiva, la necesidad de fomentar el ahorro y su rentabilidad como base del bienestar futuro.
Loreto Mutua MPS
El modelo de Loreto
Loreto ha evolucionado desde sistemas de reparto a la capitalización individual, gestionando de forma directa las aportaciones provenientes de la negociación colectiva de empresas y trabajadores del sector aéreo. Su operativa actual se asemeja a la de un plan de empleo sectorial: las aportaciones se asignan individualmente, se añaden rendimientos netos de la inversión y, llegado el momento de la jubilación o la contingencia, el mutualista accede a su fondo acumulado en la modalidad que elija (capital, renta o mixta), con garantía de un tipo de interés básico el último año para blindar su prestación frente a la volatilidad. Es decir, se reparte todo el excedente entre todos los mutualistas activos a fecha de cierre de ejercicio.