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crítica literaria
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

‘La república de la vergüenza’: el delito de ser madre soltera en la Irlanda del siglo XX

Caelainn Hogan reconstruye con un amplio muestrario de testimonios el drama de las mujeres que pasaron por centros de acogida para dar a luz en aquel país

Una fotografía de 1952 de una primera comunión en St. Marys, el hogar de madres solteras en Tuam, Irlanda.

Irlanda lleva más de una década intentando asimilar lo ocurrido en los hogares materno-infantiles que funcionaron en el país entre los años veinte y los noventa del siglo pasado. Gestionados por religiosas católicas, y supervisados y financiados por el Estado y las familias de las internas, su objetivo teórico era atender a las madres solteras, repudiadas socialmente y expulsadas con frecuencia del hogar familiar, y cuidar de sus hijos. En la práctica, sin embargo, en muchos de ellos —especialmente en las primeras décadas—, estas mujeres, vistas como criaturas descarriadas, eran explotadas, y sus hijos, entregados en adopción, no siempre con la autorización materna. El tema, que no ha dejado de rondar la actualidad irlandesa desde que estas instituciones se cerraron, volvió a ser noticia en 2014, cuando una historiadora local, Catherine Corless, averiguó que en uno de esos hogares, el de la localidad de Tuam, creado en 1925 y clausurado en 1961, más de 800 niños y bebés habían sido enterrados sin identificar y en una antigua fosa séptica. El escándalo alcanzó proporciones gigantescas y obligó al Gobierno a crear una comisión de investigación. El descubrimiento vino a confirmar además la elevada mortalidad infantil que se registró en esas instituciones y la escasa consideración que merecieron a sus gestoras estas pequeñas víctimas.

Al calor de ese último episodio, la periodista irlandesa Caelainn Hogan investigó durante tres años lo ocurrido en esos hogares y deja constancia de ello en un libro bien hilvanado que se publicó en inglés hace cinco años y llega ahora a las librerías españolas. La narradora se suma a una marea crítica que ha dejado a la Iglesia católica local profundamente tocada, dando voz a antiguas asiladas en los hogares, ansiosas por saber si sus hijos fallecidos fueron enterrados anónimamente, y a hijos adoptados en ellos que relatan sus dificultades para localizar y contactar con sus madres biológicas. Hogan se ha esforzado por aportar la versión de la Iglesia, entrevistando a algunos clérigos y a la superiora provincial de las Hermanas de la Caridad, una de las órdenes religiosas que gestionaron los hogares, aunque reconoce la dificultad de obtener testimonios de ese lado. Las monjas fueron las principales responsables de lo ocurrido, pero ¿qué culpa les corresponde a los políticos que les dieron carta blanca para manejar los centros? ¿Y a la propia sociedad irlandesa que juzgó con ferocidad a estas mujeres caídas?

Todo contribuyó a que las embarazadas solteras —sin anticonceptivos ni posibilidad de abortar— se vieran perseguidas por el desprecio general en una sociedad que las condenaba sin paliativos. La vergüenza de verse señaladas y criticadas en el vecindario decidió a algunas a recurrir a esos hogares hasta en los años ochenta, para dar a luz en el mayor secretismo y evitar el escándalo. De ahí que el libro de Hogan lleve por título La república de la vergüenza. Ser madre soltera acarreaba un tremendo estigma en buena parte del mundo hasta hace unas pocas décadas, pero la Iglesia lo atizaba en un país sobre el que tenía un dominio absoluto, mayor incluso que el que llegó a alcanzar en la España franquista.

El libro es un muestrario de vidas y dramas de quienes pasaron por estas instituciones y buscan una reparación tanto económica como moral, pero no aporta datos globales sobre su grado de implantación, ni lo que representaron en el país, más allá de señalar que acogieron a miles de mujeres. La autora denuncia, eso sí, la pasividad y la falta de escrúpulos del Estado irlandés al valerse del trabajo esclavo de miles de estas jóvenes en las tristemente famosas lavanderías de la Magdalena, adonde iban a parar las más rebeldes e irrecuperables. Hasta finales del siglo XX tuvieron como clientes a hospitales públicos e instituciones oficiales que les enviaban la ropa sucia con la mayor naturalidad. Ahora es la sociedad irlandesa la que exige al Estado que haga limpieza con esa época.

La república de la vergüenza. Cómo Irlanda castigó a las mujeres descarriadas y a sus hijos

Caelainn Hogan
Traducción de Elena Pérez San Miguel
Editorial Errata Naturae, 2025
328 páginas, 23,50 Euros

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