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Crítica Literaria
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

‘La edad frágil‘, de Donatella di Pietrantonio: novela sobre mujeres que resisten

Un suceso quirúrgicamente relatado por la autora italiana, Premio Strega 2024, da pie a la recreación de un mundo rural de rencillas y suspicacias ancestrales en las montañas

La escritora italiana Donatella Di Pietrantonio, ganadora del Premio Strega 2024, en la XXIII edición del Festival Internacional de Roma Letterature, en el Stadio Palatino de Roma el 9 de julio de 2024.

A vueltas con el motivo de la memoria como alivio del dolor que tarde o temprano inflige la vida, obstinada en analizar el espíritu de la juventud, Donatella di Pietrantonio se ha ganado a pulso el mítico Premio Strega, el galardón literario de mayor peso en lengua italiana, con una nueva historia de mujeres resilientes que se valen de su extraña fuerza telúrica para afrontar la amargura y relatarla como un jurista redactaría un documento, registrando cada detalle y evitando a la vez toda emoción.

La autora de Mi madre es un río (2011) comenzó a escribir tarde pero descubrió pronto un estilo propio de carácter aséptico en el que las emociones se contienen y las frases simples se suceden de modo que cada una de ellas ilumina el significado de la anterior, y tal vez el placer de leer su prosa se explique porque dispone cada una de sus frases como mueve sus piezas en el tablero un maestro del ajedrez. Su estilo distante y a un tiempo extraordinariamente conmovedor podría describirse como se describiría la sensibilidad del acero. De nuevo, como en Bella mia (2013, sin traducir al castellano) y en La retornada (Duomo, 2017), un suceso atroz sacude la vida cotidiana y el retrato de una madre y una hija en primer plano.

Lucía, madre de la joven Amanda, lleva las riendas de su afilada narración en primera persona del luctuoso suceso que tuvo lugar treinta años antes en las montañas de los Abruzos, la tierra natal de la autora que en su obra deviene un paisaje del alma, un sentimiento de identidad, cuando dos de sus compañeras fueron asesinadas en el bosque y la región entera se oscureció. La novela explica el crimen, pero no es una novela negra. A la autora le importa el efecto devastador del suceso en la memoria de quienes lo vivieron, y por encima de todo en el miedo agazapado para siempre en el cuerpo de esa joven que sobrevivió y que ahora, madre separada y con un padre aferrado al terruño, lo siente en el de su hija Amanda, de ojos color avellana como los de la amante de Pavese que el poeta cantó, cuando regresa de sus estudios en Milán por culpa del maldito virus y del confinamiento. Y los conflictos familiares entre madre, hija, marido y abuelo avanzan en el relato en paralelo con el ejercicio de la memoria de aquel episodio trágico en el que murieron dos chicas jóvenes de Módena ataviadas con esa inevitable ingenuidad en la que habita la juventud.

El dolor que siente Lucía por sus amigas desaparecidas se diría minúsculo en comparación con el dolor de saber que no podemos evitar estar siempre a merced del mundo

Un conocido verso de la Nobel Louise Glück en Meadowlands atestigua que “Miramos el mundo una sola vez, en la infancia/Lo demás es memoria”, y leyendo La edad frágil piensa uno en la idea de que la juventud, a su vez, lo contempla como si tuviera que ser eterno. El dolor que siente Lucía por sus amigas desaparecidas se diría minúsculo en comparación con el dolor de saber que no podemos evitar estar siempre a merced del mundo, y que somos vulnerables a pesar de la quimérica protección que nos brinda la edad frágil que en realidad dura toda una vida y que convierte la felicidad en un dios remoto. El suceso, quirúrgicamente relatado por Lucía, da pie a la recreación de un mundo rural de rencillas y suspicacias ancestrales en el que el veneno de la condición humana se disuelve en la tierra de las montañas que enmarcan lo mejor y asimismo lo peor de lo que aquí se cuenta. Hombres huraños como Ciarango entre fieras sobre las que recae la sospecha, cándidos veraneantes, Gimaldi, una jueza con vaqueros, la Sheriff en su nido del águila, los carabinieri pisando un terreno ya maldito para siempre. Y detalles minúsculos que le roban protagonismo a la tragedia, y frases simples que encierran un mundo de percepciones, como “nos hicimos mayores en una sola noche”: la voz inconfundible de

Di Pietrantonio. Larga vida a su narrativa hasta que sus Abruzos se hayan convertido en un Yoknapatawpha faulkeriano, esto es, en un territorio mítico cuya sordidez quiera la paradoja que haga muy feliz al lector.

La edad frágil

Donatella di Pietrantonio
Traducción de Maria Borri
Duomo, 2025
255 páginas. 18 euros

L'edat fràgil

Donatella Di Pietrantonio
Traducción de Mercè Ubach Dorca
Grup 62, 2025 (en catalán)
216 páginas. 18 euros

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