Cuando los vikingos llegaron a América: la historia narrada desde el mito, la violencia y el deseo
La monumental saga de siete volúmenes de William T. Vollmann sobre la sangrienta colonización de América del Norte arranca en ‘La camisa de hielo’ con el choque de culturas de los pueblos nórdicos y los nativos americanos

“¿Qué es la soledad? El espacio entre dos piedras desaparece cuando se salva con una telaraña?”. La camisa de hielo, de William T. Vollmann, publicada por Pálido Fuego esta primavera con traducción de José Luis Amores, es el primer volumen de la serie Siete sueños, una ambiciosa saga sobre los orígenes de América del Norte, narrada desde el mito, la violencia y el deseo de algo diferente a lo que ya se tiene. En este primer tomo, Vollmann se centra en la colonización vikinga de Vinland, ese territorio al que los nórdicos llegaron en el siglo X y que bautizaron con el nombre de Vinlandia La Buena. Si bien este texto es algo diferente a los que Vollmann nos tiene acostumbrados a sus lectores habituales (y pueden echarse de menos su lucidez habitual analizando el presente, pues los momentos en los que el tiempo avanza son relativamente escasos), es posible que el proyecto en su conjunto posea una envergadura que no tiene rival entre los narradores contemporáneos.
Aunque el tema es pretendidamente histórico, lo que el libro propone (y se deduce que así continuará la saga) no es una narración, sino una forma de habitar la historia. A través de una estructura fragmentaria y enciclopédica, que entrelaza los mitos nórdicos con pizcas de presente, Vollmann desdibuja la línea entre documento y ficción, presentándose a sí mismo como William el Ciego, cronista ficcional que se desplaza por la saga como observador, personaje y demiurgo. Después de un arranque denso —la primera sección se compone de casi cien páginas dedicadas a los mitos fundacionales— se abre el relato del encuentro entre los nórdicos y los Primeros Pueblos. Vollmann no aclara qué es traducción de otros y qué no, pues lo importante no es la precisión, sino cómo se configura una misteriosa historia de las mutaciones humanas. Muchos teóricos de la Modernidad han señalado la ruptura con el medio que supone el progreso humano: tal vez un griego se sentía en casa, pero no nosotros. Lo que La camisa de hielo anuncia es que tal vez el destino humano, desde el inicio, consiste en jamás estar en casa, en adaptarse y cambiar permanentemente en función ya no de la necesidad, sino del deseo. Es a través de un relato sobre el deseo (un cambio de sexo mítico e inesperado que abre la segunda parte) como el lector queda atrapado en esa misteriosa trama de transformación y violencia que tal vez es la historia humana; simbolizada por la metáfora de las “camisas”, prendas-identidad que se pueden poner o quitar —la Camisa del Oso, la del Hielo, la del Lobo—. El libro plantea la identidad como una forma de desarraigo sostenido e inevitable. Cambiar es posible, pero ninguna forma nueva garantiza pertenencia.
Vollmann asume que narrar es intervenir, que contar el origen de un territorio es una forma de reclamarlo
Reescribiendo las sagas, Vollmann asume que narrar es intervenir, que contar el origen de un territorio es una forma de reclamarlo. Las secciones modernas, que podrían resultar fuera de lugar en un primer vistazo, sirven como contrapunto: el pasado no es otra cosa que un modo de leer el presente, e incluso él mismo puede ser transformado y colonizado.
La camisa de hielo es un libro sobre los mecanismos de apropiación, pero también sobre la imposibilidad de reconciliarse con nada. No hay pertenencia, solo travesías. El deseo, ese impulso que los mueve, no los lleva al primer hogar que echamos de menos, sino más lejos, a construir una casa tras otra que abandonamos cuando por fin se sostienen sus cuatro paredes. Jamás llegará la calma.

La camisa de hielo
Traducción de José Luis Amores
Pálido Fuego, 2025
445 páginas, 25,90 euros
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