
Cinco cenas veraniegas (casi) sin fuego
Las ensaladas, sopas frías, tostas y tartares son tendencia en verano. Este tipo de elaboraciones, sencillas y refrescantes, se multiplican cuando el calor en la cocina empieza a ser insoportable.
Química y traductora de inglés de formación, gastrónoma por pasión desde el 2013. Divulgadora gastronómica y fotógrafa para marcas de alimentación o medios como El Comidista y 'Bon Viveur', profesora de cocina en la Escuela Alambique de Madrid, recetea en su blog 'El invitado de invierno' y en donde le lleve el viento, gastronómicamente hablando.
Las ensaladas, sopas frías, tostas y tartares son tendencia en verano. Este tipo de elaboraciones, sencillas y refrescantes, se multiplican cuando el calor en la cocina empieza a ser insoportable.
Una versión que prescinde de la clásica anchoa, y se viene arriba con ingredientes aptos para ovolacteovegetarianos como el queso, el aguacate o los huevos de codorniz, añadidos a la suculencia de los encurtidos.
El pan nos acompaña en las comidas y nos salva muchas veces en formato bocata, pero no acaban ahí sus usos culinarios: se puede utilizar como protagonista de platos como el salmorejo, el ajoblanco y ensaladas.
Un postre inspirado en una tarta francesa llamada fraisier, con una base de bizcocho, mucha nata y frutos rojos. Lo podemos hacer tan sencillo o complicado como queramos, dependiendo de si el bizcocho es casero o no.
Un estofado en el que las aceitunas potencian el sabor de un buen sofrito y algunas especias, que puedes preparar desde cero cociendo tú la legumbre o acortar los tiempos usando una versión en conserva.
Un clásico de la gastronomía madrileña a base de judías, sofrito y tocino que podemos adaptar a lo que tengamos en nuestras neveras y despensas, y cómo incluirlo en un menú para todo el día.
Un aperitivo o picoteo clásico que con solo dos ingredientes; un chorizo rico y un vino a su altura consigue un sabor estratosférico. Hazte con una buena hogaza porque vas a querer untar pan hasta la manga.
Un plato clásico que pone en valor las patatas gracias a un rebozado y posterior estofado en una salsa gordita y sabrosa, gracias al ajo, la cebolla y el azafrán. Además, te proponemos un menú para el día completo.
Los platos de cocción larga son ideales cuando tenemos que pasar mucho tiempo en casa: la olla trabaja mientras nosotros solo tenemos que vigilarla de tanto en cuanto.
El jugo de la panceta no merece acabar en el desagüe o el reciclaje. Si te da por cocinar beicon estos días en casa, puedes seguir estos consejos para sacarle todo el partido a la carne y a su grasa.
Una versión con manzana del clásico dulce de membrillo muy poco conocida fuera de las regiones productoras de esta fruta, que espesa gracias a la pectina y podemos tomar con frutos secos o queso.
Esta receta de origen judío es uno de los emblemas de la gastronomía de Roma. Un plato que surgió de la fusión de culturas que se dio en el siglo XVI en el gueto de la capital italiana.
¿Qué es la manteca de cacao? ¿Y el método holandés? ¿Es igual un chocolate de cobertura para postres que uno para comer? En el artículo de hoy resolvemos todas tus dudas culinarias chocolateras.
Una versión más sencilla y con menos ritual de la escudella navideña, que resulta igual de reconfortante y podemos adaptar a las diferentes verduras y legumbres que tengamos en casa.
El día de Reyes se celebra con dulces en diferentes regiones del mundo: la rosca de Reyes, la king cake, el wassail o el dreikönigskuchen. Descubre de dónde vienen y aprende a preparar dos de ellos.
La manzana y la canela son una combinación ganadora. La primera da jugosidad a este bizcocho, y la segunda, aroma. Las nueces ponen el punto crocante.
Preparar un pollo asado relleno nunca fue tan fácil: este tiene pocos ingredientes muy bien combinados y una elaboración sencilla. Sigue los pasos de la receta y logra un resultado estupendo.
Crujiente por fuera, suave por dentro: la 'coca de forner' es un pan plano dulce que encanta a cualquier paladar. Con paciencia y práctica te quedará como la de un panadero.
Ricas, fáciles de preparar y versátiles: las cocas en su versión salada admiten casi todo tipo de rellenos. Aprende a hacer la masa e inspírate con estas tres opciones.
Este bivalvo, muy popular en las costas gallegas, es más económico que las vieiras y apaña perfectamente un aperitivo de celebración. Sólo hay que pasarlas unos minutos por el horno acompañadas de un sofrito.
Un asado sencillísimo en el que las verduras se impregnan en la grasita de la carne y quedan blanditas por encima y crujientes por debajo. El lecho del cordero admite casi tantas variaciones como verduras existen.
Una seta barata, saludable, fácil de preparar y que puedes encontrar durante todo el año debería tener un puesto de honor en tu nevera. Hoy te damos un montón de ideas para usarlo en la comida más difícil del día.
Este plato con más de 60 años de historia pone de protagonista a un ingrediente que casi siempre hace de secundario. La chicha la añaden el atún de lata y los huevos cocidos.
No todos los platos de legumbres son cuchareo o ensaladas. También quedan muy bien en salteados como el de hoy, que potencia la mantecosidad de unos judiones con el umami de los berberechos.
La merluza a la gallega es un plato sencillísimo que se basa, como casi toda la cocina de esa comunidad, en un género de calidad apabullante. Si el pescado es fino y nacarado, pocos adornos necesita.
Lo inventó Auguste Escoffier en 1894 en honor a una cantante de ópera, y desde entonces es una leyenda de los postres. Clave para triunfar con él: huir del melocotón en almíbar regulero.
Las croquetas con base de patata son algo más sencillas de preparar que unas croquetas clásicas, pero los críos de la casa -y los no tan críos- las adorarán por su suave interior y su exterior crujientito.
El mercado ofrece mil variedades, y combinarlas, aliñarlas y servirlas en la mejor ensalada posible está al alcance de nuestra mano: hoy te lo contamos todo para elevar este sencillo plato hasta la estratosfera
Si vas al gimnasio y te ha dado la fiebre del arroz con pollo, hazte un favor y prepáralo siguiendo esta receta. Con un simple adobo saldrás del pollo soso y del triste arroz blanco.
Calabacín, berenjena, pimiento y patata se unen para dar lugar a este plato tradicional mallorquín. Si utilizas buena materia prima y haces la fritura como Dios manda, tendrás un plato de diez.
Cerezas, melocotón, sandía, melón, mango... ¿tú también sucumbes a las recetas de sopas frías con fruta para refrescarte en verano, o crees que gazpacho solo hay uno y a los demás los encontramos en la calle?
Un clásico siciliano que encantará a los entusiastas del café con hielo y que puede preparar cualquier criatura que sepa hacer café y que tenga congelador: no tiene más misterio.
Utilizamos queso Arzúa-Ulloa, tomate y lo que se nos ocurra porque nosotros los valemos y porque hay vida más allá -y más acá- de los quesos italianos, y deberíamos conocerla.
Los gazpachos primigenios se preparaban sin batidora, sin escaldar y con lo que había a mano: la base era una sopa clara de ajo majado, pan candeal y agua fría a la que se añadían hierbas y hortalizas cortadas.
La clave para que esta sangría salga bien está en escoger un vino decente, limitar el azúcar y entregarse a la fruta de temporada y el zumo de cítricos para aromatizar la mezcla.
Verdura fresca y cocinada, garbanzos pasados por la sartén con especias y huevos de codorniz: si no comes legumbres en verano, no será porque no haya deliciosas opciones aptas para el calor.
Un clásico de la cocina veraniega que se puede adaptar a cualquier presupuesto, preparar con sobras de otros platos de pescado o mariscos ya cocidos y alargar con patata y huevo para conseguir una comida completa.
Las ensaladas son nuestras grandes aliadas cuando aprieta el calor porque son frescas, sencillas y completas. Si sólo se te ocurre hacerlas de tomate y lechuga, estas 10 ideas te ayudarán a salir de la rutina.
Una joya de la cocina popular elaborada con bacalao y pimientos asados que invita a darlo todo mojando una buena hogaza de pan. Las aceitunas y los piñones rematan una receta tan sencilla como sabrosa.
Si conoces los procesos físicos y químicos que se producen en el el bizocho será mucho más fácil que te salga bien. O al menos, que entiendas por qué te sale mal.