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Muere a los 97 años la madre de Plaza de Mayo Vera Jarach, víctima de dos dictaduras

La conocida militante de derechos humanos perdió a su abuelo en Auschwitz en 1944 y a su hija a manos de la dictadura argentina en 1976

Mar Centenera

Vera Vigevani de Jarach, una de las referentes más conocidas de la asociación Madres de Plaza de Mayo, murió en Buenos Aires a los 97 años. Nacida en 1928 en Italia, en el seno de una familia judía, llegó a Argentina con 11 años cuando sus padres decidieron escapar del fascismo en vísperas del estallido de la II Guerra Mundial. Su vida estuvo atravesada por la tragedia en los dos continentes: en Europa, su abuelo materno fue deportado por el régimen de Benito Mussolini y murió en el campo de concentración de Auschwitz; en Argentina, sufrió la desaparición de su única hija, Franca Jarach, a manos de la última dictadura. Murió sin haberse podido despedir de ella.

“Vera querida, compañera inteligente, culta, alegre tantas veces y en silencio algunas otras porque en tu ánimo giraba la pregunta que nunca debió existir: ¿Por qué?”, escribió este viernes la presidenta de Madres de Plaza de Mayo - Línea Fundadora, Taty Almeida, al informar de su muerte. Almeida destacó que su recuerdo y el de su hija estarán vivos en cada paso que den las últimas Madres que quedan en pie y los descendientes que han tomado el relevo de su lucha: “La sonrisa de Franca seguirá siendo la bandera de innumerables jóvenes”.

Vera Jarach contó que su familia emigró “a tiempo” de una Italia en la que se extendía la persecución religiosa y que en breve comenzaría a deportar judíos. Un año antes de subirse al barco que la llevaría hacia Argentina con sus padres y su hermana, una maestra le dijo a su madre que no podía ir más al colegio por ser judía. “Fue la primera injusticia que vi personalmente. Valiente, la maestra, porque se arriesgaba a decir lo que pasaba”, recordó en una entrevista.

Tras finalizar sus estudios, Vera Jarach trabajó como periodista para la agencia de noticias italiana ANSA. Se casó con el ingeniero italiano Jorge Jarach y tuvieron una hija, Franca. La joven cursaba el último año de secundario del prestigioso Colegio Nacional Buenos Aires cuando fue secuestrada el 25 de junio de 1976. Tenía 18 años. La buscaron por todos lados, pero nunca la volvieron a ver.

Vera Jarach se unió a las Madres de Plaza de Mayo y trabajó incansablemente para denunciar los crímenes perpetrados por la última dictadura y saber qué había ocurrido con su hija. A través del testimonio de sobrevivientes, se enteró que había estado secuestrada en el mayor centro clandestino de detención de la dictadura, la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA). Todo apunta a que los militares arrojaron su cuerpo al río de la Plata en uno de los muchos vuelos de la muerte que usaron para deshacerse de los detenidos sin dejar rastro.

“[No hay tumba] ni para mi abuelo ni para Franca: fue la ESMA y luego los vuelos de la muerte. O sea, que se repite la historia, distintas épocas pero siempre la misma tremenda dolencia. La perversión y el odio”, dijo en una de sus últimas entrevistas. Dos años antes de morir, Vera Jarach pedía a la sociedad argentina que nunca más tolerase el odio, el silencio y la indiferencia.

Varios dirigentes de derechos humanos y políticos recordaron a Jarach en las redes sociales por su activa participación en causas por la memoria y la justicia. “Vera Jarach tenía 97 años. Nunca dejó de luchar y de sonreír: ejemplo de Resiliencia y Memoria. Te vamos a extrañar”, la despidió la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner junto a una fotografía de un encuentro con ella en su departamento. “Sobrevivió a dos genocidios y tuvo el coraje de convertir ese dolor en lucha”, añadió el senador Eduardo Wado De Pedro, hijo de desaparecidos. Su última despedida será el sábado en el cementerio de Chacarita.

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Sobre la firma

Mar Centenera
Es corresponsal de EL PAÍS en Buenos Aires. Antes trabajó en la sección Internacional de Público, fue enviada especial en Afganistán y Filipinas, y corresponsal de la Agencia Efe en Yakarta y Buenos Aires. Es licenciada en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).
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