Volátil realidad

La linterna mágica es un aparato óptico, precursor del cinematógrafo. Su invención se debe al jesuita alemán Athanasius Kircher, quien en el siglo XVII, y basándose en el diseño de la cámara oscura, que recibía imágenes del exterior haciéndolas visibles en el interior, pensó en invertir este proceso, y llevar las imágenes de dentro a afuera. Esta técnica le ha servido a Laura Brinkmann (Málaga, 1977) para crear sus último trabajo, Volutas, una serie de 18 fotografías de gran formato y cuatro videocreaciones en las que el humo adquiere un papel protagonista.

La artista ha experimentado con varios sistemas hasta encontrar en una pequeña máquina de humo de discoteca el instrumento ideal para capturar esa realidad volátil que configuran las imágenes de edificios, personas o vehículos envueltas por la neblina blanquecina del humo. "Escogí el humo porque me atrae su volatilidad, el soporte efímero que representa y que tiene mucho que ver con la fotografía. Me gusta cómo distorsiona la imagen, el efecto plástico que consigo... Leí sobre el uso que se le daba a la linterna mágica y descubrí que esa técnica conseguía unos efectos que ni los medios de hoy día logran crear. El empleo del humo es lo más parecido", indica Brinkmann, que ha realizado las series de fotografías de Volutas sin intervención alguna de los avanzados programas informáticos. "No utilizo el ordenador ni el photoshop", resalta. Los edificios de Torremolinos, del popular barrio de San Andrés o la casa en ruinas de Gerald Brenan en Churriana se adivinan irreales tras la cortina de neblina, al igual que los individuos que Brinkmann retrata en sus quehaceres cotidianos. Las cuatro videocraciones recrean estas secuencias de fotos con música del malagueño Emilio Mula y poemas del pintor alemán Hans Schnell, artista amigo de su padre, el pintor Enrique Brinkmann.

En el Centro Cultural Provincial de Málaga. Hasta el 9 de mayo. Gratuita.