Cinco preguntas sobre la nieta de Ana Obregón e hija de Aless Lequio: ¿permite España usar el semen de un fallecido con este fin?

¿Se puede ser madre y abuela de un mismo bebé al mismo tiempo? ¿Permite España usar el semen de un fallecido con este fin? ¿La niña puede ser registrada como hija de Aless Lequio? ¿Y reclamar la paternidad de Aless? ¿El bebé tendría derecho a la herencia de Aless Lequio? A esta y otras preguntas responde en el vídeo que acompaña esta noticia la doctora en Derecho y Profesora de Derecho Constitucional, María Concepción Torres Díaz. La colaboradora de Agenda Pública también ha explicado lo que es posible que conlleve la publicación de la revista Lecturas, que difunde en su portada la foto de la madre gestante: “Podría ser un acto constitutivo de un delito de revelación de secretos. Además, contra la intimidad personal y familiar y la propia imagen”.

Hace una semana, el caso de Ana Obregón se convirtió en lo más comentando de las redes sociales e incluso en el Congreso de los Diputados. Se descubría que la actriz había sido madre de una niña por vientre de alquiler. Tras esta noticia, las preguntas y las conjeturas no tardaron en aparecer y, una semana después, los rumores se han confirmado. La revista ¡Hola!, que se publica cada miércoles, ha publicado, mediante una entrevista exclusiva con la actriz, que la niña nacida por vientre de alquiler es su nieta e hija de su hijo Alessandro Lequio, que falleció en mayo de 2020, con 27 años, a causa de un cáncer.

En la portada se puede ver a Obregón con la bebé en brazos y una frase en la que la actriz explica: “Esta fue la última voluntad de Aless, la de traer un hijo suyo al mundo”. Según cuenta en la larga entrevista, una semana antes de morir, el joven les comunicó a ella y a su padre, el colaborador de televisión Alessandro Lequio, su deseo de convertirse en padre de forma póstuma. La actriz asegura que tomó la decisión el mismo día en que su primogénito murió, pero que el proceso no resultó fácil. Además de traer un hijo suyo al mundo, Aless Lequio les encargó a sus padres crear una fundación que llevara su nombre, dedicada a recaudar fondos para la lucha contra el cáncer, y terminar el libro que dejó inacabado.