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Avangrid anuncia una inversión millonaria en red eléctrica en EE UU para atender el aumento de demanda

La filial estadounidense del Grupo Iberdrola dedicará 18.500 millones de dólares a la distribución de electricidad y su modernización

El mapa que muestra las líneas de transmisión y distribución eléctricas que recorren Estados Unidos parece una tela tupida. Es la imagen de un tejido que garantiza que la electricidad llegue a hogares, comercios, calles, escuelas, hospitales y fábricas. Sin embargo, un análisis más detallado de este mapa revela que este telar, creado en su mayoría hace más de medio siglo, requiere atención e inversión para evitar grietas que den lugar a apagones. Es una atención que también es crítica ante la llegada de nuevos clientes con un enorme apetito energético, los centros de datos para inteligencia artificial.

El desarrollo de estos centros de datos ha puesto de manifiesto la necesidad de aumentar la generación, pero también de reforzar la transmisión y la distribución en los sistemas eléctricos. La promesa de la IA depende, en gran medida, de este delicado y envejecido tejido.

“Esto implica una carga de electricidad que supera con mucho el crecimiento histórico”, dice Jorge Aith refiriéndose a la demanda de electricidad de los centros de datos y el impacto que tienen en la red existente. Aith es vicepresidente de procesos y tecnología de Avangrid, la filial estadounidense del grupo español Iberdrola, una eléctrica que ha puesto el foco en esta situación de fragilidad de la red y acaba de anunciar un plan para invertir 18.500 millones de dólares en EE UU hasta 2028.

“Con esta inversión, Avangrid se centra en construir y reforzar la infraestructura con la que abrir puertas a la innovación, impulsar el crecimiento económico y asegurar el futuro energético del país”, explica José Antonio Miranda, consejero delegado de la empresa. La mayor parte del gasto de capital se destinará a invertir, reconstruir y reforzar la red eléctrica y la infraestructura de gas en sus operaciones en Nueva York y Nueva Inglaterra, que dan servicio a más de 3,4 millones de clientes. El objetivo es reconstruir y reemplazar infraestructura antigua, ampliar la capacidad y la seguridad para los centros de datos y mejorar el servicio a clientes en Nueva York, Maine y Connecticut.

Avangrid está invirtiendo en la infraestructura esencial, como postes, cables, líneas y extensiones, necesaria para aumentar la capacidad y la fiabilidad operativa de la red. Una parte significativa de esta inversión también se destina al diseño y la configuración de la llamada red inteligente o smart grid, una tecnología que permite a la empresa y a sus clientes comprender mejor los patrones de consumo y ser más eficientes. Con esta red inteligente, Avangrid puede identificar mejor las necesidades de suministro en momentos de máxima demanda y los clientes pueden, por ejemplo, decidir cargar las baterías de auto cuando la demanda es más baja y, por tanto, el precio también.

La red inteligente tiene un papel clave en la integración de fuentes de energía renovables, como la solar y eólica, que son intermitentes y descentralizadas. Para gestionar este equilibrio más complejo entre oferta y demanda, la red eléctrica tradicional experimenta una evolución transformadora, apoyada en sensores y análisis que garantizan un suministro estable. La nueva tecnología permite una comunicación en dos direcciones, lo que posibilita la supervisión y la respuesta a problemas en tiempo real. Es algo que mejora la confianza, la eficiencia y la resiliencia de la red, porque permite a las eléctricas detectar fallos, prever averías y responder más rápidamente ante cortes en el suministro gracias a los datos en tiempo real.

Previendo los avances de la IA y la llegada de nuevos centros de datos, Avangrid no sólo está modernizando, sino que también está ampliando sus redes eléctricas para asegurar que haya capacidad suficiente. Según Aith, sin inversión en el segmento de transmisión, la línea que lleva la energía al centro de datos será imposible abastecer. Aith, que es ingeniero eléctrico, explica que los cables, postes, equipos de subestaciones y la red, instalada hace más de 50 años, no fueron diseñados para la carga adicional que requieren los centros de datos de inteligencia artificial. Algunos de estos centros consumen un gigavatio de energía, equivalente al consumo de toda la ciudad de San Francisco (California) bajo un mismo techo. Un techo muy grande.

“Realmente necesitamos seguir mejorando y ampliando nuestra red de transmisión y distribución para garantizar la capacidad de procesar los modelos de IA que se utilizan en este tipo de centros de datos”, afirma Aith.

La compañía eléctrica no sólo está modernizando sus operaciones tradicionales para la IA sino también usando esta tecnología. “No queremos usar la IA porque esté de moda o porque todo el mundo hable de ella. Estamos aprovechando la IA e IA generativa en nuestros procesos operativos para mejorar nuestro desempeño y la calidad del servicio a nuestros clientes”, dice Aith. Este ingeniero explica que, por ejemplo, la IA permite a Avangrid hacer estudios de protección y control ocho veces más rápidamente que con métodos tradicionales. Esto permite a la empresa identificar con mayor precisión problemas de coordinación y colaborar de manera proactiva para abordar posibles fallos antes de que escalen y causen grandes apagones.

Y también hay robots. Sparky, un robot con forma de perro, construido por Boston Dynamics, se utiliza como piloto para la inspección de subestaciones. Este robot con cuatro patas es un inspector peculiar, pero el verdadero cambio proviene de la IA que lo respalda. El modelo puede predecir fallos en los equipos mediante el análisis de tendencias y la detección de anomalías.

Aith afirma que este tipo de IA hace el trabajo más eficiente y productivo sin reemplazar empleos. “Siempre necesitaremos el conocimiento de nuestro personal de campo y seguiremos buscando formas de hacer su trabajo diario más seguro”, explica.

Estas nuevas tecnologías y el mayor uso de inspecciones automatizadas refuerzan una creciente Organización Interna de Desempeño Operativo en la que los profesionales trabajan con datos provenientes de las distintas tecnologías y sistemas. Se trata de un grupo interno encargado del análisis estratégico que respalda los programas de mantenimiento, las inversiones y las decisiones operativas.

“Pocas eléctricas han considerado un grupo interno de analítica de datos para mejorar la seguridad y ninguna lo ha desarrollado internamente”, afirma la portavoz de Avangrid, Florencia Feleder. “Avangrid se beneficia de un equipo dedicado de ciencia y analítica enfocado en mejorar la fiabilidad mediante un enfoque basado en datos de operaciones”, dice Feleder. La eléctrica ha creado, para este fin, una herramienta de visión por computadora basada en IA que revisa imágenes de inspección, identifica y evalúa el estado de los componentes de la red y ayuda a programar el mantenimiento o reemplazo de equipos antes de que se produzcan los fallos”.

El esfuerzo tecnológicos presenta algunos retos en términos de privacidad. Por ejemplo, los medidores inteligentes recopilan datos sobre el uso de energía, y es una información que necesita almacenarse y protegerse. También es necesario asegurar transparencia, lograr interoperabilidad, es decir que los dispositivos y plataformas se comuniquen entre sí. Adicionalmente hay que abordar los riesgos de los ciberataques con un mayor celo en ciberseguridad.

Es una realidad. A medida que las redes inteligentes dependen de una mayor conectividad y hay más intercambios de datos hay una mayor vulnerabilidad a las amenazas cibernéticas. Aith señala que la IA contribuye a proteger “la inteligencia de la red” porque ofrece más datos, herramientas de supervisión y recursos que permiten detectar y gestionar amenazas.

Las empresas también enfrentan importantes barreras al pasar de sistemas antigüos a infraestructura moderna. Una de ellas es el elevado costo inicial y los largos plazos para recuperar la inversión. En el caso de Avangrid— cuyas inversiones ya han apoyado más de 70.000 empleos en EE UU y sumado 10.000 millones de dólares al PIB—, el apoyo financiero y los incentivos de las políticas públicas han sido fundamentales.

“Debemos seguir insistiendo en esta necesidad para fomentar y asegurar inversiones a largo plazo en nuestra red”, dice Aith. Porque es el camino. “Si no aumentamos la capacidad de nuestra red y no la hacemos más inteligente, ¿Cómo atenderemos las necesidades energéticas del futuro?”. Aith deja la pregunta en el aire.

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