La prohibición de flúor en Utah abre el debate sobre su uso extendido en el resto de Estados Unidos
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades recomiendan 0,7 miligramos de flúor por litro de agua para prevenir caries

Utah se convirtió en el primer Estado en prohibir la adición de flúor en el agua potable, retirándole el derecho a las comunidades a decidir si agregan o no la sustancia al líquido de consumo. El flúor fortalece los dientes y reduce las caries al reponer los minerales perdidos durante el uso y desgaste normal, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). Casi dos tercios de la población estadounidense recibe agua potable fluorada.
El proceso de fluoración implica complementar los bajos niveles de flúor natural presentes en la mayoría del agua para alcanzar los 0,7 miligramos por litro recomendados por los CDC para la prevención de caries.
Por años, se defendió el uso de flúor en el agua como una medida de salud pública para comunidades de bajos recursos. Pero la oposición ha crecido debido a la adición de flúor en otras fuentes, como en la pasta dental, y nuevos estudios que sugieren vínculos entre los niveles altos de la sustancia y problemas de desarrollo cerebral.
El Programa Nacional de Toxicología del gobierno federal concluyó que beber agua que contiene más de 1,5 miligramos de flúor por litro estaba asociado con un coeficiente intelectual más bajo en niños. Robert F. Kennedy Jr., secretario de Salud de Trump, ha respaldado las nuevas limitaciones y se ha referido al flúor como una “peligrosa neurotoxina”.