Selfis, 4chan y ‘guerra de sexos’: las lecciones del hackeo de Tea, la ‘app’ para que las mujeres expongan a sus ligues masculinos
Una filtración de fotos de las usuarias de la aplicación Tea, que sirve para valorar anónimamente a los hombres, expone los nuevos riesgos de internet


“Me lo encontré en un club de corredores hace unos meses, no sabía su historial de ligues, pero si estuviera soltera lo hubiera intentado”, escribe una usuaria de la app Tea sobre Rae, un joven estadounidense. El comentario aparece en un vídeo de TikTok donde la autora dice: “¡Ponen reviews de él! Esta app hace el trabajo del FBI, para nosotras, chicas, mucho más fácil”.
Todo esto ocurre en esta nueva app, llamada Tea, que es solo para mujeres y se describe como una “plataforma para tener citas más seguras”. Tea permite confirmar que un pretendiente no tiene un pasado criminal o que no use fotos falsas, pero también leer opiniones anónimas de otras usuarias. Algunas de estas funciones requieren de una suscripción mensual. Creada en 2023, y por ahora solo activa en Estados Unidos, su popularidad se ha disparado este mes de una forma inusual. Ha duplicado de golpe a sus usuarias hasta más de 4,6 millones, lo que ha provocado que foros oscuros y del entorno de la machosfera como 4chan se fijaran en el éxito y decidieran hackearla el pasado viernes.
El ataque ha supuesto, según la compañía, la publicación de 13.000 selfis de usuarias: “¡Si le enviaste tu cara y tu carnet de conducir a la app Tea, te doxeó [revelar la identidad] públicamente!”, escribió un usuario de 4chan junto al link a un documento que ya no está disponible.
La historia de esta app, su éxito y su hackeo permiten sacar varias lecciones cruciales de las ventajas y riesgos de internet hoy.
1. El éxito de una ‘app’ solo para mujeres
Internet ha hecho que ligar sea más sencillo. Pero la experiencia no es para todos igual. Un 57% de mujeres cree que las apps no son un modo seguro de encontrar pareja, según un sondeo de Pew Research en EE UU. Entre ellas, lo ven más peligroso las mujeres negras y sin estudios.
Sean Cook, el fundador de la app, dice que la idea le vino después de ver cómo su madre vivió “una experiencia aterradora con las citas online: no solo por los que se hacían pasar por otros, sino que además quedó sin saberlo con hombres con antecedentes penales”.
La falta de conocimiento anterior sobre la gente a quien se ve y el largo reguero de citas fracasadas hacen que la búsqueda de información sobre los pretendientes sea algo más demandado. Una app así viene a colmar algo que en realidad ya existe de manera informal, como los grupos de Facebook del tipo “¿Estamos saliendo con el mismo tío?”.
Es además una aparente necesidad global. Una usuaria española comentó un vídeo de TikTok de la app: “¡Neeeecesito esto en España! Voy a contar los salseos [”spill the tea" en el original inglés] de mi ex súper tóxico". La cuenta de la empresa le respondió: “Estamos trabajando en lanzar internacionalmente, estate atenta”.
2. El problema de los foros misóginos
La app exige el selfi de una mujer para darse de alta. El sistema de revisión será, probablemente, una mezcla de IA y humanos para casos dudosos. Aun así, la app tarda horas en autorizar un perfil. Un modo de avanzar en la cola es recomendar la app a amigas, por ejemplo. Este sistema, junto a un par de apariciones en la tele y en Cosmopolitan, más unos cuantos vídeos de TikTok e Instagram, han llevado a esta explosión que se ve en las búsquedas de Google en julio.

La app llegó incluso al número 1 en descargas en EE UU la semana pasada. Ahí aumentó aún más el interés de redes y medios. Es cuando la novedad llegó a 4chan y su ejército de hombres despechados.
Tea Dating Advice jumped on #5 on the app store
— Mugo | Paid Ads for Apps (@MugoScales) July 3, 2025
+400k monthly downloads
+$200k MRR
Wild app but demand is high
Tea lets users tap into an anonymous pool of verified women to speak about previous dating history with specific man
Meant to find cheaters, catfish, secret… pic.twitter.com/bLeUwzLB8J
La filtración no fue técnicamente ni siquiera un hackeo. Algún desarrollador de la compañía había dejado una base de datos abierta en internet antes de febrero de 2024. Solo había que conocer la dirección exacta para acceder. Aunque en los mensajes virales de redes se diga que “todas las usuarias” de Tea han sido reveladas, no es cierto. Solo son un porcentaje pequeño, lo que no disminuye la gravedad del incidente ni el riesgo para ellas.
3. Nadie sabe quién eres en internet
Aquí empiezan las preguntas sin respuesta. La compañía dice al pedirte el selfi que “no te preocupes, lo borramos enseguida”. Las fotos que se han filtrado son esos selfis. ¿Entonces, los conservaron? “Estos datos fueron archivados originalmente en cumplimiento de los requisitos legales relacionados con la prevención del ciberacoso”, dice la compañía, en una declaración más que dudosa. Una app contra el acoso acaba siendo abusada por acosadores.
Hay más preguntas. En 2023, Tea pedía un documento junto al selfi para verificar que esa mujer era quien decía ser. Pero dejaron de hacerlo. No es muy difícil hacer un selfi (si la app obliga que sea en el momento con la cámara delantera) de una mujer o modificar esa imagen. Ha creado además un mercado dudoso de hombres que paguen para saber qué se dice sobre ellos.
Concerned about your reputation?
— 𝒌 (@cameljockee) July 23, 2025
For only $5, message me to receive a confidential report on your name and presence in the Tea App - including coverage in your city. pic.twitter.com/jXWxfpyzmy
4. “La información quiere ser libre”
El debate sobre la identidad actual es precisamente este: millones de mujeres suben un selfi a una plataforma para un objetivo. Pero esos selfis son solo seguros hasta que a alguien le interesa esa base de datos para otro fin. Puede ser un hacker, una empresa, un gobierno o la policía. El valor de una base de datos en internet es el equivalente al tiempo y dinero que alguien quiere invertir en romper su seguridad.
La protección del acoso requiriendo selfis de mujeres es crear un objetivo jugoso para foros de hombres misóginos, como 4Chan, con tiempo y conocimientos informáticos. Detrás de esto está el debate de la identidad en internet: ¿cómo lograr una app para mujeres si no puedes certificar que en realidad son mujeres? Pues no es nada fácil. Lo mismo pasará pronto con la obligación de la mayoría de edad para usar determinados servicios.
Los servicios que requieran información adicional para navegar se exponen a que se sepan datos privados o el historial de navegación de cada ciudadano. “La información quiere ser libre” es un dicho común en círculos informáticos. Desde el momento en que se crea una base de datos privada habrá alguien a quien le interese que deje de serlo.
5. La vigilancia masiva es una idea peligrosa
El funcionamiento de esta app esconde otra tentación de nuestra era: la vigilancia masiva. ¿Qué ser humano podrá resistirse a ver la valoración de nuestros vecinos, amigos, familiares? Esta app lo hacía para hombres de tu zona: se votaba si alguien era red flag (mal) o green flag (bien) y se comentaba por ejemplo: “¡Aléjate de este hombre! Tiene herpes en la boca y enfermedades de transmisión sexual. Miente para conseguir lo que quiere y luego te deja tirada sin decir nada”, escribe una periodista del Times con acceso a la app. Otro comentario: “Abusivo, mentiroso patológico, maniaco y con mentalidad de víctima. Le encanta el drama”. Y otro: “Abusa emocional y físicamente de las mujeres. Lleva una vida secreta con hombres mayores gais”.
@queennadds No cause what 😭😭#TEAAPP
♬ Love Me - JMSN
La app permite ver fotos de los hombres por zona. Aunque usan solo el nombre de pila, sale un listado con sus fotos y pueden leerse sus comentarios. Es fácil de imaginar una vigilancia inusual: la mujer casada que sube a su marido a ver si alguna usuaria dice algo de él, la jefa de recursos humanos que rastrea a sus candidatos a ver si alguien ha dicho algo. Las usuarias incluso pueden configurar alertas con el nombre de un hombre en particular o ver detalles privados como la dirección con su número de teléfono, lo que se acerca ya a prácticas de legalidad dudosa.
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