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Las voces de la acuicultura: la red de profesionales que hace posible que haya pescado para todos

Hoy se celebra el Día de la Acuicultura, para poner en valor el compromiso y la dedicación de un sector que emplea a más de 8.000 trabajadores y que produce uno de los alimentos más saludables y sostenibles del planeta. Al tiempo, impulsa la vida económica en localidades de la España vaciada. Feliz día, hoy y siempre.

¿Se ha cuestionado alguna vez de dónde procede ese delicioso pescado al horno que disfruta en su mesa? ¿Quién ha hecho posible que llegue hasta su plato? Si preguntáramos a cualquier comensal, probablemente respondería lo más evidente: “viene del mar, ¿de dónde si no? Y los pescadores lo llevan a la lonja”. La respuesta, aunque lógica y sin ser incorrecta del todo, tampoco es precisa.

A muchos consumidores les falta un dato clave: más del 57% del pescado consumido en el mundo procede de la acuicultura, una actividad que consiste en el cultivo controlado de peces y algas en mares, ríos y otros entornos acuáticos. Dado que la pesca no alcanza por sí sola para cubrir la demanda mundial que existe de pescado (la FAO ya ha advertido sobre el debilitamiento de los recursos de la pesca extractiva), la acuicultura se convierte en una solución eficiente, sostenible y cercana que garantiza el suministro sin agotar los recursos naturales. Lejos de competir, acuicultura y pesca convencional se complementan para que podamos seguir disfrutando de pescados nutritivos y sabrosos. Y, de hecho, es muy probable que el ejemplar que hoy preside la mayoría de las mesas provenga de la acuicultura española.

Pescado seguro y de calidad excepcional, gracias a científicos españoles

En la actualidad, 8.209 personas trabajan en España directamente en la acuicultura, un sector con perfiles laborales muy variados. Además de trabajadores especializados en las granjas acuícolas, hay biólogos, veterinarios, buceadores, ingenieros acuícolas, técnicos en calidad o perfiles más administrativos o expertos en digitalización y tecnologías de la información. Estos empleos no solo se centran en la producción de pescado, sino que abarcan la investigación, la innovación, el control de calidad y la comercialización, lo que convierte a la acuicultura en un sector dinámico y con un alto potencial de innovación y desarrollo. Son las personas que ponen voz a la acuicultura.

Una de esas voces es la de Ariadna Sitjà Bobadilla, investigadora del CSIC en el Instituto de Acuicultura de Torre de la Sal (Castellón). Su trabajo, como el de muchos científicos españoles, ha marcado un antes y un después en el desarrollo de la acuicultura. Con más de 30 años de experiencia y más de 150 publicaciones científicas, su esfuerzo ha contribuido decisivamente a mejorar el conocimiento sobre la salud de las especies acuáticas y el funcionamiento de las granjas. Entre los avances científicos más destacados, Sitjà subraya el papel de la sensorización inteligente.

“Esta técnica ha permitido monitorizar parámetros críticos —como oxígeno, temperatura o salinidad— y optimizar la alimentación para reducir pérdidas por estrés o variabilidad ambiental”, explica. “A ello se suman el uso de drones, cámaras submarinas, chips de comportamiento, sistemas automatizados y plataformas de gestión integral de datos, que facilitan un control exhaustivo de las instalaciones y la biomasa”, matiza la científica.

En España se impulsa el cultivo de especies emergentes y la mejora de las ya establecidas. Así se amplía la oferta y la resiliencia del sector ante cambios de mercado y ambientales
Ariadna Sitjà Bobadilla, investigadora del Instituto de Acuicultura de Torre de la Sal (Castellón), CSIC

En el campo de la nutrición avanzada y el bienestar animal, en estas últimas décadas y gracias a la investigación, tal y como indica la bióloga, “se ha conseguido optimizar las dietas por edades, estaciones y especies, consiguiendo así unas tasas de conversión y de crecimiento muy superiores y reduciendo el impacto ambiental”. “También se ha conseguido mejorar el bienestar de los animales a través de mejoras en su manejo y calidad de las condiciones de crianza”, recuerda la doctora Sitjà.

“En España –cuenta la bióloga– se impulsa el cultivo de especies emergentes y la mejora de las ya establecidas. De esta manera, se amplía la oferta y la resiliencia del sector frente a cambios de mercado y ambientales”.

Todo ello repercute positivamente en la oferta de pescado y en el bolsillo de los consumidores: sin depender de las condiciones meteorológicas habrá siempre más ejemplares disponibles en el mercado. Porque sin escasez de pescado, el precio no se dispara hasta convertirse en un objeto de lujo.

Además de trabajadores especializados en las granjas acuícolas, hay biólogos, veterinarios, buceadores, ingenieros acuícolas, técnicos en calidad o perfiles más administrativos o expertos en digitalización y tecnologías de la información

Otro gran paso que ha dado la ciencia respecto a la salud de los peces es que en estos últimos años se han identificado los factores de riesgo que se encuentran detrás de los brotes de enfermedades.

“La aplicación de medidas de bioseguridad en las granjas ha supuesto una reducción significativa del impacto de las enfermedades. La implantación de vacunas y la mejora de los sistemas de producción también ha conseguido reducir el uso de medicamentos en las explotaciones, hasta solo el 0,3% de los casos”, cuenta la investigadora del CSIC.

Empleo y riqueza en la España vaciada

La actividad acuícola tiene igualmente una importante influencia socioeconómica en el país. Una de las consecuencias del asentamiento de instalaciones acuícolas en las zonas rurales de la España vaciada ha sido la creación de puestos de trabajo en zonas que estaban prácticamente inhabitadas. Hablamos de localidades en las que la industria en general invierte en muy en pocas ocasiones.

El hecho de que sí lo esté haciendo la actividad acuícola se traduce en riqueza y puestos estables de trabajo y de calidad en áreas que antes eran invisibles. Como explica Javier Ojeda, gerente de Apromar, “son numerosas las pequeñas localidades (algunas con menos de 30 habitantes censados) que tienen en la acuicultura una de sus principales fuentes de empleo y economía. Hablamos de lugares como Valderrebollo (Guadalajara), Riofrío (Granada), Villaverde del Monte (Soria), Riópar (Albacete), Ruente (Cantabria) y Uña (Cuenca), entre otros muchos”.

Ya sean zonas de costa o con presencia de ríos, las pequeñas empresas de acuicultura aprovechan su ubicación para generar actividad empresarial, lo que se traduce en resultados económicos y beneficios sociales para la población rural.

Son numerosas las pequeñas localidades (algunas con menos de 30 habitantes) que tienen en la acuicultura una de sus principales fuentes de empleo y economía"
Javier Ojeda, gerente de Apromar

Todos y cada uno de estos profesionales son responsables de la democratización del pescado. O lo que es lo mismo: de que uno de los alimentos más saludables y nutritivos que existen no esté al alcance de unos pocos privilegiados, sino que haya alimento para todos y que esta demanda sea capaz de resolverse, preservando la biodiversidad de los océanos. Sostenibilidad, seguridad y calidad definen a la Acuicultura, una actividad que hoy celebra su gran día. ¡Por muchos más!

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