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Un modelo que retiene a los jóvenes en el sistema educativo (y les motiva)

Fundación Tomillo ha creado Orienta+, un método de acompañamiento integral. Nace de la experiencia de más de 40 años en intervención socioeducativa con alumnos en riesgo de exclusión. A través de medidas como el aprendizaje activo han obtenido una tasa de abandono escolar unos nueve puntos porcentuales menor que la de la Comunidad de Madrid en 2024

Para abordar si una iniciativa educativa es verdaderamente útil hay que mirar las cifras, pero también la repercusión en las personas. Suleika confiesa que el mayor descubrimiento en estos años han sido sus propias capacidades. Entró en la Fundación Tomillo a los seis años para asistir a actividades de ocio y refuerzo educativo, y a los 17 pasó de abandonar el instituto en 3º ESO a decidir realizar Formación Profesional (FP) en Hostelería en el mismo centro, donde también se imparten otras FP de grado básico y grado medio. “Ahora puedo ir a clase todos los días con una motivación, y sé que no necesito personas malas en mi vida para no sentirme sola”. Pero no todo lo que ha logrado es académico. “He mejorado muchísimo mi impulsividad y mi autocontrol”, asegura. De cara al futuro se plantea estudiar Psicología.

El cambio se efectuó gracias a Orienta+, un modelo de la Fundación Tomillo que ha permitido sistematizar la experiencia práctica acumulada, pilotarla y convertirla en una metodología integral y transferible, gracias al apoyo de la Consejería de Familia, Juventud y Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid y a la financiación de los fondos europeos Next Generation. Para garantizar su calidad e impacto, el modelo está siendo evaluado de forma independiente por el grupo de investigación TABA (UNED), pero ha nacido de la experiencia de más de 40 años en intervención socioeducativa con alumnos en riesgo de exclusión.

Lo más importante que he desarrollado es la autonomía y el trabajo en equipo
Adrián, alumno del Grado Superior en Sistemas Informáticos y Ciberseguridad en Tomillo

Adrián también notó cómo Orienta+ le animó a evolucionar. Pasó de la falta de motivación en la ESO a ser delegado de clase y estudiar el Grado Medio en Sistemas Microinformáticos y Redes. Hoy, trabaja como técnico informático en un centro educativo mientras cursa Grado Superior en Sistemas Informáticos y Ciberseguridad. “Lo más importante que he desarrollado es la autonomía y el trabajo en equipo. Mi idea a largo plazo es montar una startup de automatización de procesos con inteligencia artificial".

A la iniciativa la respaldan, además de las historias, los datos. En 2024, Fundación Tomillo ha obtenido una tasa de abandono educativo temprano entre su alumnado del 11,58%, muy por debajo del 20,6% observado en la Comunidad de Madrid entre la población de menor renta. Un modelo de trabajo que combina orientación, tutorías, apoyo emocional y ayuda para construir un proyecto de vida, educativo o laboral.

Para la presidenta de la Fundación Tomillo, Carmen García, el modelo “busca impactar de manera permanente en las trayectorias educativas y vitales de jóvenes procedentes de contextos en los que tienen menores oportunidades económicas, sociales y culturales”.

El valor diferencial del modelo

Orienta+ pone en el centro al alumno, pero también ha destacado por integrar claves operativas. Una de ellas es la generación de vínculo. La relación es el motor del cambio, y muchas personas llegan con historias de desmotivación o con experiencias previas en las que no se han sentido reconocidas. Por eso, cuidan mucho ese primer contacto: generan confianza, seguridad y un espacio donde puedan volver a sentirse capaces y valorados. Esto está íntimamente unido a su acompañamiento personalizado que se articula a través de una figura clave: la persona referente del itinerario. Cada joven que llega a la entidad es acogido por esta figura profesional, que guía las primeras fases del proceso, crea el marco de confianza necesario para iniciar un trabajo conjunto y se establece como su persona de referencia durante todo el recorrido del joven en Tomillo.

Otra palanca es el desarrollo competencial, que permite fortalecer la autonomía de las personas. La fundación busca que cada participante pueda gestionar su propio proceso, sostener compromisos y tomar decisiones responsables sobre su trayectoria educativa y profesional. Como consecuencia directa de este fortalecimiento, facilitan el acceso y la permanencia en el empleo y la continuidad formativa. Personas más autónomas se insertan mejor en el mercado laboral, mantienen itinerarios formativos y cuentan con la capacidad de adaptarse o cambiar de profesión cuando sea necesario. Para ello, cuentan con un marco propio, inspirado en el modelo internacional CASEL, que organiza el desarrollo en tres grandes ámbitos: el conocimiento y regulación de una misma persona, las habilidades sociales y relacionales y la toma de decisiones responsible y el compromiso prosocial. Estas competencias son fundamentales para sostener procesos de continuidad educativa, bienestar personal y empleabilidad.

El acercamiento de Orienta+ se realiza desde una visión completa de su realidad, teniendo en cuenta no solo su formación o la búsqueda de empleo, sino también factores como la situación familiar, la vivienda, la salud o su red de apoyo

En todo el proceso la intervención es integral. El acercamiento se realiza desde una visión completa de su realidad, teniendo en cuenta no solo su formación o la búsqueda de empleo, sino también factores como la situación familiar, la vivienda, la salud o su red de apoyo. A la par, el aprendizaje activo; consiste en aprender haciendo, dentro y fuera del aula. Se aleja de los modelos tradicionales centrados en los expertos que facilitan la formación y da protagonismo a cada participante; se construye a través de experiencias reales, vinculadas a contextos profesionales y situaciones auténticas. Eso aumenta la implicación y conecta directamente la formación con su vida cotidiana.

El resultado es un trabajo en red. La intervención integral exige alianzas sólidas con centros educativos, servicios públicos, organizaciones sociales y empresas. Estas colaboraciones son esenciales para generar oportunidades formativas y laborales, ampliar el capital social de las personas y sumar esfuerzos en un reto que ninguna entidad puede abordar sola. El objetivo es conseguir cambios de larga duración en las personas a las que se acompaña, logrando una mejora en la autonomía, el empoderamiento, la participación social y la construcción de un proyecto vital propio.

Iniciar el cambio sistémico

Los análisis preliminares muestran que, además de la diferencia porcentual en población de menor renta, Orienta+ reconecta al alumnado con el sistema educativo y mejora la adhesión al centro, al equipo docente y al grupo de iguales. Además, en los jóvenes formados dentro del modelo Orienta+, al finalizar su itinerario se observan mejoras competenciales en autopercepción, autonomía, autodeterminación, resolución de problemas, comunicación efectiva o compromiso social, factores que favorecen su continuidad formativa e inserción laboral. La evaluación independiente permite comparar los resultados del alumnado de Formación Profesional de Tomillo con otros cuatro centros control con perfiles sociodemográficos similares. La muestra total es de 876 personas en el grupo de Tomillo y 600 en los centros control. La UNED continúa el análisis comparado.

La voluntad de la Fundación es poder transferir este modelo a otros territorios y contextos. El director general de Tomillo, Fernando Mudarra, defiende que Orienta+ “puede suponer una oportunidad para un cambio sistémico en la intervención socioeducativa, una vez puesta en práctica por una red de organizaciones suficientemente numerosa”.

Por ello, Tomillo ha comenzado una serie de acciones de divulgación que incluyen, entre otras, la creación de un pódcast de innovación socioeducativa OrientaLAB, y la organización de formaciones dirigidas a profesionales de la educación, la orientación y el trabajo social, en colaboración con el Instituto Superior Madrileño de Innovación Educativa (Ismie) y el Colegio Profesional de Educadoras y Educadores Sociales de la Comunidad de Madrid (Cpeesm).

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