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El Reino Unido pone a prueba la verificación de la edad en internet y las visitas a páginas porno se reducen a la mitad

La creación de un sistema para proteger a los menores está a debate en la UE entre quienes abogan por esta barrera y quienes temen por la privacidad y creen que los chavales irán a lugares más peligrosos y escondidos

Internet Reino Unido

El Reino Unido comienza a hacer balance de la eficacia del nuevo protocolo de verificación de edad en internet, que desde el pasado 25 de julio requiere medidas más robustas para evitar que los menores de 18 años accedan a material potencialmente perjudicial, desde pornografía a contenidos sobre suicidio, auto-lesiones o trastornos alimenticios. Los primeros análisis del tráfico en la red sugieren que las normas están dando resultado. Plataformas como Pornhub, la más visitada para acceder a material pornográfico, han visto una caída de visitantes próxima al 50% en las jornadas posteriores a la entrada en vigor del nuevo régimen, que establece hasta siete posibilidades para comprobar la edad, entre ellas, el reconocimiento facial, controles a través de tarjetas bancarias o mediante una prueba de identidad (en el Reino Unido no existe el equivalente a los DNI de España).

Según el análisis de la firma de datos Similarweb, la tendencia a la baja entre las páginas más populares es generalizada. Pornhub perdió más de un millón de visitantes en tan solo dos semanas, pasando de 3,2 a 2 millones. Similarweb realizó una comparativa entre la media de usuarios diarios recabados del 1 al 9 de agosto y los que había habido, también de media, en el mes de julio. Las cifras parecen concluyentes: Pornhub experimentó un descenso de un 47% desde el día anterior a la entrada en vigor del nuevo sistema y el 8 de agosto.

La pauta es similar en otras plataformas de contenido análogo como XVideos, cuyo tráfico cayó exactamente al mismo ritmo que el de la plataforma líder, u OnlyFans, el servicio de suscripción popular por el contenido pornográfico que vuelcan y consumen sus propios usuarios. Esta última experimentó un descenso de un 10%. La evolución es el resultado de la implementación de la llamada Ley de Seguridad Online, una controvertida legislación que, tras siete años en preparación, cuenta con detractores en los dos extremos: quienes creen que supone una invasión inaceptable de la privacidad, y aquellos que consideran que no va lo suficientemente lejos para proteger a los menores.

El objetivo de la normativa es sencillo: se trata de hacer significativamente más difícil para niños y adolescentes acceder a material explícito en la red. En la práctica, sin embargo, conseguirlo es más complejo, lo que ha generado un profundo debate sobre el alcance de una legislación que, según el Gobierno, convierte al Reino Unido en “el país más seguro” para navegar por internet.

La Comisión Europea seleccionó a España en mayo para el proyecto piloto con el que desarrollará una herramienta de verificación de edad que proteja a los menores frente a contenidos para adultos accesibles en Internet, como el porno. Lo hizo después de que el Ejecutivo español desarrollase la aplicación Cartera Digital Beta, un sistema para comprobar que los usuarios que quieran ver páginas pornográficas no son menores, y que se popularizó como pajaporte entre los detractores de la iniciativa, que creen que ese sistema invade la privacidad de la red y que, en realidad, solo logrará que los adolescentes visiten páginas más escondidas y peligrosas. En el resto de Europa el debate es similar. En Italia, se obliga al control parental de los móviles comprados a nombre de los menores, pero nada impide que usen el de otros adultos. En Francia, se explora la implantación de un sistema similar al español.

A la vista de datos también de Similarweb en Reino Unido, frente a la caída generalizada de los grandes proveedores de contenido adulto en la red, otras páginas de menor tamaño, y también notablemente menos reguladas, han experimentado un aumento de tráfico palpable. De hecho, Ofcom, el gestor de las telecomunicaciones y responsable de velar por el cumplimiento de la Ley de Seguridad Online, ha abierto ya en torno a media docena de investigaciones a compañías que operan con decenas de páginas pornográficas por vulnerar las exigencias de verificación de edad.

Desde la entrada en vigor de la norma, más de 6.000 proveedores de material para adultos se han comprometido a emplear las herramientas en Reino Unido para garantizar que los usuarios superan los 18 años. Pero junto a este compromiso, los británicos han detectado patrones que parecen directamente relacionados con la activación de los mecanismos de comprobación de edad. Las aplicaciones de las denominadas VPN (siglas en inglés de Red Virtual Privada) han sido las más descargadas en las jornadas posteriores a la entrada en vigor del llamado código infantil (Children’s Code, en inglés) de la Ley de Seguridad Online.

Puesto que su finalidad es ocultar la localización geográfica del usuario de turno, aparentando que está en un país diferente, su recientemente disparada popularidad apunta a una correlación algo más que tangencial con el nuevo sistema de verificación. Según también Ofcom, unos 14 millones de personas consumen pornografía online al norte del Canal de la Mancha y el temor es la exposición de los menores.

No obstante, han surgido voces críticas con la legislación, que advierten de que al no poder acceder en las plataformas más populares, la alternativa es buscar pornografía entre otras opciones en la llamada ‘red oscura’ (‘dark web’, en inglés), que tiende a ofrecer contenido más extremo, lo que podría suponer consecuencias todavía más perniciosas para los jóvenes.

El debate es intenso y cuenta con fervientes defensores en cada bando. El que considera que las nuevas normas atentan a la privacidad ha logrado que más de 400.000 personas firmen una petición que demanda la retirada de la Ley de Seguridad Online, una posibilidad descartada ya por el Gobierno. Frente a esta preocupación aparece la de quienes creen que las normas son inviables en la práctica, dados los mecanismos para esquivarlas. En el medio de ambos, la posición de Ofcom mantiene que, aunque las medidas no son una “solución milagrosa”, hacen de Internet un lugar más seguro para los menores al reducir las posibilidades de que topen con material potencialmente tóxico.

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