Jugar para aprender: así se reutiliza la botella de refresco más famosa del bar
Coca-Cola lanza un viaje interactivo con el que dar a conocer qué sucede con la botella de vidrio desde su utilización en hostelería hasta que vuelve a estar lista para su consumo. Parece la misma… y lo es

Tanto la existencia del vidrio como sus características son prácticamente milagrosas. La primera presencia de este material está documentada en el año ¡4.000! aC, antes incluso de que los egipcios comenzasen a usar el papiro. Y, aunque se pueda creer lo contrario, está compuesto enteramente de elementos naturales: arena de sílice, caliza y carbonato de sodio, que permite que tenga múltiples vidas útiles y se pueda reciclar una y otra vez, sin perder propiedades o eficacia. Por eso mismo, para ensalzar la función de este material, Coca-Cola ha impulsado una campaña con el fin de dar a conocer todos los secretos sobre los envases de vidrio rellenables. El objetivo es que el consumidor sepa qué camino recorren las emblemáticas botellas de vidrio desde que el hostelero las recoge hasta que retornan a sus manos llenas de nuevo y listas para ser disfrutadas. Un recorrido de ida y vuelta que sucede, de media, 25 veces por cada envase.
Aprender jugando
Coca-Cola quiere que los consumidores aprendan jugando. Por eso, a través de un minijuego digital, los usuarios podrán sumergirse en cada una de las etapas del viaje de nuestra protagonista, la icónica botella de vidrio retornable. La experiencia no se quedará en un mero trayecto visual: cada jugador tendrá que resolver distintos retos relacionados con las diversas fases de las que se compone el proceso industrial de reutilización.
El viaje de la botella comienza en el camión de transporte. Aquí arranca el llamado proceso de reacondicionamiento, en el que el envase se higieniza para futuros usos. El usuario, en la fase Container Washing, tiene que colocar la botella para que el sistema de limpieza la deje como nueva. A más botellas limpias, más puntos. La siguiente fase es la de llenado, Filling, en la que el jugador deberá echar la cantidad justa de refresco en cada envase, decidiendo en tiempo real cuándo detener el flujo de líquido. Es entonces cuando encaramos la tercera y última fase del proceso, Grouping & Palletizing, donde el usuario deberá reagrupar las botellas y prepararlas para su distribución, moviéndolas de un lado a otro para colocarlas en los palés, como si fuera la logística real de una fábrica.
Este minijuego, desarrollado por Studio X, está disponible desde el 15 de mayo en las redes sociales de Coca-Cola y en las publicidades de la compañía en medios y canales digitales.
Tres erres por un planeta mejor
La economía circular no solo descansa en el reciclaje. Previa y paralelamente se imponen tres infinitivos claves para la buena gestión de los residuos y la sostenibilidad de los procesos de producción. Tres verbos ‘sagrados’ (casi imperativos) que resumen esta filosofía, y que comienzan por erre: rellenar, reutilizar y repetir. Coca-Cola se ha marcado varias metas para lograr que sus envases sean cada vez más ligeros y duraderos, fabricados con materiales reciclados y con menor impacto ambiental.
El vidrio parte con una ventaja competitiva: su capacidad de reutilización y reciclaje. Cada botella de Coca-Cola está diseñada para ser rellenada hasta 25 veces, lo que permite a bares, cafeterías y restaurantes ofrecer al consumidor un envase retornable y reciclable en su icónico diseño. De hecho, según un estudio elaborado por CS On Research, el 82% de los consumidores españoles prefieren las botellas de vidrio para beber refrescos en establecimientos fuera del hogar.
Nuevos hábitos, nuevas soluciones
Coca-Cola, además de apostar por el vidrio, también realiza una fuerte inversión en innovación para que sus consumidores puedan disfrutar de sus bebidas de una forma práctica.
A través de proyectos piloto de dispensación de bebidas, visualiza el envase del futuro: rellenable, ligero, con menos materia prima y con más material reciclado o renovable. Un ejemplo de ello es Coca‑Cola freestyle®, un modelo que combina la personalización de la bebida, a través de la elección de la cantidad y el sabor, con el uso de vasos reutilizables.
Por otro lado, España ha sido el país europeo elegido para probar el piloto de Pour My Beverage. Este sistema de autoservicio pensado para estadios, parques de atracciones, restaurantes, oficinas o cafeterías permite que los consumidores puedan rellenar y pagar sus propias bebidas sin necesidad de hacer largas colas, ofreciendo comodidad y soluciones rellenables.