Al bolso de moda le crecen asas
Los petates, mochilas y carteras se suman a la lista de bolsos más deseados y se convierten en accesorios de lujo

El bolso estrella de esta temporada (y de la que viene, por lo que hemos podido apreciar sobre las pasarelas de primavera-verano 2012) no se lleva en la mano y sí, cuelga del brazo, pero no a modo bandolera: las mochilas y petates se han hecho un hueco entre los complementos más deseados y casi todas las firmas de lujo los incluyen ya en sus repertorios dándoles un acabado de primera.
Este verano han sido las carteras típicas de colegio, en su versión más austera -acartonada y rígida- las que han triunfado y ahora que el look deportivo vuelve a estar a la orden del día recuperamos uno de esos ítems de infancia sobre los que crecimos; con cinchos, hebillas y asas ajustables, y nos lo cargamos a la espalda como en los viejos tiempos.
Cuando el pasado agosto lanzaron la línea de marroquinería de The Row, ni las gemelas Olsen ni los compradores de su colección pensaron jamás que el best seller entre su abanico de propuestas, todas de alta gama, sería la joya de su corona: una mochila de piel de cocodrilo que cuesta 28.000 euros. Bastante más que uno de los objetos de culto en este campo, el Birkin elaborado en ese mismo material.
Cifras obscenas aparte, que un complemento fuera de lo clásico pueda llegar a alcanzar ese precio y hacerse un hueco en los armarios de las más conservadoras clientas, abre la veda a una nueva liga de accesorios que le da la vuelta a elementos de lo más cotidiano y funcional -cosa rara muchas veces en esta industria- convirtiéndolos en piezas de moda. Desde aquellos modelos que nos recuerdan a nuestros años de escuela, a los macutos de la mili o bolsas de deporte, nos echamos la saca al costal.
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