La comunidad agrícola brasileña que resiste los impactos ambientales del puerto privado de Açu, el mayor de Latinoamérica

Los conocidos como ‘Pueblos de la Arena’, que durante 150 años habitaron la Restinga, un ecosistema costero de características arenosas y salinas en la costa este de Brasil, tienen una agricultura arraigada en conocimientos ancestrales con técnicas agrícolas adaptadas a suelos arenosos. Es una forma de vida que está amenazada por la expansión del puerto de Açu, el mayor complejo portuario e industrial privado de Latinoamérica, que se encuentra al norte de Río de Janeiro, en la localidad de São João da Barra. En la fotografía, tomada en diciembre de 2024, una casa en el Distrito V de Água Preta, en São João da Barra.Pablo Vergara

En funcionamiento desde 2014, este megainfraestructura provocó la expropiación de 70 kilómetros cuadrados de tierras para la construcción del puerto, que alberga el mayor mineroducto del mundo y exporta el 40% del petróleo de Brasil. Controlado por varios conglomerados internacionales, el puerto de Açu recibe 26 millones de toneladas de mineral de hierro, que luego se cargan en barcos y se envían a Asia. En la imagen, una vista aérea del complejo, en septiembre de 2023. Pablo Vergara

Los impactos sociales y ambientales de la construcción del puerto de Açu han afectado gravemente a los agricultores y pescadores artesanales de la región. Más de 400 agricultores fueron directamente expropiados sin una compensación justa, como han documentado varios medios de comunicación en Brasil en los últimos años, lo que generó violencia y conflictos sociales. La Defensoría Pública reporta que solo el 10% de los afectados ha recibido indemnizaciones. El proceso está en litigio desde 2010, cuando comenzaron las expropiaciones. Este diario se ha puesto en contacto con la asesoría de prensa de PRUMO Logística, la empresa que coordina las operaciones en el puerto de Açu, pero no obtuvo respuesta. En la imagen, tomada en diciembre de 2024, Sadir Toledo Almeida, de 102 años, y su hija Leia, de 63, de Água Preta, São João da Barra, quienes sufrieron los impactos del megapuerto.Pablo Vergara

Retrato familiar de la familia Toledo-Almeida, vecinos del distrito de Água Preta V de São João da Barra, en una imagen de septiembre de 2023. Esta familia fue expropiada de sus tierras tras la construcción y puesta en funcionamiento del puerto. El desplazamiento forzado tuvo graves consecuencias, desarraigándolos de sus tierras, cultivos y patrimonio cultural.

La actividad portuaria también ha reducido las áreas de pesca, afectando gravemente a los pescadores artesanales, cuyo sustento depende de los recursos marinos. Organizaciones ambientales y activistas han denunciado que la expansión del puerto ignora salvaguardas ecológicas esenciales, poniendo en riesgo la biodiversidad de la Restinga y de los manglares circundantes. En la imagen, un retrato del agricultor y pescador Antonio Toledo, de 76 años, en su dormitorio, en diciembre de 2024. Él fue uno de los agricultores que perdieron sus tierras debido a la construcción del puerto.Pablo Vergara

Además, estas comunidades tienen que hacer frente a graves impactos ambientales, como la destrucción de ecosistemas costeros y el aumento de la erosión. El avance del puerto también intensificó la crisis ambiental en la región. La salinización del suelo ha dificultado la agricultura, comprometiendo la producción de alimentos y la seguridad alimentaria local. En la fotografía, Anderson Toledo riega la plantación de quiabo, que crece en la arena. Esta fruta de origen africano, conocida como ‘kimbombó’ en lengua yoruba, es uno de los cultivos más frecuentes en la producción agrícola de la zona.Pablo Vergara

El norte de Río de Janeiro es una región donde predomina la agroindustria de la caña de azúcar. En la foto, tomada en diciembre de 2024, el agricultor Antonio Toledo riega su plantación de caña de azúcar.

Un camión de comida rápida llamado ‘Jerusalén’ se encuentra abandonado en una gasolinera de Água Preta, en una imagen de febrero de 2024.

El señor Walter y su nieta Kevem, en el llamado ‘Campamento de resistencia’ contra el megaproyecto del puerto de Açu, en una imagen de abril de 2017. El campamento fue establecido en abril de 2017 en Água Preta, Distrito V de São João da Barra, en el norte de Río de Janeiro. Cerca de 150 familias, expropiadas debido a la construcción del megapuerto en 2014, ocuparon el campamento, que fue desalojado poco después. A la fecha, siguen sin recibir indemnización.Pablo Vergara