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Columna
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De Vox a Gemma Nierga hay un tuit

Un selfi en X del portavoz de inmigración de Santiago Abascal con una joven maliense desata la ira de sus seguidores

Manuel Viejo

Pasan cosas extrañas en política. Pedro Sánchez concedió el martes una entrevista al programa de Gemma Nierga en RTVE. No hay nada raro. Lo exótico hubiera sido en Onda Cero o en la Cope, adonde lleva tiempo sin ir. Al presidente le preguntaron por un tal José Luis Ábalos, que fue un ministro de Transportes de la democracia que ahora duerme en prisión, acusado de corrupción. Ábalos estuvo al frente del PSOE durante cuatro años e, incluso, viajó en coche por España con Sánchez en busca de votos para atraer a la militancia socialista. Todo esto, en fin, pasó ayer. Pero ―siempre hay algún pero con aquellos políticos involucrados en casos de corruptelas―, ¿quién narices es Ábalos si siempre saludaba? “Desde un punto de vista personal”, dijo Sánchez, “era un gran desconocido para mí [...] Conocí unas facetas de su vida que eran muy desconocidas para mí”. Parece fácil desconocer a la gente que conoces, y lo es.

El vídeo de la respuesta del presidente en X alcanzó más de un millón de visualizaciones. “Así que lo nombré secretario de organización, ministro y mano derecha”, contestó un tuitero. “Sí, claro, como mi ex, que dice que no me conoce”, otro. Ante la duda, Manual de resistencia de Sánchez, la biblia del sanchismo: “En aquellos tiempos [en referencia a las primarias]”, cuenta el presidente en su libro, “hay varias personas que van fortaleciendo sus vínculos conmigo. Ábalos, Santos Cerdán… Vamos creando una complicidad muy especial (...) Ábalos me defendía pese a que hasta entonces apenas habíamos tratado (...) Su esfuerzo me conmovía...“. Los esfuerzos de la gente que uno conoce bien se desconocen con el tiempo.

En tiempos de precampaña electoral todo es raro. El portavoz nacional de inmigración de Vox, Samuel Vázquez, que se hace llamar Guido Princesa en redes sociales y que cuenta con más de 200.000 seguidores, subió una foto a su perfil de X el pasado 17 de noviembre. La imagen, a simple vista, es como la que los famosos suben a Instagram, con gente anónima por la calle, pero el revuelo fue de tal magnitud entre sus fieles... que se armó la marimorena.

Vázquez adjuntó un selfi con una joven. “Llegó hace años de Mali”, escribió Vázquez. “Y ayer se fue desde el centro de Madrid al acto de Fuenlabrada. Me dice que el mundo del que huyó está empezando a vivirlo otra vez aquí, y no lo entiende. Me dice también que le encanta la manera en la que defiendo el mundo en el que ella quiere vivir”. La respuesta al tuit fue una catarata de comentarios xenófobos de sus propios seguidores, como si esta joven maliense fuese en realidad un caballo de Troya dentro de Vox.

“Nueva peperada del amigo Samuel. Ya hemos perdido la cuenta”, responde la cuenta oficial del partido falangista Democracia Nacional, a la derecha de la extrema derecha de Vox. La derecha a la derecha en España es infinita, todavía. “Si importas África (incluidos legales y no delincuentes) tendrás África”. Hay más. “Es de agradecer que lo señalen para que los verdaderos patriotas sepan a lo que atenerse en las urnas”, escribió Marcos Francoy. La y griega a veces sobra. Otra cosa es que fuera española. “Si hay negrito, no hay votito”, otro.

Días después, Vázquez ―quizá sorprendido por el eco de su foto― compartió el discurso de la periodista Gemma Nierga al recibir el Ondas. “Tengo un sueño”, dijo Nierga. “Que en los Ondas de dentro de un tiempo los premiados se llamen Ousman, Salma, Mohamed, porque eso querrá decir que los que hoy quieren expulsarlos no han ganado”.

Vázquez ―quizá aludido, no obstante Vox quiere echar a ocho millones de inmigrantes y a sus hijos, incluidos a los de segunda generación, como Lamine Yamal— escribió: “El infierno está vacío, todos los demonios están aquí”. El nombre de la maliense a la que fotografió no lo dijo. Quizá se llame Salma y no recoja el Ondas en unos años, sino el pasaporte.

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Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.
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