Jimmy

En los mismos días que a Cándido le dieron el premio Mariano de Cavia, Jimmy Giménez Arnau anunció su compromiso con Merry Martínez Bordiú. Y claro, a Umbral se le hizo la boca agua. “A Carlos Luis le han dado el Mariano de Cavia y a Jimmy le han dado una nieta de Franco”, escribió. Eran amigos en los tiempos en los que Chumy Chúmez, sobreactuando, se presentaba así en la solapa de su último libro: “Hace veinte años, Chumy Chúmez no necesitaba presentación”. Las cosas se torcieron en algún momento, y un día Jimmy se presentó en la casa de Majadahonda de Umbral para pegarle una paliza. Tras apaciguarse, Jimmy aceptó un vaso de agua de María España mientras Umbral, a lo lejos, se recomponía del susto. “Siento, España, el número que has tenido que presenciar”. “Ya estoy acostumbrada, Jimmy. Paco sale a paliza por artículo”. “No creas, Jimmy”, decía Umbral. “Hace una semana me atizaron los guerrilleros de Cristo Rey en California 47, llevo unos días malos. A ti te he dejado pasar porque eras tú”. Jimmy nunca le perdonó haberle sugerido quitar un capítulo de Las islas transparentes, el libro con el que Jimmy fue uno de los finalistas del Nadal. “Le has quitado el alma a la novela”, le dijo un crítico. Fue un consejo para cargarse el libro, dijo hace poco Jimmy al Abc. Era una buena novela, igual que Yo Jimmy. Mi vida entre los Franco era el libro de un infiltrado en el gran despropósito criminal que fue la familia del dictador. Lo detuvieron en los noventa con 10 gramos de cocaína y anunció que su siguiente libro se lo dedicaría a los agentes, ya que gracias a ellos enderezó su vida. Lo hizo a medias, como todos los que quieren enderezarse a mitad de camino con el timón roto. En la tele las montó de todos los colores: un día, después de insultar gravemente a Enrique del Pozo en horario infantil, Jimmy entró en su camerino para darle una somanta; le pidió disculpas y Del Pozo le perdonó. Murió este martes.