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La música mexicana saca pecho en el Tiny Desk, el escenario más viral de Estados Unidos

Las actuaciones de Carin León y Grupo Frontera en el formato en directo de la radio pública NPR muestran la otra cara de la moneda del género regional, hostigado por la polémica con los narcocorridos

Carín León (centro) durante su concierto de 'Tiny Desk'
Rodrigo Soriano

Junto a la que fuera la mesa del locutor Bob Boilen, en la redacción de la radio pública estadounidense, NPR, se conforma el Tiny Desk, el pequeño escenario más grande del mundo. Esa actuación íntima –donde los artistas que llenan estadios actúan en vivo para un pequeño público– ha levantado revuelo de internet, donde cada miniconcierto acumula millones de visitas. Fue allí donde, rodeados de los recuerdos y obsequios de diferentes artistas, se acomodaron hace unas semanas los chicos de Grupo Frontera para sacar pecho de las cumbias norteñas y la cultura fronteriza. Y donde Carin León y sus músicos llenaron la sala para ondear la bandera de la música mexicana. Los dos artistas del género popularizado en el panorama global son muestra del músculo de la música mexicana alejada de la polémica de la prohibición de los narcocorridos. Ellos son más de la tradición del despecho, del amor y el desamor.

El Tiny Desk, el formato que saluda al mundo desde un rincón de Washington, ha logrado gran reconocimiento en el panorama de la música actual. Una de sus productoras, Anamaría Sayre (California, 26 años), cuenta que el espacio ha logrado ser excepcional en la industria. “Es casi la única plataforma en que puedes ver al artista de forma honesta. Puedes encontrar algo genuino. Presentamos a un artista como es de verdad, no con todo el fanfair [la parafernalia] de un escenario o un estadio. Por eso creo que [el público] encuentra algo con lo que puede identificarse”, explica por videollamada.

Los primeros artistas del regional en subirse a la pequeña tarima en el último mes fueron los chicos de Grupo Frontera. “Siempre hemos soñado con presentarnos en Tiny Desk. Somos fans de la plataforma y nos encanta ver a nuestros compañeros estrenar sets originales”, cuentan a este diario los músicos. Allí, desplegaron algunas de sus cumbias norteñas, y aprovecharon para versionar su tema El amor de su vida al estilo tex-mex, con unos teclados ochenteros que recuerdan a las cumbias de Selena Quintanilla. También versionaron Hecha pa’ mi, convertida en otra muestra de la idiosincrasia mestiza, conseguida a través del sonido de la steel guitar, un instrumento de cuerda que crea esa atmósfera de película estadounidense ambientada en la frontera. Todo ello, decorado con las cumbias propias de la banda.

La agrupación asegura que, con su actuación, querían mostrar una faceta artística diferente, a la vez que abrazaban sus raíces mexicanas. “Trabajamos muy duro y ensayamos durante varios días para perfeccionar este set acústico tan especial: añadimos más instrumentos, coros femeninos y cambiamos el tempo. El ambiente íntimo nos puso muy nerviosos; no lo esperábamos, pero la experiencia fue realmente hermosa; nos sentimos muy honrados de haber participado”, afirman. Ese nerviosismo, cuenta Sayre, es parte del éxito de estas presentaciones.

Más tarde fue el turno de Carin León, que ya había actuado en el Tiny Desk, pero fuera de la oficina de Washington. Con el sombrero ligeramente inclinado y su característica boca chueca, el artista logró destacar su camaleónica voz, una de las más aclamadas del género, sobre los instrumentos de la docena de músicos que abarrotaban el lugar. “Muchas gracias por traernos acá. Que viva la música mexicana”, decía en una de sus breves intervenciones. León sacó la voz del despecho en sus temas; y dejó espacio para también recordar el sonido mestizo que permea a una parte del género en Lado Frágil, como hicieron los de Grupo Frontera. “Poder representar a México con nuestro sonido, con nuestras letras y de una manera muy, muy mexicana, es una cosa de mucho orgullo. Uno no tiene palabras para pagar y esperemos que no sea la última vez”, contaba León a la propia Sayre en una entrevista publicada en NPR el jueves.

Por el Tiny Desk han pasado algunos de los grandes nombres del panorama, como Karol G, Post Malone, Bad Bunny o Dua Lipa. Diferentes estilos, misma esencia. La apuesta de Sayre desde que llegó a NPR hace unos cinco años ha pasado por impulsar el poderío de la música latinoamericana en la sala. “Fue muy importante dar a estos artistas una plataforma en un momento en que la música en español está explotando. Estamos en un momento que nunca hemos vivido. Antes, había artistas latinos que llegaron al mainstream, pero siempre con términos muy específicos. Estamos en un momento en el que puedes ser lo que eres, sin tener que hacer lo que dice cualquier label [discográfica] en Estados Unidos”, cuenta la productora, que reitera durante la entrevista que el interés de la emisora pasa por traer “arte de verdad” a una audiencia que viene en su mayoría desde América Latina (“siete de los países en nuestro top 10 [de audiencias] son latinoamericanos”, asegura).

La presencia de los artistas mexicanos en el escenario no es una novedad. Por allí han pasado nombres como los de Carla Morrison, Natalia Lafourcade, Kevin Kaarl o Café Tacvba. Sayre afirma que el éxito de los artistas no es la razón central para traer a un músico. Y destaca de nuevo esa idea de traer músicos que hacen “arte de verdad”. “[Pensamos en un artista] si la música es buena, si la música dice algo. He visto a Carin León como cuatro o cinco veces en vivo, y me acuerdo de que la primera vez pensé: ‘Wow, tiene que tocar sí o sí’. Obviamente, representar a un género que ya está explotando es importante, pero no hacemos una checklist de artistas porque el género esté explotando”, afirma.

A diferencia del resto de músicos mexicanos que pasaron por la tarima, la presencia de León y los chicos de Grupo Frontera (cuyas sesiones suman ya 3,2 millones de visualizaciones en Youtube) es muestra del buen estado de salud del macrogénero de la música regional mexicana en un momento de ensombrecimiento, debido a la polémica de los últimos meses generada por los narcocorridos, prohibidos de nuevos en algunos Estados de México por las letras apologéticas de algunas de sus canciones.

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Sobre la firma

Rodrigo Soriano
Es periodista de EL PAÍS en la redacción de Ciudad de México. Estudió Periodismo en la Universidad de Valencia y es máster por la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS.
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