Israel mata en Gaza a más de 60 personas mientras busca en Washington un acuerdo para liberar a los rehenes
Los ataques de las últimas horas sobre la Franja figuran entre los más cruentos de las últimas semanas. Netanyahu será recibido por Trump el próximo lunes


Israel ha lanzado este lunes varios ataques sobre Gaza que se cuentan entre los más graves de las últimas semanas y han provocado más de 60 muertos en pocas horas. Decenas de cadáveres y heridos graves aparecen en las imágenes que llegan del bombardeo llevado a cabo sobre la cafetería Al Baqa, en la playa de Ciudad de Gaza. Al menos son 22 los muertos en ese ataque, según las autoridades sanitarias locales. El local es conocido por ser uno de los lugares desde los que los reporteros y los vecinos pueden acceder a internet. De hecho entre los muertos se encuentra el periodista Ismail Abu Hatab y entre los heridos la informadora Bayan Abu Sultan.
Con Israel sosteniendo el alto el fuego con Irán y, a la vez, anunciando que busca mantener relaciones diplomáticas con Líbano y Siria, Gaza sigue siendo, con diferencia, el frente más cruento de los conflictos en Oriente Próximo. Los avances hacia la paz, que llevan meses buscándose, no se atisban. El número de muertos palestinos en el enclave supera los 56.000.
Los ataques se suceden sobre la Franja mientras el primer ministro Benjamín Netanyahu prepara una nueva visita a EE UU para reunirse el lunes próximo con el presidente Donald Trump, según ha anunciado el diario israelí Haaretz. Por delante, estará en Washington estos días Ron Dermer, negociador jefe israelí y mano derecha del mandatario.
Su objetivo es intentar avanzar en la liberación de los rehenes que quedan en Gaza. No va, al menos de momento, ni a Doha (Qatar) ni a El Cairo (Egipto), los otros dos países intermediarios en las negociaciones con los palestinos de Hamás. Lo que más preocupa en Israel, más allá de los miles de palestinos muertos, es ese medio centenar de rehenes que fueron secuestrados en Israel y siguen cautivos en el enclave.

“Israel mantiene la firme intención de alcanzar un acuerdo sobre los rehenes y un alto el fuego en Gaza”, ha subrayado este lunes el ministro de Exteriores, Gideon Saar, durante una comparecencia en Jerusalén junto a su colega austriaca, Beate Meinl-Reisinger. Detrás de esa afirmación, sin embargo, se sigue escondiendo la negativa israelí a aceptar las condiciones del Movimiento de Resistencia Islámica (como se conoce a Hamás). Estas pasan por que la liberación lleve aparejada el fin definitivo de los ataques y la salida de Gaza de las tropas de ocupación israelíes. Los islamistas temen que el alto el fuego cocinado por israelíes y estadounidenses tenga truco y sea solo temporal, hasta que los rehenes hayan sido devueltos. “Hemos dado el `sí´ a las propuestas del enviado especial Steve Witkoff [negociador jefe de EE UU]. Pero, lamentablemente, hasta este momento, Hamás no lo ha hecho. Ahora es crucial que Europa respalde la iniciativa estadounidense de alto el fuego y destruya las ilusiones de Hamás”, ha añadido Saar.
“Si se alcanza un alto el fuego temporal según la propuesta de Witkoff, también será más fácil abordar la situación humanitaria”, ha comentado el ministro, sin esconder que el objetivo no es un cese definitivo de los ataques sobre la Franja. “Por supuesto que existen importantes diferencias entre las posturas de ambas partes: nos negamos a aceptar las exigencias de Hamás sobre las condiciones para poner fin a esta guerra. Hamás quiere poner fin a la guerra mientras controla efectivamente Gaza”, argumenta el jefe de la diplomacia israelí.
Con ese concepto de “situación humanitaria”, Gideon Saar se refiere a la descomunal crisis generada por la imposibilidad de la población gazatí de acceder a alimentos o agua. El Estado judío impuso desde finales de mayo un sistema de reparto de ayuda gestionado por un entramado llamado Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, según sus siglas en inglés) con mercenarios armados y de la mano de EE UU. Ese mecanismo es contrario a los criterios de la ONU y además, según las autoridades locales, ha causado la muerte a más de medio millar de personas. El ministro defiende, pese a todo, este sistema para hacer llegar la ayuda directamente a los civiles y evitar que Hamás se beneficie si la acaba controlando.
En uno de los mayores escándalos de la guerra, el diario Haaretz ha publicado que los militares israelíes reciben órdenes de disparar a palestinos desarmados que acuden a buscar esa ayuda, algo que el ejército ha negado. De los muertos contabilizados en las últimas horas en Gaza, al menos 13, según el Ministerio de Sanidad gazatí, han tenido lugar en el entorno de esos puntos de reparto.
El ala más dura del Gobierno israelí sigue, sin embargo, oponiéndose a un acuerdo para liberar a los secuestrados, algo que equiparan a una rendición. Lo ha vuelto a dejar claro este lunes el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, líder del partido Sionismo Religioso, durante una reunión de esa formación, informa Haaretz. “Estamos en medio de una campaña contra una organización terrorista ya aplastada que busca la reconstrucción”, ha señalado. “Si nos rendimos ahora, si nos rendimos precisamente frente a los derrotados, el mensaje que se difundirá al mundo será tajante y claro: la manera de doblegar a Israel... es secuestrar judíos”, ha añadido el ministro.
Relaciones con Siria y Líbano
Ron Dermer va a tratar en Washington de avanzar no solo en el fin de la violencia en la Franja, sino que va a escuchar propuestas de la Administración del presidente Donald Trump sobre la ampliación de los Acuerdos de Abraham, que normalizan las relaciones de los vecinos árabes de Israel, según la radio militar israelí. El jefe de la diplomacia del Estado judío cree que la coyuntura actual, tras la tregua impuesta por Trump entre Israel e Irán, es una puerta abierta. “Israel está interesado en ampliar el círculo de paz y normalización de los Acuerdos de Abraham. Nos interesa sumar a países como Siria y Líbano, nuestros vecinos”, ha señalado Saar para, de inmediato, advertir que los territorios sirios ocupados por Israel no formarán parte de las negociaciones. “La ley israelí se aplica en los Altos del Golán hace más de 40 años. En cualquier acuerdo de paz, el Golán seguirá siendo parte del Estado de Israel”, ha dejado claro. El Estado judío, además, ha seguido tomando más terreno sirio con sus tropas desde la caída del régimen de Bachar al Asad el pasado mes de diciembre.
Los Acuerdos de Abraham, puestos en marcha en 2020 bajo los auspicios de Estados Unidos durante el primer mandato presidencial de Trump, suponen el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Israel y países árabes. Hasta el momento se han sumado Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Sudán y Marruecos. Llegado su segundo mandato, el líder republicano quiere ahora unir nuevos Estados a esa nómina y seguir de esa forma arropando a su aliado regional, Israel.
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