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Charlize Theron, a los 50 años: la estrella que escapó de la tragedia para derribar prejuicios

La sudafricana celebra medio siglo de vida como una de las pocas actrices reconocidas de manera unánime y global. Una carrera surgida del dolor que la intérprete ha moldeado desafiando expectativas y con una voz firme y desacomplejada

Charlize Theron
Carlos Megía

Situar el origen de las mayores estrellas de Hollywood en el punto de partida más precario posible es un cliché tan antiguo como la propia meca del cine. Sylvester Stallone viéndose obligado a vender a su perro para poder comprar algo de comida, Jennifer Lopez durmiendo en la escuela de baile a la que asistía y Hilary Swank o Jim Carrey convirtiendo sus coches en casas improvisadas son algunos de los casos más recordados. Pero es que a menudo la quimera del sueño americano obliga a empezar el trayecto sin tener, literalmente, un lugar donde caerse muerto y Charlize Theron marca todas y cada una de las casillas del mito.

La sudafricana, que este jueves 7 de agosto cumple los 50 años convertida en una de las actrices imprescindibles de este siglo, llegó a Los Ángeles con un pasado marcado por el trauma, una maleta de tela tan ajada que dependía de unas hebillas para no desbordarse y el dinero justo para coger un taxi en el aeropuerto y pedirle al conductor que la dejara en el motel más barato que conociera. “No tenía nada. Vivía al día. Una vez tuve incluso que robar pan en un restaurante”, confesaría. Tres décadas después, con un Oscar y una fortuna estimada en 200 millones de dólares, Theron celebra medio siglo de vida como viva imagen del sueño americano y, quizá, también de su lado más desafiante.

En un ecosistema donde el elogio es celosamente custodiado, ha conseguido algo poco habitual: el reconocimiento generoso de quienes comparten escena con ella. “No solo es una gran actriz, también es una gran líder”, ha dicho sobre ella Uma Thurman, con quien ha trabajado en La vieja guardia 2 (2025). “Es fuerte, noble, digna, íntegra y lista como la que más”, añadía Chris Hemsworth —trabajaron juntos en El cazador y la reina de hielo (2016)—. Seth Rogen, luciendo su humor característico, admitió que “se sintió intimidado” al trabajar a su lado en Casi imposible (2019): “No solo por lo talentosa que es, sino porque mata a gente en cada película que estrena”.

Desde que debutara hace casi 30 años, dirigida en The Wonders (1996) por un Tom Hanks que, además de ser su padrino profesional, Theron califica de “héroe y amor platónico”, la intérprete ha conseguido mantener el estatus de gran estrella cinematográfica con una carrera singular, heterodoxa e influyente.

Charlize Theron en un fotograma de 'Monster' (2003), película por la que ganó el Oscar como mejor actriz.

Lejos de quedarse anclada en el Oscar tempranero cosechado por su transformación en la asesina en serie de Monster (2003) o limitarse a rentabilizar el papel de mujer atractiva —es una de las chicas Martini más populares de la historia y durante décadas ha copado televisiones y revistas como imagen del perfume J’adore de Dior—, cultivó su camaleónico talento en todo tipo de géneros, desafiando a aquellos que aseguraban que era “demasiado guapa” para dar vida a grandes personajes dramáticos. Fue de las primeras estrellas de su generación en atreverse a ejercer también como productora (series como la prestigiosa Mindhunter (2017-2019) llevan su firma), derribó el prejuicio de que las películas de acción no podían tener a una mujer como protagonista —ahí están Mad Max: Furia en la carretera (2015) o Atómica (2017)— y denunció los cánones discriminatorios del sector al desvelar que, a los 40, le ofrecieron dar vida a la madre de Wonder Woman, en la película homónima de 2017, cuando solo es diez años mayor que Gal Gadot, la protagonista de la cinta. “Este es un gran ejemplo de cómo Hollywood te da una bofetada en la cara cuando empiezas a cumplir años”, contó en 2019 en el programa Watch What Happens Live with Andy Cohen quien ha acabado haciendo del tiempo su aliado.

Nacida y criada en una granja de Sudáfrica durante los años del apartheid, Theron se marchó del país en 1991, tras ganar un concurso de modelos que tenía como premio un viaje a Italia y un contrato como maniquí. Jamás había cogido un avión y, por el boicot cultural al que estaba sometido el país, ni siquiera podía ver películas de Hollywood. Acababa de cumplir 16 años y, solo unas semanas antes, se había enfrentado al trauma que marcaría su vida: el asesinato de su padre, maltratador y alcohólico, a manos de su madre, Gerda. “Mi padre estaba tan borracho que ni siquiera debería haber podido caminar cuando entró en casa con una pistola. Mi madre y yo estábamos en mi habitación, empujando la puerta desde dentro para que no pudiera pasar. Él dio un paso atrás y disparó tres veces a través de la puerta. Y ninguna de esas balas nos alcanzó, lo cual fue un verdadero milagro. Pero, en defensa propia, ella terminó con la amenaza”, evocó en julio de 2020 en NPR. La justicia exoneró de todos los cargos a Gerda, que vive hoy junto a su hija en Los Ángeles, ciudad a la que llegó en 1994.

Charlize Theron junto a su madre Gerda Theron, el 17 de abril de 1997, en Benoni (Sudáfrica).

Tras ejercer como modelo durante un año en Milán, se mudó a Nueva York en busca de su sueño de convertirse en bailarina profesional, pero una lesión de rodilla truncó su carrera. Quebrada sentimental y económicamente, atravesó el país para buscar trabajo como intérprete sin demasiadas expectativas. “Nunca pensé que tendría mucho éxito como actriz, solo quería ganarme la vida”, llegó a contar. Se equivocaba. Una mañana, desesperada porque no tenía ahorros ni lugar en el que dormir, suplicó a un empleado de banca en pleno Hollywood Boulevard, en Los Ángeles, que aceptara un cheque, pero este se negaba a cobrarlo porque pertenecía a otro Estado. Su angustia era tan visible que un hombre que aguardaba en la fila se acercó, intervino para ayudarla y acabó tendiéndole su tarjeta. Era John Crosby, representante de actores como John Hurt y Rene Russo, que, impresionado por su belleza y visceralidad, vio en ella un diamante en bruto.

Unos meses después, debutaba en la gran pantalla en Los chicos del maíz III: La cosecha urbana (1995), y así empezaría a alzarse como una de las figuras más queridas de su generación. “Te cuenta muchas y profundas cosas sobre el personaje al que da vida con sus ojos, su gestualidad, sus sobrias y matizadas sensaciones, su voz y su tono. Reconocería a Charlize Theron aunque saliera disfrazada de King Kong. Son las cosas del amor”, escribió en 2018 Carlos Boyero en una crítica de EL PAÍS sobre la actuación de la intérprete en la película Tully.

Sean Penn y Charlize Theron, el 5 de mayo de 2014, en la gala del Met de Nueva York (Estados Unidos).

El que mantiene con público y crítica es el único romance que sigue vigente en la vida de Theron. Su primera relación conocida fue con el músico Stephan Jenkins, vocalista de la banda Third Eye Blind, para después vivir un intenso noviazgo de nueve años con el también actor Stuart Townsend, que se rompió en 2010. Después llegarían una breve historia de amor con Keanu Reeves y dos años de mediático affaire con el también oscarizado Sean Penn que, pese a los rumores de boda y las pasionales declaraciones públicas —“es el amor de mi vida”, llegó a decir ella—, rompieron en 2015. Desde entonces no se le ha vuelto a conocer pareja a la intérprete, que aseguraba estar soltera por elección el pasado julio, en el podcast Call Her Daddy. En su conversación con Alex Cooper también presumía de haber mantenido una “increíble” relación sexual de una noche con un joven de 26 años.

Theron es madre de dos hijas, Jackson, que es transgénero, y August, adoptadas en 2015 y 2012, respectivamente. Además de relatar su lucha como madre contra la transfobia y erigirse en una aliada poderosa del colectivo LGTBIQ+, es una fiel defensora del movimiento #MeToo, mensajera de la Paz de las Naciones Unidas y fundadora de la organización benéfica Africa Outreach Project, con casi 20 años de experiencia en la lucha contra el VIH en su continente natal.

En un discurso pronunciado durante una gala benéfica de su asociación celebrada el pasado 28 de junio, Charlize Theron no dudó en cargar contra figuras como Donald Trump y Jeff Bezos, asegurando que el mundo estaba “retrocediendo rápidamente”. “La política migratoria ha destruido la vida de familias, no de criminales; los derechos de las mujeres son cada vez menos comunes; las vidas de las personas queer y trans se borran cada vez más; y la violencia de género está en aumento. Esto no es solo una cuestión política, es personal”, zanjó.

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Sobre la firma

Carlos Megía
Especialista en cultura, estilo de vida y 'celebrities', colabora en diferentes secciones de EL PAÍS desde 2015, además de publicar en cabeceras como 'Harper’s Bazaar' o 'InStyle'. Creador de ‘Un Podcast de Moda’, es licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual y Máster en Guion por la Universidad Carlos III.
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