Un gazpacho clásico, sin nada flotando en su superficie, está para volverse turuleta. Así que imagínate si le añades lechuga, melón, huevo cocido, cebolleta, aceitunas y algún pescado en conserva, como en esta receta.
Unas zanahorias aliñás, unas papas con choco y unas caballas escabechadas le sirven a la autora para esquivar el alejamiento familiar impuesto por la cuarentena. Porque la cocina también puede servir de lazo.
Las dos salsas frías más comunes admiten múltiples variaciones clásicas. Aprende a hacer rouille, remoulade, salsa andaluza o sálsa tártara. Y ya que estás, atrévete con una tibia: la holandesa.
Viene de Huelva, su masa es facilísima y está tan bueno que parece que te lo has currado. Si quieres timar (y alegrar) a tus seres queridos, éste es tu postre
El guiso andaluz de hortalizas procede de la cocina árabe, y en él retozan calabaza, calabacín, cebolla, berenjena, pimiento y tomate animados por un toque de ajo, pimentón y vinagre.
Cerezas, melocotón, sandía, melón, mango... ¿tú también sucumbes a las recetas de sopas frías con fruta para refrescarte en verano, o crees que gazpacho solo hay uno y a los demás los encontramos en la calle?
Con un buen caldo como base y un picadillo de pocos ingredientes puedes obtener una sopa espectacularmente sabrosa. Prepara el caldo el día anterior, y te quedará de lujo.
¿Es una tapa? ¿Un desayuno? ¿Un avión? Esta receta sirve para un roto y para un descosido, porque tiene todo lo necesario para alegrarnos el día: verduras, huevos y una sospecha de embutido.
Este plato clásico del oriente andaluz y Murcia consiste en un sofrito de cebolla, ajo, pimiento y tomate con patatas, alguna proteína y, cómo no, los andrajos: jirones de masa de harina de trigo duro, agua y sal.
Recreamos un plato de María Rosa Calvillo de Teruel, de un siglo, el XVIII, en el que las cantidades en los recetarios se consideraban minucias (así que nos las hemos tenido que inventar)
Este aperitivo a base de harina de garbanzo cocida en agua y posteriormente frita es una sabrosa herencia de la cocina de posguerra, perfecta para disfrutar con una copa de buen vino.