
Pastina con tomates y pimientos asados
No deberíamos relegar la pasta de tamaño pequeño a la sopa: con el almidón que suelta podemos preparar platos cremosos y de sabor potente
No deberíamos relegar la pasta de tamaño pequeño a la sopa: con el almidón que suelta podemos preparar platos cremosos y de sabor potente
Llega la temporada alta de estornudos, toses, moquerío y pañuelos de papel. Si estás un poco acatarrado, la comida no te curará, pero si sigues nuestros consejos puede ayudar a que te sientas mejor.
Si se puede mezclar la gastronomía de Texas y México o la de Japón y Perú, ¿por qué Francia y España no podemos cruzar dos de nuestras sopas más emblemáticas, baratas y deliciosas? El ajo y la cebolla están a favor.
Quinua, avena, trigo, alforfón o cebada: cinco opciones a tener en cuenta –muchas de ellas, integrales– cuando nos aburramos del arroz en sopas, salteados guisos o acompañamientos.
Marisco añadido en el último momento para que se cocine al punto, quesos, salazones, salmón, conservas de verdura y hasta ensaladas: todas estas cosas -y muchas más- son perfectas para coronar un arroz seco.
Un caldo con tomate reducido sirve como base a esta sopa, que se viene arriba gracias a un huevo escalfado y una verdura cortada en daditos y cocinada al dente.
De pescado con marisco, de ave, de arroz con verduras y de ternera y cerdo: hoy proponemos cuatro recetas albondiguescas con un denominador común: no es necesario freírlas.
¿La sopa española por excelencia? Seguramente, pero en cada región tiene sus particularidades. Las explicamos para quedarnos, al final, con una mezcla de todas sus virtudes.
Hoy cocinamos una prima vegetariana de la fideuà, sin marisco, pescado ni nada que se le parezca, pero con una berenjenas muy melosas y un 'all i oli' de algas gratinado para conseguir un extra de gustirrinín.
Nuestra receta es una versión simplificada del clásico del Sureste asiático, con ingredientes fáciles de encontrar y opciones veganas. Se puede tomar fría con lima, cebolla encurtida, cilantro y un toque picante.
Del ‘borsch’ a la sopa persa de yogur, aquí tienes unos cuantos platos líquidos frescos y suaves venidos de Europa y Asia, perfectos para abrir un menú veraniego
Arroz con garbanzos y carrillera con all-i-oli de membrillo.
Esta sopa de pollo y verduras es hija de la carestía de alimentos que hubo en Estados Unidos en los años treinta. Las bolas de masa hechas con harina, algún lácteo y huevo son parte esencial de este plato.
Arroz con setas y pimiento verde.
El almidón cumple su función en esta receta y consigue que este plato de pasta seca quede muy meloso, casi como un risotto. La mantequilla y el queso, que se añaden al final, ponen aún más suavidad.
Hay un plato típico de la costa levantina que hace referencia a una ‘fideuada’ –una gran cantidad de fideos– hecho con marisco y pescado. Esta nada canónica versión, en cambio, usa las setas como acompañamiento.
Usamos tinta para dar color a unos fideos finos que tostamos previamente en la sartén y rematamos en el horno. La técnica, además, cocinará los gambones en su punto justo.
Le damos un par de vueltas a la crema de calabaza definitiva para llevarla a Japón, gracias al sabor del miso y el sésamo, y a Tailandia, con los aromas característicos de la lima y el curry.
Kamimura Toshiyuki es uno de los mayores expertos en ramen de Japón. El bloguero protagoniza un capítulo del libro 'Sushi, ramen, sake', en el que el periodista Matt Goulding retrata la peculiar gastronomía de aquel país.