
Cómo se fraguó la crisis de las mamografías: ordenaron dejar de informar a las mujeres porque lo haría un programa informático (y no pasó)
Durante casi tres años, más de 2.000 mujeres con mamografías dudosas no fueron avisadas para repetir las pruebas. Todo ocurrió en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, el centro de referencia de Andalucía, tras un cambio de gestión informática y decisiones administrativas que rompieron la cadena de control.
¿Por qué? Los técnicos, que hasta entonces llamaban o enviaban cartas, recibieron la orden de dejar de hacerlo y esperar a que el nuevo sistema informático se encargara de forma automática. Confiaron en que el proceso funcionaría, pero la automatización nunca llegó.
- En 2022, la Junta adjudicó la gestión del sistema Diraya —que centraliza las historias clínicas— a la empresa japonesa NTT Data, después de que la anterior concesionaria, Indra, impugnara el concurso.
- En medio del traspaso, se dio por hecho que la nueva empresa se ocuparía de los avisos a las pacientes, pero los mensajes se quedaron atascados en el sistema, sin llegar nunca a destino.
- El cambio de modelo coincidió con la contratación de una unidad móvil privada para realizar mamografías en Sevilla. Los resultados inciertos de esas pruebas también se acumularon en la cola general.
¿Y nadie se dio cuenta? No. Durante más de dos décadas, los equipos médicos y técnicos se reunían en comisiones de seguimiento para compartir información y detectar incidencias, pero los últimos años esas reuniones se fueron suspendiendo sin explicación. La pérdida de esos espacios impidió que saltaran las alarmas cuando dejaron de llegar avisos.
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