CINE

Cinco películas para recordar la magia de Claudia Cardinale

Claudia Cardinale ha muerto este martes a los 87 años en su casa de Nemours, cerca de París. La actriz, nacida en Túnez en 1938 en el seno de una familia de inmigrantes sicilianos, fue descubierta casi por azar y convertida en icono de inmediato. A partir de ahí, inició una carrera deslumbrante que alcanzó las 130 películas y la convirtió en uno de los grandes mitos del cine mundial en la época dorada del cine italiano.

Cinco películas para recordarla:

Rufufú (1958). Su primera aparición en un largometraje, casi un guiño fugaz en la comedia de Monicelli sobre unos ladrones torpes.
Rocco y sus hermanos (1960). Esta producción sobre la inmigración reveló la versatilidad de la actriz.
Ocho y medio (1963). Cuando Fellini la llamó, estaba tan prendado de ella que decidió que hiciera casi de sí misma: alegre, luminosa y desenfadada.
El gatopardo (1963). Con Alain Delon y Burt Lancaster protagonizó una de las parejas más bellas de la historia del cine. El vals final, símbolo del ocaso de una época, la consagró como mito.
Hasta que llegó su hora (1968). El wéstern definitivo de Sergio Leone le reservó un papel central que rompió moldes en un género dominado por hombres. Cardinale entró en Hollywood, pero nunca se dejó seducir del todo: prefería volver a Europa.

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