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SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. Ellecom (Holanda), 28-2-1944.- El Reichsführer de las SS, Heinrich Himmler (2i), visita el centro de formación de la SS holandesa, Avegoor, acompañado del oficial de reclutamiento de las SS alemanas, Gottlob Berger (3i), el comisario del Tercer Reich para Holanda, Arthur Seyss-Inquart (i) y el dirigente del Movimiento Nacional Socialista holandés (NSB), Anton Adriaan Mussert (3d). EFE/cg
LITERATURA

El nazi que juzgó a nazis (desde dentro): juicios, traiciones y la historia que no sabías que querías leer

Durante el Tercer Reich, en el corazón mismo del aparato represivo nazi, un juez y policía de las SS inició una cruzada tan insólita como peligrosa: perseguir a sus propios camaradas por corrupción y asesinatos “no autorizados”. Se llamaba Konrad Morgen, y su historia —rescatada ahora en la biografía Hitler’s crime fighter del historiador británico David Lee— parece sacada de una novela negra.

¿Quién fue? Un juez y policía de las SS nacido en 1909 en Fráncfort, que actuó desde dentro del sistema judicial nazi para llevar ante los tribunales a miembros de su propia organización.

¿Qué tipo de crímenes podía investigar? Aunque no podía perseguir el genocidio autorizado por el régimen, sí podía actuar en casos de enriquecimiento ilícito, asesinatos no ordenados por la cúpula nazi o violaciones del código de honor de las SS. Esta paradoja jurídica le permitió operar en un sistema esencialmente criminal.

¿Por qué su historia es tan singular? Porque en medio del horror institucionalizado del Tercer Reich, un funcionario del mismo aparato represivo usó las leyes disponibles —por perversas que fueran— para poner obstáculos a algunos de los criminales más notorios del régimen.

©Foto: EFE

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