Cinco lugares para descubrir por qué el vino de grifo está en auge

Lo sirven como si fuera cerveza, pero tiene alma de bodega. El vino de grifo está dejando de ser un formato asociado a lo barato para convertirse en una forma sostenible y directa de disfrutar de esta bebida.

¿Por qué está ganando popularidad? Por muchas razones: es más sostenible, reduce costes logísticos, minimiza el desperdicio, y permite a los bares ofrecer partidas pequeñas o experimentales que quizá no llegarían a botella.

¿Cómo se almacena? En depósitos de acero inoxidable o en bag-in-box, un sistema de conservación que protege el vino de la luz y el oxígeno.

Cinco lugares para disfrutarlo:

1. La Caníbal (Madrid). Bancos corridos, ambiente sin artificios y una apuesta clara: si el vino es bueno, no necesita ceremonia.
2. En aGranel (Grupo Abastos, Santiago de Compostela), el bag-in-box se trata con el mismo respeto que una botella de añada.
3. Bar Salvatge (Barcelona). Su fundador, José Ramón Lavado, apuesta por pequeños viticultores cercanos.
4. En Cádiz, el bar Gorrión respira identidad y amor por los vinos bien hechos.
5. Arrayán (Toledo). Partidas pequeñas y experimentales. Así llegan a públicos más flexibles, con ganas de probar sin tantas reglas.

©Foto: Cecilia Díaz Betz

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