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Los pequeños placeres del fotógrafo Alex Webb, en el calendario Lavazza 2026

El artista estadounidense ha recorrido Italia con su cámara capturando instantes inesperados que dan forma a un almanaque en el que cada imagen es una invitación a disfrutar de la belleza de lo cotidiano

Alex Webb
Gloria Crespo MacLennan

El Grand Tour no fue simplemente un viaje: se convirtió en la gran travesía formativa que los jóvenes aristócratas europeos aspiraban a realizar a finales del siglo XVII, un periplo iniciático concebido para ampliar horizontes, afinar el gusto y forjar el carácter. Italia —con sus ciudades cargadas de historia, sus paisajes capaces de detener el tiempo y su inagotable legado artístico— era una etapa obligada. Siglos después, esa misma fascinación por los escenarios italianos y la tradición estética que encierran cautivó al fotógrafo Alex Webb (San Francisco, 73 años) cuando recibió el encargo de dar forma al calendario Lavazza 2026.

Conocido por sus imágenes exuberantes, en las que gestos, luz y color construyen escenas de gran poder visual, es uno de los fotógrafos de calle más reconocidos de las últimas décadas y miembro de la prestigiosa agencia Magnum desde 1979. Así, emprendió su recorrido por Italia con la disposición a abandonarse a la ligereza de esa dolce vita tan arraigada a la idea del país: dejarse embelesar por un estilo que celebra el placer, la belleza, la elegancia, la sociabilidad y el disfrute. La misma filosofía que refleja el lema bajo el cual se presenta el nuevo almanaque de la conocida marca de café: “El placer nos hace humanos”.

Siempre atento al momento inesperado —un gesto mínimo, un encuentro fortuito, la vida ordinaria que late bajo la superficie—, Webb trabaja con lo que aparece ante él. Puede ser el cruce de unos globos que animan un juego infantil junto al lago de Como; el silencioso intercambio de miradas entre unas jóvenes y las esculturas de yeso en una gipsoteca de Milán, cuyas formas encierran la memoria de cuerpos que ya no existen; o incluso la distancia entre las bolas durante una partida de bochas.

“En un proceso colaborativo como este, una vez que nos adentramos en la situación y cuando han quedado, más o menos, establecidos los parámetros de lo que está ocurriendo en la escena, de repente todo se vuelve más serendípico”, explica el fotógrafo durante una entrevista con EL PAÍS. “Trato de fotografiar mientras sucede la acción, buscando aquellos momentos que sean esencialmente inciertos. Nunca sé cuándo se van a encontrar unas personas con otras ni cómo ocurrirá, y es justamente esa incertidumbre la que funciona mejor, porque refleja la sensación de imprevisibilidad que tiene la vida”. Es precisamente esa atención a lo inesperado lo que ha afinado la mirada de Webb como fotógrafo callejero.

Maestro en tejer fragmentos visuales cargados de ritmo, Webb compone imágenes formadas por múltiples capas que funcionan como la suma de distintas experiencias ocurridas en un mismo instante. Así, en sus fotografías queda siempre un amplio espacio para el enigma: contienen más preguntas que respuestas. “Es la forma en la que percibo el mundo”, afirma. “Lo veo como un lugar complejo, enigmático y al tiempo desconcertante. En términos generales, me siento desorientado con lo que está ocurriendo en la actualidad, especialmente en mi país, pero de forma habitual me intriga la coexistencia de múltiples y distintas cosas a la vez. Siento que, cuanto más mayor me hago, cuantos más conocimientos técnicos adquiero, y cuantas más experiencias y sensaciones acumulo, menos sé”.

En cada imagen del calendario parece anidar un gozo discreto, oculto en la rutina diaria, un instante de ligereza y abandono a los placeres sencillos. “La ligereza no es sinónimo de superficialidad”, recordaba Francesca Lavazza, miembro del Consejo de Administración del Grupo Lavazza, en la presentación del calendario en Milán.

Esta aproximación se ve también reflejada a menudo en la concepción de la belleza, un término inevitablemente asociado a Italia, que va más allá de lo meramente estético. “Belleza es una palabra difícil de definir”, asegura el artista, quien prefiere hablar de “resonancias” para describir su fotografía. A lo largo de su trayectoria, ha explorado con profundidad la vida cotidiana y la humanidad que la habita, revelando con su cámara tanto la feroz lucha por sobrevivir como la magia de los instantes fugaces. Aun así, reconoce: “Hay una nota estética, casi inevitable, en la mayor parte de mi trabajo”. “Mi trabajo suele poseer una belleza compleja, no necesariamente la de una postal. Creo que el mundo es complicado, que la belleza es complicada, y que las emociones son complicadas”, añade. “No creo que exista algo así como una belleza pura; está siempre matizada o alterada por un sentimiento adicional”.

En el trabajo de Webb, cada imagen es un encuentro inesperado con la vida, un instante que revela la riqueza y complejidad de lo que nos rodea. El calendario Lavazza 2026 refleja su mirada inquisitiva, su capacidad para captar historias silenciosas: pequeños momentos que invitan al espectador a detenerse y disfrutar del placer de lo habitual.

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Sobre la firma

Gloria Crespo MacLennan
Ha desarrollado gran parte de su trayectoria profesional en EL PAÍS como editora gráfica y periodista cultural especializada en fotografía. Colabora en diversos medios de comunicación y ejerce como comisaria independiente de exposiciones. Es directora de un documental sobre la pintora Maria Blanchard, ‘26, Rue du Départ. Érase una vez en París’
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