Otro curso para no olvidar: promesas huecas, recortes reales y la dana como coartada
Mientras se paraliza la construcción de colegios públicos y se cierran aulas, los conciertos con centros privados siguen intactos

Por más que lo intente, el conseller Rovira no logrará que olvidemos este curso. Ni este, ni el anterior. Ni sus promesas incumplidas, ni sus ruedas de prensa en diferido, ni sus declaraciones que rayan el esperpento. Porque mientras presume de “consolidar la libertad educativa”, lo que ha consolidado de verdad es un modelo de gestión educativa basado en la desidia, el recorte y el desprecio sistemático a la escuela pública.
Vamos por partes. Tras la DANA que arrasó varios municipios valencianos en octubre de 2024, el president Mazón y su conseller salieron en tromba a prometer reconstrucción urgente. Emergencia, dijeron. Rapidez, insistieron. Pues bien, nueve meses después, lo más rápido que han hecho ha sido declarar ahora, por fin, la “emergencia” para demoler varios centros. ¿Nueve meses para darse cuenta de que algunos edificios eran irrecuperables? ¿Nueve meses con miles de alumnas y alumnos reubicados en aulas prestadas o en barracones de los de toda la vida? ¿Nueve meses para reconocer lo evidente?
Mientras tanto, las comunidades educativas han aguantado en silencio las consecuencias del abandono institucional. Centros totalmente olvidados por la Conselleria de educación que han terminado el curso con alumnado compartiendo espacio en condiciones indignas. Las familias se han manifestado mes tras mes, con pancartas en mano y dignidad en el rostro. Y Rovira, en silencio. O peor aún, echando balones fuera y culpando al anterior gobierno de... ¿la DANA también?
Pero si la respuesta a la emergencia ha sido lenta y torpe, la excusa ha sido veloz: la DANA como coartada para recortar. Porque, claro, como hay gastos extraordinarios, ¿qué mejor que paralizar el Plan Edificant? A eso lo llaman “revisión técnica”. La realidad es otra: cientos de millones de euros bloqueados y ni un euro añadido para nuevas obras en dos años. ¿Y la solución? Mandar cartas a los ayuntamientos amenazando con revocar proyectos si no aceleran los trámites y no justifican hasta el último tornillo. Austeridad selectiva, le llaman.
Eso sí, que no falte la propaganda. Mientras se paraliza la construcción de colegios públicos y se cierran aulas, los conciertos con centros privados siguen intactos. El mensaje es claro: lo público, si molesta, se recorta. Lo privado, se mima.
El caso de la Formación Profesional merece capítulo aparte. ¿No era una prioridad? ¿No se llenaban la boca con la palabra “dual”? Pues atención: recortes en ciclos, reducción de plantillas, eliminación de ayudas al alumnado y decisiones unilaterales que han transformado ciclos presenciales en semipresenciales acompañado de un claro recorte de horas de profesorado. El modelo de éxito que se consolidó durante años, desmontado en tiempo récord. Y aún se atreven a decir que “consolidan” la FP. Siguen aplicando aquello de que repetir una mentira muchas veces la convierte en verdad.
Tampoco se han librado la formación de personas adultas ni de las escuelas oficiales de idiomas. Se han eliminado grupos, suprimido profesorado y recortado programas que daban oportunidades reales de aprendizaje a miles de personas. Pero tengamos en cuenta, que todo se hace “por eficiencia”.
Y, por si fuera poco, los centros han sido víctimas de un tsunami burocrático. Así lo denunció la Asociación de Direcciones de Infantil y Primaria (ADEP-PV) en su durísimo comunicado del 28 de julio. Denuncian la falta de diálogo, el menosprecio institucional, los plazos imposibles, los trámites acumulados en julio, las compensaciones mal calculadas y los recursos desaparecidos. PAM, REMA, orientadores, auxiliares... todo mengua mientras la administración exige más papeles, más memorias y más informes. Como si los equipos directivos no tuvieran otra cosa que hacer que tramitar lo que la Conselleria no planifica.
En cuanto a la Libertad Educativa, el nombre ya es una broma en sí mismo. Porque lo que han hecho con el valenciano no es libertad, es liquidación lingüística por ley. En nombre de una falsa elección, han permitido que se elimine la enseñanza en valenciano en muchas zonas. Y para disimular, nos dicen que así “se promociona” la lengua propia. Como si promocionar un idioma consistiera en eliminarlo del aula. Orwell estaría orgulloso.
Y luego está el distrito único, ese viejo sueño de la patronal de la concertada, que permite a ciertos centros elegir a su clientela con criterios como: haber ido a una determinada escuela infantil, ser hijo de exalumno, o lo que decida el consejo escolar del centro. Mientras, la cercanía al domicilio se convierte en un problema. Libertad, sí, pero solo para quien se la pueda pagar.
La Confederación Gonzalo Anaya ha sido clara: esto no es libertad, es segregación. Y no es una reforma, es una regresión. Porque mientras nos dicen que dan poder a las familias, lo que hacen es generar conflictos donde no los había, dividir a la comunidad educativa y crear una red pública de segunda.
Y eso es lo que duele. Que han convertido la escuela pública en un objetivo a debilitar. Aulas suprimidas, ayudas recortadas, plantillas menguadas. Todo mientras mantienen o amplían conciertos. Pretenden convertir la escuela pública en un servicio de beneficencia: se mantiene para quien no puede permitirse otra cosa, pero cada vez con menos recursos.
El curso termina como empezó: con anuncios huecos, con propaganda y con una comunidad educativa más cansada, más indignada y más consciente de que se juega mucho. Porque esto no va solo de aulas y pupitres. Va del modelo de sociedad que queremos. Y el que están construyendo Mazón y Rovira es uno que premia lo privado, castiga lo público y desprecia a quienes sostienen el sistema día a día: profesorado, equipos directivos, familias y alumnado.
Por todo ello, este es otro curso para NO olvidar. Porque si lo olvidamos, se repetirá. Porque si no lo contamos, lo normalizarán. Y porque si no lo paramos, el próximo curso puede ser aún peor.
Miguel Soler es secretario de Educación de la ejecutiva del PSPV-PSOE
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