El jefe de la patronal catalana visita a Puigdemont para limitar los efectos de la ruptura con el PSOE
Josep Sánchez Llibre se cita con el presidente de Junts en Bélgica tras la amenaza de la formación independentista de bloquear al Gobierno


Junts per Catalunya está calibrando los efectos de su ruptura de relaciones con el Gobierno y mientras reitera que el divorcio es “irreversible” trata de mantener la influencia y las complicidades cosechadas cuando se presentaba como un socio clave para Pedro Sánchez. Entre los actores que busca cuidar Junts está el empresariado catalán. Carles Puigdemont recibirá esta semana en Bruselas a Josep Sánchez Llibre, presidente de Foment del Treball. La patronal catalana tiene especial interés en hacer notar sus inquietudes ante la posibilidad de que Junts haya dejado de ser un mediador válido con el Gobierno para abordar medidas relacionadas con la jornada laboral o con las políticas energéticas.
Puigdemont usó uno de sus canales habituales, las redes sociales, para salir al paso este domingo de los recelos y dudas, incluso dentro de Junts, que haya podido generar la decisión de romper con el PSOE. “No vayamos a despistarnos: nunca fuimos a Madrid para hacer amigos ni para hacer de catalanes simpáticos”, subrayó, al tiempo que defendía que la única misión de su partido es la defensa “de los intereses nacionales, en todos los ámbitos”.
Míriam Nogueras, portavoz de Junts en el Congreso, había manifestado el viernes que “parece que el único lenguaje que entienden los partidos españoles es el de llevar al límite todo”. Insiste en que su formación no tiene nada más que hablar con el Gobierno. Ante este callejón sin salida, los empresarios catalanes se activan para evitar que la detonación de las relaciones entre Junts per Catalunya y el Gobierno genere un efecto cadena que cortocircuite la vía de comunicación que han mantenido las tres partes y que ha propiciado que el partido independentista haya actuado como correa de transmisión de los intereses que tienen las empresas de Cataluña.
Este martes, el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, se desplazará a Bruselas y en su agenda tiene prevista una reunión con Carles Puigdemont, presidente de Junts. Sobre la mesa está abordar de qué manera se puede garantizar la patronal su influencia en el Gobierno, después de la voladura de puentes escenificada por Junts.
Foment se ha posicionado de manera muy taxativa en asuntos como el rechazo a la reducción de la jornada laboral pretendida por Sumar y la ministra Yolanda Díaz y hace reivindicaciones que Junts respalda, como la denuncia de una falta de inversión del Estado en infraestructuras para Cataluña o la rebaja del IRPF o de impuestos como el de patrimonio o el de sucesiones. También han mostrado más coincidencias, como a la hora de defender la necesidad de la ampliación del aeropuerto de Barcelona o cuando Foment aplaudió a Junts por, en compañía del PP, Vox y PNV, derogar el impuesto a las energéticas.
Además de servir de altavoz para la reiterada demanda de una bajada impositiva, el empresariado catalán ha visualizado a Junts como un contrapeso para que el Gobierno no se entregue a las reclamaciones de Sumar en cuestiones relacionadas con la política energética o la organización de la jornada laboral. El partido, fundamentalmente a través del presidente del grupo parlamentario Albert Batet, ha puesto empeño en trabajar sus relaciones con representantes del mundo empresarial, lo mismo en Barcelona que en Madrid. Cuatro días antes de que Puigdemont oficializara desde Perpiñán el portazo a los tratos con el Gobierno, el secretario general de Junts, Jordi Turull, tuvo una reunión con representantes de Pimec, la patronal de la pequeña y mediana empresa, donde avanzó y defendió que había razones para la ruptura.
Por su parte, Sánchez Llibre ha visitado regularmente al expresidente catalán. Ya cuando el líder de Junts hizo pública su candidatura para optar a presidir la Generalitat, en las elecciones catalanas del 2024, recibió la visita de una delegación de la dirección de Foment del Treball. El presidente de Foment, y vicepresidente de la CEOE, fue durante una década diputado de Convergència i Unió en el Congreso de los Diputados y ha reconocido públicamente que entre sus misiones entra el tratar de buscar las alianzas políticas convenientes para defender los intereses de las empresas.
La decisión de Junts de alejarse del Gobierno pone en alerta a Foment, pero no se vislumbra como un punto de inflexión en el trato. “Mientras la legislatura esté viva y no haya elecciones, Junts es nuestro aliado; ha sido fiable, ha demostrado lealtad y ha cumplido con todos los compromisos que ha alcanzado”, señaló Sánchez Llibre en unas declaraciones recientes a La Vanguardia.
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