Preocupación en el Departamento catalán de Salud por el cierre de refugios climáticos en plena ola de calor
Los recintos abren durante todo el año pero cierran sus puertas en la temporada más crítica


En la puerta de la biblioteca municipal de Sant Vicenç dels Horts (Barcelona), un letrero recuerda a los usuarios que el recinto está habilitado como refugio climático. Pero durante la ola de calor de la semana pasada, con temperaturas alrededor de los 40 grados, otro letrero advertía a diario a los vecinos: Cerrado.
Los refugios climáticos, espacios municipales como bibliotecas o centros cívicos adaptados con agua y aire acondicionado, parecen insensibles a las altas temperaturas vividas estos días en Cataluña. Abren durante todo el año, pero limitan su actividad en agosto y sus fines de semana, precisamente cuando los termómetros han alcanzado las cotas más altas. “Los refugios están habilitados actualmente durante su horario habitual”, señala una portavoz del consistorio del municipio del Baix Llobregat para justificar que los pasados sábado y domingo, en pleno pico de calor, los cuatro refugios climáticos del municipio se mantuvieran cerrados. “La policía no registró incidencias vinculadas al calor”, remarca la misma voz.
La situación es muy habitual en varias localidades catalanas y “preocupa” al Departamento de Salud, según admite un alto responsable de la consejería. El Departamento considera que los refugios climáticos son un espacio clave para combatir los episodios de calor extremo, y durante la pasada ola mandó mensajes específicos en esta dirección. “Una buena solución [para combatir el calor] es pasar al menos un par de horas en un equipamiento público como una biblioteca donde haya aire acondicionado”, recomendó el sábado el Govern.
Antes de la llegada del calor, Salud elabora el Plan operativo para prevenir los efectos del calor sobre la salud, pero a la hora de bajar a algunas cuestiones sobre el terreno, depende de los ayuntamientos porque la mayoría de refugios son de titularidad municipal. Abrirlos en festivos o en episodios extraordinarios obligaría a los municipios a asumir el coste de los recursos activados, y no muchos parecen dispuestos a hacerlo. “Hace tiempo que nos inquieta esta cuestión. Desde un punto de vista sanitario, los refugios tendrían que estar abiertos en episodios como estos, pero no es una competencia nuestra”, lamenta el mismo responsable sanitario.
En Tarragona, según denunció este lunes En Comú Podem, únicamente uno de los 17 refugios interiores estuvo abierto el domingo a la ciudadanía. “Es sorprendente que en plena ola de calor, anunciada por la Aemet y el Meteocat, tengamos solo un refugio abierto. Y esto es porque es domingo”, lamentó el concejal Toni Carmona en un vídeo compartido en X. “Quizás el Gobierno cree que las olas de calor no afectan a la población, pero es el día más importante para abrirlos”, añadió.
Aquest 17 d’agost, el dia més calorós de l’any a #Tarragona, el 94% dels refugis climàtics interiors van estar tancats.
— Toni Carmona (@toni_carmona_) August 18, 2025
🏍️ Vaig poder comprovar personalment que, dels 17 espais anunciats pel consistori, només 1 va obrir en les hores de més calor. pic.twitter.com/eJYXCJxS7U
No fue posible tampoco acceder en numerosos refugios interiores de Sant Boi o Cornellà, municipios que tampoco abrieron sus espacios de forma excepcional, aunque en Cornellà existían alternativas, como dos vestíbulos interiores con aire acondicionado en dos pabellones deportivos. El domingo por la tarde, eso sí, estaban cerrados como marca su horario habitual.
La inoperatividad de los refugios también es motivo de debate en Barcelona. El Ayuntamiento anunció en junio que estarían disponibles 400 puntos (exteriores e interiores) en la ciudad, 46 más que el año pasado; pero Junts ya denunció hace pocos días que “muchos de ellos están cerrados en agosto”. El incremento de los espacios llega un año después de que precisamente los posconvergentes señalaran que uno de cada tres refugios cerraba las puertas en agosto.
Pese a las advertencias de Salud y de los propios municipios a través de las redes sociales para minimizar riesgos durante el periodo de temperaturas extremas, Cataluña ya registraba a finales de julio 250 víctimas atribuibles al calor, más que en todo el año pasado (226), según el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo). En las próximas semanas se conocerá el alcance de las víctimas atribuibles a esta ola de calor (los expertos confían en que este lunes haya sido el último día), pero los primeros indicadores apuntan a un posible repunte del impacto de las altas temperaturas.
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