La lucha de los guías turísticos contra las “entradas secuestradas” para el Alcázar de Sevilla por bots de los grandes operadores

Desde mayo de 2024 conseguir entradas online para visitar el Real Alcázar de Sevilla en grupos se ha convertido en una especie de gincana, pero sin un ápice de la parte divertida de este juego. Cada vez que se consulta la web de este monumento -especialmente en las épocas de temporada alta en la capital andaluza, primavera y otoño- para adquirir pases para un día en concreto, lo habitual es que aparezcan como no disponibles. Pero si en ese mismo momento se acude a plataformas externas para esa misma jornada o se compran en tiendas físicas, el código QR para acceder llega al móvil de inmediato. Se trata de una práctica de bloqueo masivo de tickets, definida en redes sociales como “entradas secuestradas”, que la plataforma stopbotsalcazar -constituida por tour operadores locales y la asociación mayoritaria de guías turísticos de Sevilla Auits- ha ido documentando en este tiempo. Incluye un informe pericial que confirma supuestas prácticas de competencia desleal por parte de grandes empresas turísticas a través de sistemas informáticos para acaparar la venta de entradas, impidiendo desarrollar su actividad a las pequeñas entidades sevillanas y a los guías turísticos que dependen de ellas.

Con una media de entre 8.000 y 10.000 visitantes al día en temporada alta (4.000 y 5.000 en la baja), el Alcázar es el monumento más visitado de Sevilla, por delante de la Catedral, un referente turístico que hizo que el año pasado obtuviera el récord de afluencia, con 2,3 millones de personas, de acuerdo con los datos facilitados por su patronato, dependiente del Ayuntamiento. “Estas empresas generan ventajas exclusivas en detrimento de los guías independientes y de las pequeñas empresas locales para los que estos trabajan, causando un daño directo al entramado empresarial sevillano y al conjunto de la economía turística local”, explica a este diario Enrique Dueñas, portavoz de la plataforma y presidente de Auits, la asociación de guías turísticos mayoritaria de Sevilla. Dueñas repite, prácticamente, las mismas palabras que pronunció el jueves pasado en el pleno municipal durante el turno de ruegos y preguntas abierto a los ciudadanos. “Si las agencias no pueden conseguir las entradas, nosotros no podemos trabajar porque nuestro grupo no tiene acceso al Alcázar y al final se acaba trabajando para estas grandes empresas que nos tratan como asalariados mal pagados”, indica Dueñas.

La supervivencia para las pequeñas empresas de turismo sevillanas también es complicada. “Ahora mismo el Alcázar es una parada imprescindible, pero si a los grupos no se les puede ofrecer esta visita, acuden a otro tour operador que sí tenga entradas disponibles. La opción alternativa de tener que hacer cola física a las puertas del monumento no compensa en absoluto”, explica la propietaria de uno de los cinco turoperadores sevillanos, que prefiere mantener el anonimato, que han constituido la plataforma y que cuenta que estos dos años, que equivalen a cuatro temporadas altas, han sufrido pérdidas de hasta el 40%. “Somos tres familias y en este tiempo hemos tenido que ir prescindiendo de colaboraciones con guías autónomos”, señala.

La plataforma se llama stopbotsalcazar porque así es como han detectado que funciona el engranaje que utilizan las grandes turoperadoras –“unas tres o cuatro”, calcula Dueñas- para hacerse con el mercado de entradas del Alcázar. Utilizan software programado, bots, para bloquear tickets cada 30 minutos, el tiempo máximo que el sistema de compra permite que las entradas nominativas permanezcan en el carrito para poder rellenar los campos obligatorios, reteniendo su venta para otros particulares o grupos. Este modus operandi fue denunciado de inmediato a la dirección del Alcázar. En un primer momento, esta se limitó a asegurar que la web no tenía problemas de seguridad, para después mantener varias reuniones a finales de 2024 y principios de 2025 donde, tras recibir el informe pericial, se reconoció que sí existía una retención de entradas en los carros de compra del monumento.

“En todo momento hemos atendido a las peticiones que se nos hacen a través de la mesa de guías del Alcázar”, explica su directora gerente, Ana Jáuregui, sobre este órgano interno de coordinación que reúne a los guías oficiales acreditados para trabajar dentro de este monumento Patrimonio de la Humanidad. La responsable alude a cómo se ha ido ampliando el número de entradas a la venta para grupos, de 15 a 30, y el tiempo para realizar la adquisición a los 30 minutos, a petición de los guías, lo que permitió, sin embargo, que, sobre todo en temporada alta, estas empresas acapararan las entradas, para liberarlas después, si no las habían colocado, o volverlas a vender como paquetes turísticos. “Algo que permite la legislación española”, recuerda Jáuregui.

Gracias a este vacío legal, estas plataformas pueden ofertar por más dinero del que cuesta realmente la entrada (desde 15,50 euros) paquetes que pueden incluir un trayecto en coche de caballos hasta el Alcázar, un servicio de audioguía… “Frente a eso no podemos hacer nada, porque nos parezca bien o mal, no están infringiendo la ley y el que tiene la tecnología tiene la capacidad de bloquear más entradas”, indica la directora gerente. Ante esta situación, el Alcázar ha comenzado a adoptar una serie de medidas para tratar de obstaculizar ese acopio de tickets, por un lado automatizando el bloqueo de las IP y el de las tarjetas de crédito a partir de ciertas reglas de concurrencia.

Recelo ante el nuevo sistema de venta

Esta última iniciativa se implementará a partir del próximo 11 de diciembre, cuando se ponga en marcha el nuevo sistema de venta de entradas, “que también incluirá una disminución del tiempo de permanencia de los pases en los carritos de compra”, indica Jáuregui, al haber simplificado los campos para rellenar los pasos nominativos. La directora gerente también indica que se han mejorado los lectores de las entradas en las puertas de acceso al Alcázar para dificultar la falsificación de los documentos. Otras medidas que se han planteado pasan por la limitación de la oferta de entradas online para unas determinadas horas, para que ese sobrante se pueda vender en taquilla a partir de las 9 de la mañana y evitar así que luego aparezcan pases liberados de manera repentina, una propuesta que, desde el Ayuntamiento, se incide en que no ha gustado a los guías turísticos.

La plataforma va a estar atenta al funcionamiento del nuevo sistema de venta de entradas. “Ahora estamos en temporada baja y cuando se hace el bloqueo de manera más agresiva es en primavera y otoño, así que probablemente no se vaya a notar mucho”, señala Dueñas. El responsable de Auits recela porque la empresa adjudicataria, Manantial de Ideas, es la misma que gestionaba el sistema antes de la última licitación de julio de este año -entonces bajo la denominación de Infotactile- y cuya gestión estuvo bajo la investigación de la Policía Nacional por haber creado una web paralela para revender entradas a un precio superior al oficial.

“No podemos permitir que se consolide esta situación de competencia, porque mientras estas empresas se lucran, las pequeñas no tienen opción de competir, la experiencia de muchos visitantes se deteriora porque no pueden comprar las entradas online y se ven obligados a madrugar para adquirirlas o a hacer colas, el Alcázar pierde prestigio y el destino de Sevilla se deteriora”, advierte el portavoz de la plataforma que espera que el nuevo sistema realmente sea transparente, justo y equitativo.