¿Cómo ha cambiado España en 50 años? Veinte gráficos de un país más sano, más igualitario, más educado y más rico
La muerte del dictador y la llegada de la democracia transformaron nuestro país. En estas cinco décadas todo ha cambiado, de la demografía a la economía o la educación

La España de 2025 tiene poco que ver con la que enterró a Franco en 1975. La llegada de la democracia trajo derechos y libertades y nos llevó a la Unión Europea. También coincidió con transformaciones sociales y tecnológicas que cambiaron nuestra vida. En cincuenta años, España se ha convertido en un país más grande, más rico, más sano, más educado y más igualitario. Analizamos con 20 gráficos qué ha cambiado desde 1975.
Un país de derechos y libertades. La primera y principal diferencia es obvia: España ha pasado de ser una dictadura a un estado de derecho. Medir el nivel de libertad de un país es complicado, pero varios académicos del proyecto V-Dem estimaron un índice para cada país en las últimas décadas. El avance de España en este índice es extraordinario. Ha pasado de estar al nivel de algunas de las repúblicas asociadas a la extinta URSS a acercarse, e incluso superar, al de otros países occidentales como Estados Unidos o Alemania.
España sí es un país para viejos. Otro de los avances más relevantes de los últimos 50 años es el de la esperanza de vida. Para un niño nacido en 1975 la esperanza de vida rondaba los 73,5 años. En 2023 era de 83,7 años y, en 2024, ha superado por primera vez los 84 años, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística. Esta cifra se eleva hasta los 86,3 años en el caso de las mujeres.
España ya destacaba en 1975 entre otros países de su entorno, pero la subida de estas cinco décadas la ha colocado entre los países más longevos del planeta, solo detrás de Japón, Corea del Sur, Andorra y Suiza.
Este aumento progresivo de la esperanza de vida, sumado a la caída de la natalidad, ha transformado la pirámide demográfica. En este medio siglo el peso de los mayores de 65 años sobre el total de la población se ha duplicado: han pasado de representar el 10% en 1975 a superar hoy el 20%.
España es hoy un país más rico. Vivió un salto económico excepcional en los ochenta y noventa con la integración en Europa. A principios de siglo, casi había duplicado el PIB per cápita que tenía en 1975, pero desde entonces el crecimiento se ha ralentizado. Cayó durante la crisis y durante la pandemia y ahora parece recuperarse al ritmo del aumento de empleo.
Pese a este crecimiento económico, la desigualdad no se ha reducido drásticamente en las últimas décadas. Se aprecia en el índice Gini, que se ha movido al ritmo de los periodos de crisis y expansión económica, y que hoy es similar al de 1980, alrededor de 0,32. También lo muestran los datos de acumulación de riqueza: en 1995 el 10% más rico del país acumulaba el 58,3% de la riqueza; hoy el 57,2%.
España también es un país más educado. En la España de 1975 casi uno de cada tres adultos de entre 15 y 64 años no tenía estudios. Un porcentaje que entonces estaba muy por encima de otros países de nuestro entorno como Alemania (7%), Italia (5%) o Francia (1%). La universalización educativa cambió esa historia: en treinta años, el porcentaje cayó hasta el 0,5%.
Además, los jóvenes pasan más tiempo ahora en las aulas. En 1975 estudiaban unos 6 años; en 2020, más de 12. Una de las claves ha sido la expansión universitaria. Desde los años setenta, la proporción de adultos con estudios terciarios se ha multiplicado por cinco, del 6% al 31%.
Este salto ha sido especialmente fuerte entre las mujeres. En 1975 eran solo el 30% de los estudiantes universitarios. Hoy son mayoría, el 57%.
Más mujeres trabajando. Otro ámbito donde la presencia de las mujeres ha aumentado es el mercado laboral. En 1977 apenas un 26% de las mujeres tenían empleo o estaba en busca de él. Hoy es el 46%. Es un salto enorme: casi el doble en apenas tres décadas. España supera ya a países como Italia o Rumanía, aunque sigue por detrás de los nórdicos, donde la participación femenina roza el 60%.
Y también legislando. En el Congreso de los Diputados aún no hay paridad, pero en los últimos 50 años el avance de las mujeres en el Parlamento ha sido imparable. Tras las primeras elecciones democráticas, en 1977, apenas 21 de los 350 escaños de la cámara baja —un 6 %— estaban ocupados por mujeres; hoy superan el 44 %. Aunque en el Gobierno también existe esta paridad, en cincuenta años de democracia España aún no ha tenido una presidenta del Gobierno.
Un país con 12 millones de habitantes más. España ha pasado de 36 millones de habitantes en 1975 a más de 48 millones, según el último censo del INE. Creció de forma sostenida hasta los años 2000, cuando despegó con la llegada de población migrante. Aunque el incremento demográfico ha sido un fenómeno global, en España este aumento ha sido especialmente notable. En estas cinco décadas, la población ha crecido un 34%, ligeramente por encima de países de nuestro entorno, como Países Bajos, Suecia o Francia, y por debajo de Estados Unidos o Corea del Sur.
Una España que crece y otra que se vacía. Buena parte de este aumento de población lo han absorbido las ciudades. Hace 50 años, el 70% de la población española vivía en áreas urbanas; ahora este porcentaje se ha elevado hasta el 82%.
Esto ha dado lugar a un crecimiento desigual del territorio. En el mapa —que muestra cómo ha cambiado la población en cada provincia— se observan incrementos notables en el centro y en la costa mediterránea, donde provincias como Baleares, Alicante, Almería o Guadalajara han duplicado su población. En el interior, varias provincias de Castilla y León o Galicia tienen hoy menos habitantes que en 1975, especialmente Zamora (que ha perdido un 33% de su población), Ourense (30%), Lugo (21%) y Ávila (19%).
España emite hoy menos CO₂ per cápita. En 1975, las emisiones por habitante rondaban las 5,1 toneladas y crecieron durante décadas hasta superar las 8 toneladas a mediados de los 2000, coincidiendo con el boom económico. Desde entonces, la tendencia se ha invertido: las emisiones se han reducido hasta unas 4,6 toneladas por persona en la actualidad, casi la mitad que hace veinte años. Son tres veces menos que las de Estados Unidos y están muy por debajo de las de Corea del Sur, Japón o Alemania, aunque aún ligeramente por encima de las de Francia o Portugal.
Uno de los principales motivos de esta reducción en las dos últimas décadas es la expansión de las energías renovables. En España, el 57 % de la electricidad se genera hoy a partir de fuentes renovables, más del doble que en 1985.
Menos niños, pero más sanos. En 1975 se registraban 2,5 nacimientos por mujer, una cifra que se ha reducido de forma significativa. En 2023, último año con datos, la tasa se situaba en 1,2 nacimientos por mujer. España ha pasado de ser uno de los países con mayor fertilidad a situarse entre los que tienen una de las más bajas. Además, estos nacimientos se producen más tarde: la edad media de las madres en el nacimiento del primer hijo ha pasado de 28,8 a 32,5 años.
La buena noticia es que la mortalidad infantil se ha desplomado. El porcentaje de niños que mueren antes de cumplir los cinco años, se ha reducido del 2,2 % al 0,3 %, muy por debajo que la de países como Rumanía o Estados Unidos.
De un país de emigrantes a uno de inmigrantes. Desde la posguerra y especialmente en la década de los sesenta y setenta, miles de españoles emigraron a otros países europeos, algunos huyendo de la represión del régimen y otros buscando un mejor trabajo en países donde la situación económica era mejor que la española, como Alemania, Francia o Suiza. Tras la muerte del dictador, y animados por el crecimiento económico en los años ochenta, muchos de estos emigrantes volvieron a España.
En las últimas décadas España se ha convertido en un país receptor de migrantes y hoy ya representan el 20% de la población. Su presencia es especialmente relevante en provincias como Alicante (30%), Baleares (29%) o Girona (28%).
Menos agricultura e industria y más servicios. También ha cambiado el perfil de los trabajos. La reconversión industrial de los años ochenta, la integración en el mercado europeo y la expansión del turismo y los servicios intensificaron el proceso de terciarización. En 1975, este sector empleaba a alrededor del 40% de los trabajadores; hoy ocupa al 75%, una cifra cercana a otros países de nuestro entorno como Francia o Alemania. Por el contrario, la suma de trabajadores de la agricultura y la industria ha pasado del 48% al 18%.
Cuatro veces más médicos y el triple de profesores. El aumento de la esperanza de vida en estas cinco décadas responde a varias causas: la mejora de los hábitos, los avances médicos y farmacológicos, el progreso socioeconómico y, especialmente, la ampliación y consolidación de un sistema universal de salud. Esta universalización ha venido acompañada de un crecimiento notable del personal sanitario: en medio siglo, el número de médicos y enfermeros por cada 1.000 habitantes se ha triplicado, pasando de 3,4 a 13,7.
La universalización de la educación también ha disparado el número de docentes. En 1975, según el anuario del Ministerio de Educación, España contaba con unos 300.000 profesores en niveles no universitarios, el 40 % de ellos en centros privados o concertados. Hoy el panorama es distinto: hay 800.000 docentes y el 75 % trabaja en centros públicos.
El crecimiento de los campus universitarios ha sido aún más espectacular. Hace cinco décadas había en torno a 27.000 profesores universitarios (22.000 de ellos hombres). Hoy son más de 140.000, cinco veces más. A esta cifra se suman otros 33.000 investigadores y técnicos de apoyo a la investigación.
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