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España y Egipto intensifican sus relaciones con la visita de Estado de los Reyes

El Gobierno pretende impulsar las inversiones en transporte y energía, mientras que El Cairo busca relanzar un turismo anquilosado por la inestabilidad regional

El presidente de Egipto, Abdelfatá al Sisi, el Rey Felipe VI y la reina Letizia, en el Palacio Real, a 19 de febrero de 2025.
Belén Domínguez Cebrián

Los Reyes inician el nuevo curso con su primer viaje de Estado de 2025. Egipto recibirá a Felipe VI y Letizia Ortiz esta semana en la que ambos tendrán una agenda marcada con encuentros políticos, económicos y culturales. Los sectores del transporte y de la energía ocuparán una posición central de las reuniones, según fuentes diplomáticas.

La columna vertebral de este viaje es acelerar las inversiones en infraestructuras ―como la rehabilitación de las líneas 1 y 2 de metro de El Cairo―, la energía ―especialmente en el sector de las renovables―, y la gestión del agua en el país africano. Además, con la publicidad que los Reyes pueden dar a esta visita, Egipto busca relanzar un turismo afectado negativamente por la inestabilidad regional, marcada por la guerra de en Gaza, y los polvorines de Sudán y Libia. El ministro de Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, acompañará como es habitual a los Reyes en esta gira.

La economía egipcia se basa en lo que se conoce como “los cuatro huevos de oro”, explica Judith Arnal, investigadora principal para Asuntos Económicos del Real Instituto Elcano: el turismo, el canal de Suez, las remesas y las exportaciones de Gas Natural Licuado (GNL). Unos sectores que sufren una gran crisis. “Egipto es un país complicado para invertir”, advierte Ignacio Urbasos, investigador para Energía y Clima de Elcano, porque además el Ejército controla gran parte de los sectores estratégicos.

El viaje comienza el martes con la tradicional recepción a la colectividad española en el país, unos 1.000 entre residentes y no residentes. Pero el grueso de la gira, donde se firman acuerdos y se cierran negocios, ocurrirá entre el miércoles y el jueves. El último día, el viernes, los Reyes visitarán Luxor y el Valle de los Reyes para conocer de primera mano proyectos con fondos españoles (Tragsa e ISDEFE) de iluminación nocturna del templo Hatshepsut en el marco de la actividad cultural que cierra habitualmente los viajes de Estado con el objetivo de contribuir a impulsar el turismo en un país que, pese todo, recibió 14 millones de extranjeros el año pasado.

El de esta semana será el cuarto viaje de Estado a Egipto, después de que los Reyes eméritos, Juan Carlos I y Sofía de Grecia, visitaran el país en 1977, 1978 y 2008. España y Egipto estrechan ahora relaciones después de que el pasado febrero fuera el presidente, Abdelfatá al Sisi, el que viajara España. “Dos visitas a nivel jefe de Estado en un mismo año es poco frecuente”, aseguran fuentes de Exteriores, para mostrar las “densas” relaciones entre ambos países. En la visita de Al Sisi de febrero se firmó un acuerdo de asociación estratégica para precisamente elevar la relación bilateral, que llegará a su clímax esta semana.

Al Sisi, que llegó al poder tras un golpe de Estado contra los Hermanos Musulmanes en 2013, y su esposa, la primera dama Entissar Amer, recibirán a los Reyes en el Palacio de Al-Ittihadiya (Heliópolis) el miércoles para mantener una reunión a la que le seguirán previsiblemente la firma de acuerdos. Dos de los más relevantes serán el de una alianza de cooperación al desarrollo y un convenio de cooperación jurídica en el ámbito penal para, entre otras cosas, facilitar los procesos de extradición.

Después habrá un almuerzo en honor en el que el Rey pronunciará el discurso nuclear del viaje. En esta ocasión, no se celebrará la tradicional cena de gala. Pese a que no es costumbre este tipo de recepciones por parte de los egipcios, el “convulso” contexto regional, según fuentes de Exteriores ―sobre todo la guerra en Gaza, en la que Egipto actúa como mediador junto a Catar y EE UU― dejarían en mal lugar a los egipcios.

Precisamente esta guerra ha representado un varapalo para la economía egipcia, teniendo un impacto negativo “muy relevante” en el turismo, que representa el 14% del PIB, algo que Al Sisi busca relanzar con la visita de Felipe VI y Letizia Ortiz. Además, los ingresos por atravesar el mar Rojo a través del canal de Suez han disminuido “drásticamente” (un 60% en 2024), dice Arnal, a causa de los ataques de los hutíes de Yemen ―apoyados por Irán, que no reconoce el derecho de Israel a existir como Estado― como respuesta a los bombardeos del Ejército hebreo contra la franja de Gaza, que a su vez iniciaron tras los brutales atentados de Hamás del 7 de octubre de 2023.

Oportunidades de inversión

El jueves, las agendas de Felipe VI y Letizia Ortiz se desdoblan. El Rey asistirá a un foro económico en el que se pretende impulsar las inversiones en transporte, energía y agua. “Ya hay licitaciones en curso” de empresas españolas para hacerse con contratos y reacondicionar las líneas 1 y 2 del suburbano de El Cairo, un metro que en la actualidad tiene tres líneas, pero que está proyectado que lleguen a seis. Como es frecuente, junto al Rey viaja un elenco de representantes de empresas españolas ―Talgo, FCC Aqualia, Acciona, Técnicas Reunidas, entre otras― que pretenden invertir en energías renovables o contribuir al negocio de la gestión del agua en el país del Nilo.

El experto en Energía y Clima del Real Instituto Elcano, Ignacio Urbasos, ve en estos sectores una “oportunidad” de inversión para España porque en el país norteafricano “hay mucho sol y mucho viento”. Y es que, según Exteriores, Egipto pretende aumentar el peso de las energías renovables en la generación eléctrica hasta el 42% en 2030. “Actualmente está en el 10%”, puntualiza Urbasos. Mientras el Rey inaugura el foro económico, la Reina inaugurará una exposición fotográfica del egipcio Mohamed Mahdy y la española Laura Silleras sobre la Ciudad de los Muertos.

El tema del agua es recurrente también para Egipto. La semana pasada, Etiopía inauguró la Gran Presa del Resurgimiento, un proyecto milmillonario que ha puesto durante casi tres lustros nervioso a Egipto, ya que históricamente El Cairo se ha creído soberano del río, según Urbasos. “Hay bastantes tensiones de naturaleza geopolítica”, añade la experta. Y es que la presa hidroeléctrica sienta un precedente para otros países ribereños del gran río africano para desviar agua de su cauce y dedicarla al riego de cultivo. Si este fuera el caso ―que por ahora no lo es―, el caudal disminuiría al llegar a Egipto y afectaría sobremanera a su economía y a una población de 105 millones de habitantes (es el país árabe más poblado), y creciendo. “El 95% de la población se concentra solo en el 5% del territorio, y en particular en el delta del Nilo”, contextualiza Arnal. Ante tan penoso escenario para el Gobierno egipcio, Al Sisi ha puesto en marcha ya proyectos de desalación, lo que significa una oportunidad de inversión para España, sostiene Urbasos.

Además de su agenda marcada para defender los intereses económicos de España, el Rey tiene previsto reunirse con Ahmed Aboul Gheit, secretario general de la Liga Árabe, cuya sede está precisamente en El Cairo y este 2025 cumple 80 años. Con este encuentro, España se quiere posicionar como punta de lanza para “reforzar el diálogo euroárabe”, según Exteriores, en un contexto en el que el mundo mira cada día a esa región.

Egipto no solo tiene un histórico papel mediador en el conflicto entre Israel y Palestina, sino que la guerra actual ―en la que ya van más de 60.000 muertos en Gaza― “le afecta directamente por su posición geográfica”, explican en Exteriores. Egipto y Gaza comparten frontera por el paso de Rafah, en el sur del enclave, en cuyas inmediaciones Israel pretende ahora hacinar a más de un millón de gazatíes en su estrategia por ocupar la Franja y con el objetivo de expulsarlos definitivamente el Sinaí, donde Al Sisi está acumulando tropas.

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Sobre la firma

Belén Domínguez Cebrián
Cubre Casa Real y Defensa. Pasó 10 años en Internacional cubriendo inmigración y países nórdicos y bálticos. Estuvo en la corresponsalía de Bruselas. Licenciada en Derecho y Políticas (UAM); diplomada en Relaciones Internacionales (Universidad de Kent); Máster de periodismo (UAM/EL PAÍS); y Observadora Electoral (Escuela Diplomática).
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