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Fotoensayo | Nidos inesperados: el equilibrio de las cigüeñas sobre restos de naufragios

El fotógrafo Txema Salvans ha cruzado dos conceptos —el cambio climático y la capacidad de algunas especies para adaptarse a las condiciones ambientales— y propone un viaje por un paisaje distinto, a ratos inesperado, pero de una belleza perturbadora

Nidos

Desde el extremo del mástil de nuestra última batalla perdida —la de conservar la Tierra que se nos legó—, una cigüeña nos contemplará impasible. A partir de una relación extremadamente egoísta con nuestro entorno, nos hemos convertido en el principal elemento disruptor de la vida en el planeta. Nos cuesta interiorizar el cambio climático; como la muerte, es algo que siempre les ocurre a los otros. Si unimos este concepto con el de sinantropía —la capacidad de algunas especies de la flora y fauna para adaptarse a las nuevas condiciones ambientales—, el paisaje resultante es el que se muestra en estas páginas. El de las cigüeñas intentando sobrevivir en la penuria de la degradación de sus hábitats. Las hemos obligado a colonizar estructuras nada naturales, y se han tenido que asentar en muchas ocasiones en las inmediaciones de los vertederos, vecinas del plástico y la podredumbre. Nada, por otra parte, que no esté experimentando nuestra propia especie. Sus nidos evocan campos de refugiados, hileras de personas desplazadas o sin techo, buscadores de basura. Al final, estas fotos hablan de nosotros, de nuestra herencia y de nuestro legado.

Una cigüeña blanca transporta plásticos para construir su nido en Zaragoza.
Un nido de varias generaciones de cigüeñas, en Santillán del Agua (Burgos). Un tensor evita el derrumbe de la construcción.
Una cigüeña, en Setúbal (Portugal). Con el cambio climático solo las aves más jóvenes migran hacia África.
Un frontón en desuso en Espino de la Orbada (Salamanca) se convierte en una atalaya que los protege de posibles depredadores.
Un nido en Malpartida de Cáceres.
Las cigüeñas han tomado una escultura de Wolf Vostell, también en Malpartida.
Las torres de la línea de alta tensión cerca del río Mondego, en Portugal, acogen gran cantidad de comunidades de cigüeñas. Se trata de una especie que suele reunirse en grandes congregaciones para criar.
Una imagen del castillo medieval de Santia, en Erla (Zaragoza).
Las cigüeñas forman parte del listado de especies silvestres en régimen de protección oficial. Bajo esta protección, se encuentran numerosos nidos en zonas industriales, como en Huesca.
Un nido sobre el andamiaje del anuncio de Tío Pepe en Fuentes de Andalucía (Sevilla).

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